Las comidas más populares para combatir el frío del invierno son las de olla. Puede ser un ensopado, un guiso o un puchero. Pero más allá de los nombres, la elaboración de dichas comidas son muy similares: se eligen los ingredientes que se van a usar y se introducen en la olla con agua o caldo y se hace con un fuego más o menos medio. Difícilmente se queme, pero hay que tener cuidado.
Este invierno, el mundial de fútbol retrasó en algo la elaboración de este plato tan típico, ya que lleva cierto tiempo de preparación y porque, mientras estuvo Uruguay en carrera, salieron los asados, cuando el horario lo permitía, o en su defecto las picadas mañaneras. Pero cuando la celeste quedó por el camino, rápidamente se retomó la costumbre de elaborar comidas de olla.
Donde ha habido más actividad ha sido en el Frente Amplio donde se revelaron varios cocineros como émulos de los participantes del Master Chef.
Uno de los cocineros más activos ha sido el ex presidente José Mujica, quien por ahora ha descartado ser parte del menú, ¿será así?, pero mete la cuchara y suma ingredientes.
Sabedor del peso que tiene, Mujica se presenta como el fiel de la balanza. Y así como descartó darle su apoyo a Danilo Astori, porque, dijo, la orgánica de su sector se lo impide, larga nombres a cada rato y de acuerdo al interlocutor que tenga enfrente.
Un día es la ministra de Industria Carolina Cosse, otro es el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, antes fue el presidente del Banco Central Mario Bergara. En otros lugares más reservados manejó el nombre del politólogo historiador Gerardo Caetano, o ironizó sobre que solo un cura puede ser candidato del Frente Amplio.
Su esposa, la vicepresidente Lucía Topolansky, experta en pizzas y pascualinas, según ha dicho el propio Mujica, también hace lo suyo: descarta, como el propio Mujica que ni siquiera lo considera en el menú, al intendente de Montevideo Daniel Martínez, porque, dijo, es citadino y no lo conocen en todo el país. Por otro lado promueve, en coincidencia con su esposo, al ministro de Trabajo Ernesto Murro, porque, según afirmó, como trabajó con los viejos, se refería a su paso por el Banco de Previsión Social y Uruguay es un país de viejos, eso alcanza.
Topolansky también se dio un espacio para la ironía al proponer la fórmula (Óscar Washington) Tabárez (Blanca) Rodríguez.
En el próximo mes de diciembre el Frente Amplio afrontará un Congreso en el que debe aprobar su programa de gobierno y definir cuáles de todos los nombres que se manejan efectivamente participarán de la contienda.
Esto significa que hasta finales de noviembre seguramente aparecerán más ingredientes. Es dable esperar que Mujica-Topolansky se encarguen de proponer nuevos nombres, nuevos ingredientes para el menú frenteamplista.
Por lo pronto en la poroteada del jueves pasado que se llevó a cabo en la casa del secretario político de la presidencia del Frente Amplio, Gonzalo Reboledo, y donde se habló de las candidaturas, Topolansky logró imponer su criterio de que el guiso fuera de porotos negros brasileños, por más que la senadora socialista Mónica Xavier quería comer porotos frutilla. Al parecer el resto de los participantes: Javier Miranda, Mujica y Constanza Moreira no plantearon otras demandas.
Es que cuantos más ingredientes haya, más complicado será la elaboración del menú. Se requiere ser buen cocinero.
Por lo que será necesario que haya un nombre probado, de peso para realizar esa tarea. Entonces, quizás, como si fuera la caballería que llega a último momento al rescate, seguramente aparecerá Mujica en su postrer acto en pos de la unidad. Porque es raro que Mujica haya decidido no ser candidato a presidente.
El ex presidente se ha hecho popular a nivel global por su desprendimiento, por vivir ligero de equipaje, porque no le importan los bienes terrenales, pero sin embargo, hay algo que sí le importa y es trascender.
Ya es conocido en el mundo entero, aun en los lugares más distantes, pero falta algo. Mujica va a querer estar también en la historia doméstica, al igual que Julio Sanguinetti y Tabaré Vázquez, los únicos que hasta ahora han repetido en la presidencia. Solo lo puede detener alguna razón de salud muy grave, pero ganas no le faltan.
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