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José Pepe Mujica: El pasado no debe jamás paralizar el porvenir

José Pepe Mujica: El pasado no debe jamás paralizar el porvenir
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Compañeros, les agradezco que estén acá.
Tengo una honda preocupación porque los medios de prensa de este país ni se preocupan y los dirigentes políticos también están en la luna, tampoco se preocupan en describir la sociedad en que vivimos ni los tiempos que nos tocan vivir, el drama que significan los próximos desafíos.
Entonces estamos con una mentalidad llena de pasado y de nostalgia, sin mirar lo que se nos está viniendo encima: un cambio civilizatorio de carácter fenomenal, una verdadera revolución para bien o para mal, porque hay una revolución tecnológica en el mundo.
El mundo rico ha sacado una ventaja en materia de conocimiento l, que nos esclaviza cada vez más. Y no tenemos todo el tiempo del mundo para ponernos a la altura de este desafío. Hasta ahora ha sido muy importante la acumulación de capital, pero cada día es tan o más importante lo que viene, la acumulación de inteligencia de un pueblo es un factor cada vez más decisivo; si no damos un salto y metemos una fortuna en la cabeza de nuestros muchachos entonces los estamos condenando en el futuro a que queden en eso que llaman «la humanidad intrascendente», porque no sirve ni para que la exploten, porque ni los van a precisar.
La agricultura que se viene no precisa gente, porque hay muchísimos trabajos que no van a precisar gente. Porque un enfermero va a estar rodeado de cinco o seis petizos que van a atender a los enfermos y cuando tienen una cosa que no la pueden atender, lo vienen a buscar a él.
Todos esos cambios son inevitables. Yo no digo que ese mundo sea mejor, pero es el mundo que se nos viene encima. Y estamos como palanqueando la siesta, como mirando que no pasa nada. Están desapareciendo bancos enteros, el banco más grande de América Latina, el banco digital brasilero, casi sin gente, con máquinas. Ese es el mundo que se nos viene encima. Entonces, ¿qué nos pasa? No le abrimos los ojos a nuestro pueblo.
No discutimos estas cosas. Entonces, tenemos estas contradicciones, nos gastamos dos mil y pico de millones de dólares en autos nuevos, pero no tenemos trescientos millones en rescatar a los gurises y gurisas que están en la miseria y serán mayoría en algunos años. Para ver gurises tenes que ir a los barrios bien pobres. Y dentro de veinte años esos van a ser la mayoría de los jóvenes. Y los hijos de los sectores medianos tendrán que convivir con ellos. ¿Qué sociedad les espera?
Porque es viejo como el mundo, el árbol se endereza de chico y no de grande.
No es que no tengamos plata. Estamos empezando por los dirigentes sumidos en un egoísmo y en una tranquilidad tropical como si todo estuviera perfecto. ¿Y de dónde sacamos?
Nos falta épica, falta épica en los dirigentes. Les planteo y se asustan. Tienen que empezar por dar el ejemplo porque si los que van a dirigir el país no tienen alma de solidaridad y de compromiso, no se ganan el derecho de ponerle la pata en el pescuezo a los que tienen plata y tienen que poner para parar el huevo. Porque es inmoral.
Y estamos apichonados, con un presidente que se compra una moto de 60.000 dólares al pedo, absolutamente al pedo. O contrata veterinarios para que le atiendan a los perros en la casa de gobierno y se lo hace pagar el pueblo. No, viejo.
No porque con eso se vaya a arreglar el país, no. Es porque quienes gobiernan tienen que tener un compromiso moral con su pueblo en primer término. No pueden ser dioses, se van a equivocar, pero tienen que tener alma de buena fe, de servicio a su pueblo, porque le tienen que levantar el alma a su pueblo. Esto no se puede, aquello no se puede, todo es pura dificultad, una manga de maricones, una manga de llorones. ¿Por qué les digo esto?
La energía eléctrica hay que multiplicarla y usted se tiene que preocupar cinco años antes de precisarla, se tiene que producir. Y a nosotros nos pasó. Cuando largamos la campaña de los molinos, los de acá no querían poner, tuvimos que ir a buscar afuera. Que vinieran y pusieran, y vinieron. Pero somos tan bobos los uruguayos. Vinieron con la chapa y le pidieron garantía al Banco República, le dimos el trabajo y le prestamos la plata para trabajar. ¿Qué papel hicimos? El papel del bobeta, hicimos.
UTE tiene cuatro mil trabajadores, ustedes creen que un trabajador promedio del Uruguay, de UTE con el sueldo fijo no puede ahorrar diez o veinte dólares por mes y hacerse ellos dueños de un parque de molinos y quedarse con la rentabilidad para los hijos de ellos.
De a uno no jodemos a nadie, pero cuatrocientos pesos no puede ahorrar un trabajador que tiene un sueldo fijo, vamos. Pero cuando cuatrocientos lo multiplicas por miles la cosa cambia. Y esa rentabilidad se la lleva el capital financiero. Estas carreteras que se hicieron, vale más la financiación que la carretera. Ahora en julio van a empezar ese mamarracho de Arazatí, que cuesta doscientos cincuenta millones y después la OSE va a pagar setecientos y pico. Toda esa rentabilidad de la financiación se la lleva el capital financiero y parte se la podría llevar nuestro pueblo trabajador ahorrando de a puchitos. Por qué me van a decir que cuatrocientos pesos más o menos en el sueldo te hace la vida. Ni te das cuenta.

