El sabor de la victoria implica varios aspectos y cualidades, entre ellas, la capacidad de esfuerzo ante las adversidades, y precisamente, el caso de Bethany Hamilton es un claro ejemplo.
Se trata de una surfista de Hawái (Estados Unidos), especialmente conocida como superviviente a un ataque de tiburón, en el que perdió el brazo izquierdo a los 13 años y por superar con éxito esa grave lesión, hasta el punto de regresar a la práctica del surf y ganar diversas competiciones.
La historia de Bethany Hamilton con el surf estaba empezando, convirtiéndose en su trabajo y su pasión. Cuando no estaba entrenando para alguna competición, lo hacía por diversión, pero Bethany estaba siempre dentro del agua. El 31 de Octubre de 2003, como cualquier otro día, a los 13 años, se desplazó a una playa de Kauai con su amiga Alana y con el hermano y el padre de esta.
Tabla en mano, se sumergió en el mar y, a unos 300 metros de la costa, cuando el agua le cubría, se sentó sobre la tabla para esperar las olas. Allí, mientras estaba esperando las olas con la mano izquierda debajo del agua, un tiburón la atacó y le arrancó el brazo izquierdo por debajo del hombro. La herida que le provocó el tiburón a Bethany era muy grave, llegando a perder el 60% de la sangre de su cuerpo.
Sus amigos la llevaron hasta la orilla para poder trasladarla a un hospital. Justo ese mismo día su padre, Tom Hamilton, iba a ser operado por un problema en la rodilla, no obstante la operación se tuvo que retrasar debido a la urgencia de Bethany. La rápida intervención de los médicos salvo su vida, eso sí, no había ninguna solución más allá de aprender a vivir con un solo brazo.
A pesar del trauma desencadenado del accidente, Bethany no dudó en ningún momento acerca de su pasión: no iba a dejar el surf. Solo diez semanas después del trágico accidente con el tiburón volvió a surfear. Para ello, tuvo que adaptar una tabla hecha a mano para que fuera más gruesa y sencilla de utilizar. Antes que nada, tuvo que aprender a nadar con un brazo y, poco a poco, volvió a surfear como antes.
Además, el padre de Bethany diseñó unas asas centrales en la tabla de su hija para poder realizar la maniobra del pato. Esta sencilla maniobra que sirve para sumergirse por debajo de las olas a la hora de entrar al pico, era muy costosa para Bethany, al no tener un apoyo que le diese equilibrio.
Tan solo un año después de su vuelta al surf recibió su siguiente galardón: el premio ESPY al mejor regreso de un deportista. Durante los siguientes años continuó obteniendo grandes resultados en numerosas competiciones a nivel nacional e internacional.
Su conmovedora historia quedó plasmada en una autobiografía que la conocida como «la surfista que perdió un brazo» escribió en 2004. El título de la obra era Soul Surfer: A true story of Faith, Family, and Fighting to Get Back on the Board (Alma surfista: Una historia real de fe, familia y lucha por regresar a la tabla). Este libro terminó en los primeros puestos de ventas según la Revista del New York Times.
Tres años después, en 2007, Becky Baumgartner dirigió un cortometraje basado en su historia (Heart of a Soul Surfer), que se proyectó en varios festivales de todo el mundo. Este pequeño cortometraje fue la antesala de su futura película. En el año 2011. la vida de la joven surfista se llevó a la gran pantalla. El film, Soul Surfer, fue dirigido por Sean McNamara y protagonizada por Anna Sophia Robb. La propia Bethany fue la encargada de doblar a la protagonista en las escenas de surf.
La película fue un completo éxito tanto a nivel de crítica como de recaudación. Tuvo un gran impacto entre el público femenino y entre los jóvenes menores de 25 años, llegando a recaudar más de 10 millones de dolares el primer fin de semana. Se trata de una de las mejores películas de surf que existen.
En el año 2013 contrajo matrimonio con Adam Dirks, teniendo a su primer hijo en 2015 y al segundo en 2018. Bethany dice que «ser madre es algo maravilloso, ha supuesto un cambio para mí y mi marido, como para cualquier pareja. Compaginarlo con el surf profesional, los viajes, el entrenamiento, me ha obligado a ser más paciente y organizada, pero es una de las cosas más maravillosas que me han sucedido. Surfeé suave hasta los 8 meses de embarazo, y el último mes solo entré al mar a nadar. Tras el parto estuve alrededor de 5 semanas sin hacer surf«.
Además, ha escrito otro libro sobre fitness llamado Body and Soul. Actualmente ofrece charlas sobre superación personal y es una gran entusiasta de las Redes Sociales, como se puede ver en Su Instagram. La historia de Bethany Hamilton es la viva imagen de la superación personal y de que no hay excusas para aprender a surfear.
A nivel deportivo, Hamilton logró varios méritos, entre ellos, el primer lugar en el Rell Sun Menehune de 1998, la Open Women’s Division of the National Scholastic Surfing Association de 2002, el premio ESPY en en julio del 2004, por mejor regreso de un atleta del año, la NSSA National Competition de 2005, entre otras.
Más allá de las historias de superación que se exponen a continuación, el deporte es una herramienta que cualquiera puede emplear para mejorar su vida. En la Carta internacional de la educación física, la actividad física y el deporte de la UNESCO así lo detallan: “La educación física, la actividad física y el deporte pueden mejorar la salud mental, el bienestar y las capacidades psicológicas al fortalecer la seguridad corporal, la autoestima y la confianza en uno mismo».
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