La banda de rock El asilo de la bestia acaba de presentar su disco “Pandemia”. Integrada por Eugenia Bonilla (voz), Edgardo Olivera (guitarra) y Esteban Lafargue (batería). Leonardo Borges, bajista, cuenta la historia del grupo y el proceso de dar a luz este trabajo.
¿Cómo nace la idea de la banda?
En el año 2005 se armó la banda por un folleto de nuestro primer baterista haciendo un llamado para armar una banda de rock. Ahí asistimos el guitarrista Erik Olivera y yo. La banda pasó por varios nombres y formaciones, hasta que tomamos el nombre de una de nuestras canciones, alma mater de todas las composiciones. El asilo de la bestia representa mucho más que una banda de rock o metal, sino una apuesta entre la literatura y la música, la filosofía y el arte. Todas las canciones del asilo están conectadas entre sí, y todas apuntan a intentar desnudar la esencia del ser humano. Pasaron muchos años entre distintas formaciones, toques muy esporádicos en boliches y muchas idas y vueltas, hasta que en 2020 encontramos la formación. A partir de ahí decidimos grabar el EP para dejar asentado este momento, y que no se nos esfumara entre los dedos. “Epidemia” es justamente la síntesis de todo ese tiempo. De hecho, hay muchas canciones que vienen desde aquellos años.
¿Qué objetivos se plantearon?
La idea de la banda siempre fue -como todo artista o aspirante a tal- lograr llegar a la gente, como decía el Tola Invernizzi, trascender. No concebimos al Asilo como simplemente una banda de rock, sino que las canciones son una parte del todo, una cuenta más de un collar un poco más pretensioso. Las historias, las letras, la música, la instrumentación, la literatura, la teatralización, todo, danza alrededor de un único nudo gordiano: una visión del ser humano.
¿Tuvieron algún artista de referencia?
Una de las características que creemos como un diferencial, es que todos estamos influenciados por diferentes artistas, e inclusive diferentes generaciones de músicos. Pero no es simplemente que nos gustan diferentes estilos, sino que eso lo volcamos en las composiciones. Cuando nos piden definirnos musicalmente, en general no podemos. No por una cuestión de ignorancia de los estilos, sino porque el Asilo apuesta al eclecticismo, y humildemente creemos -en mayor o menor medida- que lo conseguimos.
¿Cómo es el proceso compositivo de la banda?
Las canciones del Asilo parten en general de las letras, que muchas de ellas son cuentos o capítulos de una historia más abarcativa. A partir de ahí nacen las melodías, se buscan los acordes, aparecen los riffs y la canción va fluyendo. En el proceso hay muchos cambios, melódicos, rítmicos, etc. Un ejemplo, una canción (El hijo del dolor) que nació en sus inicios como un poderoso rock, hoy es una balada esencialmente ciclotímica. Zitarrosa decía que la guitarra le enseñaba la canción, así como si la misma tuviera vida propia y existiera por fuera del artista, de ese modo, intentamos que la canción fluya y tenga vida propia.
¿Cuál ha sido su recorrido artístico?
Nosotros concebimos que el camino de El asilo de la bestia está por comenzar con la llegada de esta formación definitiva, son pasos en una vía que está por caminarse. Del recorrido de cada uno de los integrantes, hay bastante por contar y es importante para comprender ese estilo sui generis que pretendemos caminar. El batero, Esteban “El cabeza” Lafargue, tiene un recorrido extenso en la música nacional. Fundador de la banda Vulture y primer batero de Los estómagos. Pasó además por Psiquis y los Moonlight, entre otros. Sus influencias son Deep Purple y Led Zeppelin. Eugenia Bonilla, tiene un recorrido vasto como cantante solista y en varias bandas. Con influencias como Nigthwish o Evanescence, es la voz entre dulce y poderosa que refleja la esencia del Asilo. El guitarrista Edgardo Olivera y yo arrancamos juntos este camino en 2005, y de ahí en más, seguimos entre sombras armando algo que recién ahora ve la luz.
¿Cómo fue la grabación del disco?
La grabación del disco fue una fiesta, aunque una fiesta con una cuota importante de tensión. Era la primera vez que entrábamos a un estudio para grabar más que una canción, en este caso, cinco. El estudio elegido fue Encrucijada, de Orlando Fernández, eso le agregó una responsabilidad extra, dado que es un músico admirado por nosotros. Pudimos estar presentes en todas las etapas del proceso, grabación, mezcla y masterización. Lo mezclamos junto a Orlando, y ahí aprendimos muchísimo.
¿Cómo vivieron la salida del disco?
Quedamos muy contentos con el producto final, con la mezcla y la masterización. En cómo suenan las canciones, porque en definitiva y en esencia, son canciones. Canciones que forman parte de un todo, que es lo que coloquialmente llamamos un disco. Más allá de que para nuestra generación, decir disco es hablar de un casete o un vinilo o un Cd. En este caso, salió como disco físico, pero también estamos en YouTube y además esperamos lanzarlo en Spotify en estas semanas. Igualmente, todavía estamos en un proceso, en el camino, dado que este es el EP de un disco que tenemos armado y esperamos poder lanzarlo pronto. Estamos abiertos a todas las posibilidades.
¿Qué temas les inspiran a la hora de hacer las letras?
El asilo de la bestia no es una simple referencia estilística, sino una concepción ontológica. “El hombre es el lobo del hombre” escribió en el siglo XVII Thomas Hobbes, intentando apuntalar el poder absoluto, y sin saberlo, paría una concepción tan escalofriante como sincera. Todos somos en esencia asilos perversos donde se esconde una bestia pronta a escapar. Ese ser, capaz de la mayor de las bondades, como de las más siniestras perversiones, es el protagonista de las canciones de El asilo de la bestia. Así, con minúscula, no esa Bestia, sino la bestia que es una de las partes de tu ser.
¿Cómo pretenden seguir de aquí en más su camino artístico?
El camino de la música es un camino desconocido y sinuoso para nosotros, una incertidumbre. Cada paso que damos es a oscuras, dado nuestra ignorancia suprema de la industria de la música, y mucho más en esta situación mundial tan particular. De hecho, no hemos podido presentar este EP en vivo, y eso nos tiene bastante disgustados, porque el Asilo es en vivo, es teatral, es performático. La idea es poder seguir grabando, tocando, escribiendo, en definitiva, siendo.
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