Alcanzar el número necesario de firmas para convocar un referéndum contra 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC), y superarlo por más de 100.000, es evidente que ha shockeado a unos cuantos. Empezando por la inmensa mayoría de las autoridades y dirigentes oficialistas que jugados a que en un contexto dificultoso para la militancia tradicional (la organización de actos de masas propios, la posibilidad de asistencia a otros para recaudar firmas, etc.) consideraban que no se llegarían a las firmas necesarias. Esos mismos dirigentes reconocen hoy que eludir los debates sobre el contenido de la ley formó parte de una estrategia de vacío informativo que acompañaría el período. No les resultó efectiva.
Pero un resultado tan contundente sorprendió también a muchos de los propulsores. Originalmente no hubo total acuerdo sobre encaminar el enfrentamiento a la LUC por vía de un referéndum, particularmente se discutió sobre el número de artículos a cuestionar y sí optar por los llamados caminos “largo” o “corto”, luego la izquierda política y social se encolumnó cada vez más firmemente tras la iniciativa. A pesar de esto, y del empeño cotidiano y permanente de muchos dirigentes, seamos sinceros y reconozcamos que seguramente eran pocos los que tuvieron certeza que se podían superar las 700.000 firmas.
¿Qué pasó? ¿Cómo pudo generarse tal devenir? Responderse esas preguntas es clave para poder posicionarnos en la etapa abierta por el propio resultado. Aporto desde aquí unas líneas al respecto procurando estimular la reflexión.
Llamaría Militancia Miliar al trabajo político de la izquierda política y social que se expresa básicamente en dos aspectos convergentes y simultáneos: la participación de un número relevante de militantes cuyo accionar se concreta con mucha particularización o personalización en un contexto determinado. Miliar viene algo más grande, pero de implantación pequeña. Esta caracterización no debiera sorprendernos. El accionar histórico de la izquierda en el país tiene en el pasado muchas referencias del estilo, particularmente en la época de la resistencia a la dictadura por las propias condiciones que se vivían. Pero luego con el retorno a la democracia las características de la vida política fueron derivando hacia un accionar mucho más organizado y sustentado en estructuras más permanentes (comités de base, sindicatos, etc.) y crecientemente vinculada a los cronogramas electorales. La conquista del gobierno por parte de la izquierda en 2004 -y su ejercicio durante 15 años- redujo aún más la militancia a esos ciclos.
Quiero referirme a dos momentos recientes que muestran que la militancia miliar no es un retorno particular característico de estas últimas semanas. En noviembre de 2019 el Frente Amplio se vio enfrentado a un balotaje en condiciones nada auspiciosas. Había obtenido el 40% de los votos en octubre mientras que los partidos coaligados sumados superaban largamente el 50%. Tanto los coaligados como la inmensa mayoría de los analistas quedaron sorprendidos del resultado final que se laudó por un 1%, sólo 30.000 votos. Recordemos que fue el gran trabajo militante personal, el reconocido voto a voto, el que tuvo un efecto determinante en esa dilucidación. Agrego como otro ejemplo, de esto que llamo militancia miliar, la movilización del 20 de mayo del año pasado. Dada la pandemia era inviable, sanitariamente contraproducente, realizar la histórica Marcha del Silencio por verdad y justicia y contra la impunidad. Desde Familiares se convocó a ampliar las estrategias de comunicación y participación para expresarse en los días previos y en la fecha misma. La creatividad mostrada fue exultante, particularmente amplia territorialmente, certera por demás, y probablemente tuvo mayor impacto en términos comunicacionales sobre nuevos sectores que la movilización típica.
Lo anterior, quiero dejar constancia, no se contrapone con las prácticas organizativas ya tradicionales de militancia, son complementarias y cada una tiene su riqueza y potencialidad. Tampoco sobre el papel que nuevos colectivos organizados y nucleados en la intersocial aportaron a esta nueva realidad. Podemos preguntarnos qué característica tiene que tener una propuesta política desde la izquierda para que la militancia miliar se exprese en toda su potencia. Miremos los ejemplos reseñados. Parece claro que al menos es necesario un objetivo preciso y temporalmente determinado para ello (balotaje, 20 de mayo, cierre de periodo de recepción de firmas). También poseer lineamientos políticos más bien acotados pero que a la vez permitan una labor individual más plástica en el entorno (lugares de trabajo, familia, núcleo de amigos, vecinos) de modo que obligue a considerar particularidades del discurso a utilizar para intercambiar más fructíferamente y alejados de consignas rígidas. Seguramente el lector podrá incorporar otras facetas de lo “miliar”. Habiendo acumulado una nueva camada generacional tanta experiencia en estos últimos dos años apostemos a ese capital político obtenido para la izquierda del presente y futuro.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.