Florencia detrás del espejo por Alejandra Waltes
El 12 de agosto a las 19 hs se inaugura la muestra de Florencia de Palleja “Reminiscencias” en el “Espacio Nicolás Loureiro” en el teatro “El Galpón”. La misma podrá ser visitada hasta el 30 de septiembre.
La Artista Visual Florencia de Palleja nace en la ciudad de Rivera el 20 de marzo de 1996. A los 17 años se traslada a Montevideo para realizar sus estudios en la Facultad de Ingeniería los cuales abandona a los dos años. Al año siguiente ingresó a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo para estudiar Licenciatura en Diseño de Comunicación Visual, carrera de la que está cursando la Tesis de Grado al tiempo que trabaja cómo docente en el Taller de la Buena Memoria a dónde ingreso en el 2019 y se formó como grabadora. Es este el espacio en el que crea sus pinturas y grabados. En 2014 asistió al taller de Clever Lara, en donde desarrolló su interés en teoría del arte y filosofía. Ha participado de muestras colectivas e individuales a nivel nacional e internacional. Su grabado Signum recibió Mención de Honor en la II Bienal de Colonia (2020). Este año fue reconocida por parte del Paseo Cultural de Ciudad Vieja (Montevideo) en la 3era. edición de “#8M” junto a otras 7 Artistas Visuales mujeres. Sus obras forman parte de colecciones nacionales y extranjeras. Lo que comenzó cómo un experimento fotográfico en su Rivera natal se convirtió en su sello hasta el momento. Le interesaba saber qué pasaba si quitaba algunos objetos de su contexto habitual y es así que aparecen esas imágenes de sillones y espejos en medio del bosque. Florencia es corresponsal de un viaje íntimo de autoconocimiento y, por medio de su pintura nos va relatando la evolución de su proceso y hacia dónde la va llevando, por eso los objetos que elije y la forma del paisaje están relacionados entre sí y tienen una intencionalidad. Es así que los bosques de forestación reconocibles por la rectitud de sus troncos y la distancia ordenada entre unos y otros se fueron convirtiendo en un bosque profundo, enmarañado y antiguo en el que siempre hay un claro que puede ser punto de llegada o partida. Con pocos elementos de gran valor simbólico, la artista crea paisajes que remiten a las búsquedas que cada uno puede haber hecho en algún momento de su vida, su viaje es un viaje con el que en mayor o menor medida nos podemos identificar. El bosque es uno de los elementos que ocupa un lugar importante en el imaginario colectivo siempre como lugar lleno de misterios a descubrir, ocupado por entidades benéficas o no, refugio o lugar que es necesario atravesar, al igual que el mar representación de lo desconocido, lo que nos frena e impulsa. Es en ese viaje, que comienza con las primeras dudas, en el que se dan las experiencias y aprendizajes trascendentales. El proceso creativo de Florencia parte de la teoría de la reminiscencia, teoría platónica que plantea “la misión de recordar lo que alma ya conoce”. El segundo elemento que forma parte del universo de de Palleja son los espejos. Inevitablemente los asociamos a la posibilidad de acceder a otro mundo como el personaje Alicia, quizá al mundo interior a través del reflejo de nuestros ojos en uno de ellos. Es difícil hablar espejos sin pensar en lo que reflejan, en la idea del reflejo en todas sus acepciones y significados. Espejos mágicos, en los que se abren portales al conocimiento ancestral. Cómo dice Eloísa Ibarra en el texto curatorial “Florencia de Palleja expone por primera vez en forma individual y, con pocos elementos de gran valor simbólico, propone una visión personal con la claridad conceptual, la sensibilidad y la solidez técnica necesarias.” Utilizando el acrílico como técnica y el realismo como lenguaje, Florencia crea magia, una magia envolvente. El clima recreado a través del juego de nieblas, vapores que reafirman la idea de lo desconocido y misterioso y la luz, es el tercer elemento presente en la mayoría de las obras. La luz solar que, según el momento del día representado, varía de significado, aparece entre los árboles de troncos rectos (representación de lo aprendido) y en menor medida ilumina los árboles más salvajes (representación del conocimiento atávico) habla de estados anímicos, lugar del que se huye o al que queremos llegar. Pero hay otra luz, una que parece salir del centro mismo, del claro entre los árboles o de los elementos que hay en él.
En una entrevista que le realizara Shirley Rebuffo, Florencia expresa:” Hace poco, reflexionando, encontré un sintagma que me gusta usar para describir lo que busco con la pintura y es crear algo “desgarradoramente bello”. Desgarrador haciendo referencia a vivencias, verdades, emociones, por el sentir en sí, y bello por las sutilezas y la armonía.”
“Antesala del tiempo” (Florencia de Palleja_2020)
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