En la cárcel del Domingo Arena se encuentran detenidas unas 40 personas, con una edad promedio de 77 años, en su inmensa mayoría aguardan sus procesamientos en prisión, es decir son pocos los que tienen sentencia firme. Dentro de la justicia uruguaya un procesado aguarda su sentencia estando detenido en tres casos concretos: se puede fugar, puede destruir pruebas o puede volver a cometer otro delito. Es difícil pensar que con esa edad puedan huir muy lejos, o que pudiera destruir pruebas de algo que pasó hace más de 40 años, Así que en su mayoría están detenidos porque son peligrosos. Para muchos es difícil de imaginar que lo sean, pero me voy a permitir coincidir con la magistratura, esos veteranos son un peligro y si Ud. amable lector me sigue le explico mi punto.
Vamos para atrás, luego de la segunda guerra mundial, las mismas no podían ser totales si queríamos que alguien las ganara, (mientras escribo esto leo de reojo las noticias en Ucrania). Con la guerra fría, el mundo se convirtió en un tablero y si la potencia A apoyaba a un gobierno, la potencia B quería derrocarlo y así a la inversa. Armas en ese juego fueron los espías, los golpes y la ideología. Antes que Ud. amable lector tuerza el gesto, le digo que no justifico nada, solo lo explico en su contexto. Aquí en Uruguay, la ola llegó y un grupo de personas decidió que los cambios sociales y económicos necesarios, se podían hacer por la mera manifestación pública y vociferante de deseos sustituyendo a las urnas. Pero de esa masa emergió un grupo aún más radical que pasó de la manifestación, a la propaganda armada y de allí al terrorismo liso y llano.
La respuesta inicial fue buena, pero nos faltó el temple de Alemania, de Italia para que una vez la principal organización terrorista estuviera derrotada, saber mantener la democracia, aquello de que se fue el balde y luego la cadena. El descreimiento de la clase política del momento era feroz; en mar revuelto los egos estallan y las potencias siempre meten la cola. Perdimos el camino.
Vino el golpe y la represión fue dura. En lo personal critico profundamente que el Estado haya abandonado voluntariamente uno de sus atributos principales: el monopolio de la violencia legitima. ¿Como llegamos a una situación en donde se montó una organización estatal secreta para secuestrar personas? ¿Oficiales de las Fuerzas Armadas sin uniforme? ¿Porque sacrificamos la diciplina y el orden que nos caracteriza a los militares? Es claro que no hay delito que se pague con tortura y está mal en toda circunstancia, así como el terrorismo lo está.
Luego regresó la democracia, la amnistía general e irrestricta a terroristas, colaboradores, simpatizantes y gente que pasaba por ahí, porque claro la cadena del balde se llevó tanto a justos como pecadores. La otra mitad fue la ley de caducidad y dos consultas populares. Si, en dos ocasiones el pueblo perdonó, el pueblo uruguayo perdono entonces, a diestra y siniestra. ¿Qué paso luego de la primera? El Frente Amplio se comprometió a respetar la voluntad soberana y llego al gobierno.
Pero un día comienza el primer truco de una magia complicada, un Sr. Almagro promueve cambios legislativos. No deja de ser curioso que quien tuviera aquella iniciativa que buscaba juzgar a los peones del Plan Condor hoy, mientras Ud. lee estas líneas, disfruta de un cuantioso salario a pocas cuadras del cuartel General de la CIA. La vida da cada sorpresa, ¿no?
Casi al mismo tiempo un grupo destacado de intelectuales del derecho arma un complejo entramado jurídico para torcer expresamente la voluntad popular, así comienzan las primeras detenciones y condenas. En verdad, muchos de los primeros nombres en ser detenidos no tenían ninguna simpatía popular o eran ilustres desconocidos para la gente. Así que el atropello se toleró sin más. ¡Pero luego comenzaron a ser detenidas más personas, algunas que en el momento de los hechos tenían 20 años! La cosa se complica y el mismo Mujica declara que la justica tenía un “hedor a venganza de la ..”
Como un paréntesis aclaro que voy a votar en blanco (Porque no voto el sí, se lo explico luego) como forma de demostrar que nada en esa tierra artiguista está por encima de la soberanía de los pueblos expresada a través del voto secreto. Nada.
Sigo, ahora en breve, a Domingo Arena se sumarán otros 70 veteranos. ¿Son peligrosos para la sociedad? Parecería que no si en cuatro décadas no han cometido delitos. Pero son un recordatorio constante de los tiempos en que una parte de la izquierda uruguaya pensó que, pintando todos los árboles de Montevideo, gritándole consignas en la cara al adversario político, o movilizándose de a miles en las calles podía convencer a la gente. (El FA saco 18% en 1971). Si ya se, luego cambió y hay que agradecer a lideres que decidieron dejar las armas, perdonar a sus interrogadores y tomar el micrófono, porque fue a través de este, de un discurso sereno y conciliador que el FA-EP llego al poder. Una línea de cuatro imponente: un ex guerrillero, un economista serio y un líder natural llevando como vice a un ex blanco como hueso de bagual.
Así que estimado lector, lo del título, esos veteranos presos son un recordatorio para el cuerpo electoral de un pasado de enfrentamiento, cuando creímos mejor arreglar los asuntos difíciles a fuerza de bomba y plantón, son un recordatorio que la justicia no puede heder a venganza, que hacer y decir deben ser concordantes, son por supuesto, una amenaza para un próximo triunfo electoral del Frente Amplio, en tanto que evidencia constante que se dijo una cosa y se hizo otra. Pero sobre todo son un peligro para la concordia y la reconciliación nacional, son una piedra en el zapato del pueblo uruguayo en su constante camino de la paz. Porque no hay un camino para la Paz, la paz es el camino y es peligroso perderlo.
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