La política es una pasión

Yo creo en el pueblo si se le levanta el alma.
Para levantar el alma del pueblo necesitás dirigentes que se comprometan, gente que ponga el alma, que ponga lo de ellos. Andan ahí desesperados, porque la plata no les alcanza, porque esto y lo otro. Porque quieren vivir estirados, porque se chupan la cultura de que el que triunfa en la vida…
El que se mete en política para hacer plata hay que correrlo a patadas en el culo, la política es otra cosa. No es una profesión para ganar plata, o tenés vocación de servicio y te sentís gozoso, sentís felicidad por ayudar a la gente; o dedicate al negocio, a la industria y que te vaya bien. No entreverés los tantos. La política es otra cosa, es una pasión. No es una profesión.
El que la tiene la tiene. Como el que la tiene por la música o por el deporte. Las pasiones no son negocio.

El político tiene que tener para vivir. Pero para vivir como vive la inmensa mayoría de su pueblo, y no como vive la minoría privilegiada. Se desesperan por pertenecer a los sectores acomodados y le andan lambiendo permanentemente las pelotas ideológicamente y entonces no tienen compromiso moral con la mayoría de su pueblo. Que no me vengan con la cultura del pobrismo y todo lo demás, no. Es otro concepto de la vida, porque hay otra definición que es de carácter filosófico. ¿Por qué les digo esto? Porque la fuerza que tenemos pa salir y aceptar este desafío depende de nosotros mismos, nadie va a venir de afuera a desarrollarnos, a enriquecernos, a regalarnos el porvenir, esos son cuentos chinos.
Lo de afuera puede ayudarnos en determinadas circunstancias, pero el grueso debe salir de nosotros mismos y, desde que el mundo es mundo, el progreso material significa que tenes que invertir y para eso tenés que aprender a ahorrar, a meter y a cuidarlo, a reproducirlo y volver a invertir.

Confundir ser con tener

Somos 3 millones y medio, importamos 27 millones de pares de zapatos…: «ni que fuéramos cienpiés». ¿Por qué?
Es que el capitalismo ha generado una cultura consumista que nos tiene agarrado del pescuezo, tapados de cuentas y de créditos.
No nos trabajan en la cabeza sino los sentimientos. Hay una presión compulsiva que hace a la gente meterse en cuentas insostenibles, viven enrroscados y se pasan toda la vida pagando cuentas.
No es un defecto de la gente, es un triunfo cultural. Una sociedad que para que acumulen algún os, necesitan que todos seamos compradores compulsivos.
Hoy vamos hacia sociedades de gente autoexplotadas porque, como no nos alcanza para llegar a fin de mes. Les voy a poner un ejemplo. Los trabajadores de la salud hace años consiguieron las seis horas. La bandera que levantaban era que poder atender bien a los enfermos, más descansados. ¡Minga! No hay uno que trabaje en un lado, trabajan en dos lados y en tres. Trabajan más que antes, están más esclavos que antes, porque no les alcanza. Cómo les va a alcanzar si esto está hecho para que no te alcance nunca. Permanentemente te crean una nueva necesidad y es una presión cultural que te rodea. Y si le compraste unos championes baratos al gurí te dice: “Pero vieja me compraste esto”. Y ya tenés un lío adentro. Esa presión, entiendo perfectamente que domina la conducta de los hogares, están por todos lados. Cambiá el auto, aunque después termines comiendo arroz porque no podés pagar la cuota. Y se arman unos líos. Esa cultura que nos domina. El capitalismo no precisa un ejército para dar palo. El capitalismo domina con valores subliminales, culturales que nos mete adentro.
Tendemos a considerar que triunfar, a confundir ser con tener.
Necesitamos una épica y un compromiso distinto con nuestra sociedad. Hablar de estas cosas con nuestro pueblo. Los recursos no sobran y hay que hacer prioridades
Si me voy a gastar 300 millones de dólares para rescatar a los gurises y gurisas que están tirados en la pobreza, porque eso es estratégico, y es una fábrica de delincuentes. Tengo que tener otras cárceles, porque estas cárceles no recuperan a nadie, entierran a todo el mundo. Esto significa que tengo que generar trabajo, que no puedes ser que un tipo que sale de esta preso porque se mandó una cagada no tiene ni plata para tomar el ómnibus. Y va a salir a delinquir y está clavado eso. Y eso va reproduciendo la cosa.
Porque por otro lado le meto un sistema de marketing que a un gurí le presento un auto nuevo y le pongo una rubia espectacular al lado, para que el tipo subjetivamente piense que para tener una mina de esas hay que tener un auto de esos. Entonces sale a meter el caño. ¿Por qué? Porque le estoy pintando el mundo acomodado y él vive en la miseria sin oportunidad. Y no se resigna y se va a retobar. ¿Y para dónde agarra? Para la cagada.

