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El narcotráfico destruye a la sociedad por Ruben Díaz

El narcotráfico destruye a la sociedad por Ruben Díaz
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Si uno observa el producto bruto de la sociedad global, y el dinero que mueve el narcotráfico, llega a la conclusión de que este es un actor de tercera o cuarta categoría en el concierto internacional. Si vemos los homicidios que genera también podemos llegar a esa conclusión. También el terrorismo produce pocas muertes si tenemos en cuenta el total.
Sin embargo es un grave error observar este tema desde ese ángulo. El narcotráfico produce capitales que tienen un poder de desestabilización mucho mayor que el que puede suponerse si vemos las cifras frías. Porque es un dinero que esta fuera del circuito legal y puede hacer un gran daño a la institucionalidad de las naciones y al sistema internacional.
Vamos a los ejemplos, en Colombia, durante muchos años, el dinero que entro por el narcotráfico no fue muy superior al que ingresaba por las remesas de los ciudadanos de ese país que se radican en el exterior. En algunos años fue incluso inferior. Claro, se estima que los narcotraficantes solo vuelven a traer al país un séptimo de los dineros que recaudan fuera de fronteras. Ahora se están procesando unas denuncias contra uno de los hijos del Presidente Petro, que habría recibido dinero de narcos para ingresar al proceso de paz que promueve el Primer Mandatario. Ojo, no digo que esto sea así, se está investigando por iniciativa del propio titular del Poder Ejecutivo. ¿Saben de la suma de dinero que estamos hablando? De seiscientos millones de pesos colombianos. Equivalentes a ciento diez mil dólares. Si se comprueba que es cierto lo del hijo del Presidente podemos hacernos una idea del poder de destrucción y desestabilización que tiene el narcotráfico. Con menos de tres vintenes se pone en peligro un gobierno, y un régimen institucional.
Harari ya nos demostró que si fuera por las víctimas que provoca, el terrorismo no debería figurar en los medios de difusión. Es ridículo. Sin embargo la presencia del narcotráfico y el terrorismo generan organizaciones burocráticas que tienen un gran poder y un gasto muy importante para la sociedad. ¿Alguien tiene idea de cuánto aumenta el gasto militar en su conjunto por esta situación? No tengo conocimiento de que esa cifra se conozca. Pero estoy seguro que si esos dineros se invirtieran en desarrollar medicinas, por ejemplo, provocarían una revolución formidable.
Si no existiera narcotráfico habría hace tiempo dejado de existir, o sería casi inexistente, el terrorismo. Porque en definitiva allí está su principal fuente de financiamiento.
Hace cincuenta años había terrorismo. Es cierto. Pero no había casi narcotráfico. El fenómeno era diferente. El terrorismo era mantenido por la guerra fría. Había naciones que desestabilizaban a través de ese terrorismo a sus enemigos. Esos enemigos, muchas veces, respondían montando sus propias estructuras terroristas o al menos asistiendo a otras. Ahora que muchos servicios de inteligencia van haciendo público sus archivos de entonces, es muy fácil constatar esta afirmación. Sin embargo fue perdiendo vigencia a partir de la década de los ochenta del siglo pasado. Porque todos se dieron cuenta, más tarde o más temprano, que esa situación se convertía en un boomerang. Y allí se expande el narcotráfico y esa constituye la principal fuente de financiamiento del terrorismo desde esos tiempos. Hasta Rusia, entonces URSS, dejo de financiar el terrorismo. Afganistán nos muestra ese proceso. Cuando invadió Rusia, Estados Unidos financió o al menos estimulo ese terrorismo. Después Estados Unidos se sintió amenazado y también invadió Afganistán. Y llego lo de las Torres Gemelas. Eran los mismos, Bin Laden existió, no fue cuento, actúo contra unos y otros. Con ese ejemplo alcanza. Ni hablemos de Noriega, un terrorista de Estado, que también estuvo contra ambas potencias en distintas circunstancias.
Es sorprendente ver como el narcotráfico y la plantación de coca, por ejemplo, retorna y renace en poco tiempo. En Colombia, las cifras están a la vista. Y son ciertas porque ahora los cultivos se ven a través de satélites, no hay fraude posible. Uribe dejo el poder con cincuenta mil hectáreas de coca. Santos con doscientas mil. Se piensa que antes de fin de año puede haber trescientas mil hectáreas de coca. Estoy dando el total de hectáreas. Pero en realidad habría que saber cuánto aumento el rendimiento por hectárea, que en general acompaña a los de la agricultura en su conjunto, en los últimos cuarenta años.
El gobierno de Estados Unidos, no este columnista, dice que hoy el 97 por ciento de la coca que llega a su país, principal consumidor mundial, proviene de Colombia. El país que durante el gobierno de Uribe había dejado de ser el mayor productor mundial y paso a serlo por entonces Perú.
Este no solo es un tema médico. No era un tema médico cuando empezó la represión. El asunto es el futuro de la sociedad si no nos detenemos a ver lo que significa esa represión. Y lo que puede representar en el futuro.
Si el mundo fuera sensato, con conocer el porcentaje de consumidores de droga en el total de la población mundial que se registraba a principios de los ochenta y ahora sería suficiente para terminar con la represión. Si se quiere, hágase además un estudio por franjas etarias. Y no me hablen de los consumidores. Porque sería mucho más fácil para ellos encarar el mal. Con un mercado que funcione y no los someta al escarnio público. Y puedan recibir un tratamiento racional y razonable a través de la medicina.
Este tema no puede compararse con el consumo de alcohol o tabaco. Pero tampoco es cierto que esas situaciones no resistan ninguna referencia. Cuando Estados Unidos reprimió el alcohol aumento el consumo. Y se desarrolló la mafia en todo su territorio. Situaciones que se van controlando pero en definitiva hasta ahora tiene consecuencias negativas en su sociedad. Estamos hablando de un siglo atrás. El consumo de tabaco disminuye con políticas inteligentes sin represión. Uruguay es un ejemplo de ello.
Sobre esto es preciso tomar una decisión global. No es posible actuar a través de los Estados solamente. Porque eso distorsiona y no es solución. Cuando se llegue a una resolución de ese tipo, que tarde o temprano va a ocurrir, ojala más temprano que tarde, nos vamos a asombrar de las reacciones que van a registrarse. Que no vendrán solo del narcotráfico. Poderosas burocracias internacionales y nacionales también viven de esa represión.

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