El mundo no nos soporta

Para hablarle de estas cosas tengo que tener autoridad moral. Tuve una discusión con un filósofo judío muy conocido, Harari, y me decía que la preocupación de él es que esta humanidad se ha transformado en un fenómeno geológico. Arriba del planeta somos ocho mil millones de personas con una forma de vivir y si seguimos así, el mundo no nos soporta. No es que no podamos vivir, nos sobra para vivir, es que tenemos un despilfarro que no tiene goyete
Hacemos porquerías para dar ganancia, las cosas duran poco, eso que se llama la obsolescencia programada. Yo no sé si la humanidad podrá cambiar esto, pero ustedes no pueden desarmar un reloj con las herramientas que se desarma un camión. Para el reloj precisan una herramienta y para camión precisan otra. Nosotros necesitamos gobiernos locales para el barrio, necesitamos alcaldías territoriales que nos conozcan, que podamos hablar. Pero el mundo tiene grandes problemas como el cambio climático que necesita decisiones mundiales, para problemas que son diferentes necesitamos diferentes herramientas. Esto es un desafío civilizatorio, pero tengo claro que hay problemas que nosotros tenemos que entender y es tener una población de nuevas generaciones que estén preparadas mentalmente para enfrentar los desafíos que se vienen. Con un mundo de gente sin conocimiento, que gaste poco en la enseñanza, que no invierta fortunas en la investigación creamos cosas chatas. El otro día en un programa de televisión le pregunto a un viejo periodista como Traverso porque no educan un poco en los fenómenos naturales a nuestro pueblo. Como a un árbol de cuarenta metros le llega el agua a las hojas de allá arriba y no tiene bomba. Me miró raro. Eso es un fenómeno maravilloso, la vida está basada en eso, el agua circula desde allá abajo. Después el pueblo piensa burradas: “las plantas gastan agua”, las plantas usan agua no la gastan, evaporan el agua que vuelve al circuito hidrológico. Y hay árboles de cien metros y llega hasta allá arriba. Hay que explicarle a la gente. ¿Y qué es la fotosíntesis? No educamos a nuestro pueblo en cuestiones básicas. Estamos rodeados de maravillas y no tenemos ojos para verlas. Después no entendemos los fenómenos de la ecología y de la vida.
A nuestro pueblo le llenamos la cabeza de pavadas, de idioteces y no le enseñamos cosas básicas, no para que el pueblo sea científico sino para que entienda las cosas más profundas que amenazan a la vida. Entonces con un periodismo así, como vamos a educar a nuestro pueblo. Y con gobernantes así que no se preocupan.

Lo único que podían entender era el prepo
Sinceramente tengo angustia existencial porque soy un viejo que me voy a morir y veo estos problemas por delante, se me va la vida y no los puedo hacer despertar. Nos toca vivir en el continente más rico del mundo, la mancha de tierra más grande desde el río Bravo hasta la Patagonia, que si hablamos despacio nos entendemos. No hay en el planeta, yo anduve en China, se habla como cuarenta idiomas, en el viejo espacio que era la Unión Soviética se hablaban doscientas diecisiete lenguas, en Europa se hablan multitud de lenguas y dialectos. No hay un pedazo de tierra de las dimensiones que significa América Latina donde nos entendemos hasta con el portugués hablando despacio.
Sin embargo, tuvimos la pandemia y no hubo una reunión de presidentes para tener una política común. Fuimos incapaces de juntarnos para hacer un planteo a las multinacionales farmacéuticas. O nos dan el conocimiento, porque había seis países con las patentes en condición es de hacer vacunas, o no van a vender una pastilla en América Latina. Porque lo único que podían entender era el prepo. Pero fue más importante el negocio que la vida. El vicepresidente de Estados Unidos en su segundo discurso, dijo que estaba de acuerdo con la propuesta de Sudáfrica de colectivizar las patentes, es decir el conocimiento para multiplicar la capacidad de hacer vacunas. Después nunca más dijo nada, lo hicieron callar la boca. No hicimos nada. Cada cual revoleó el poncho y ¿saben lo que pasó en América Latina? Somos el 6% de la población del mundo, pero pusimos el 30% de los muertos de Covid. ¿Por qué? Porque nos atrasamos en el proceso de vacunación y México, Brasil, Colombia, Argentina y Cuba fabrican vacunas. Fue imposible. Esa incapacidad política de juntarnos para defender nuestros propios intereses. Después nos sacamos fotos y hacemos discursos. Cadenas hoteleras que haced toda la guita del mundo, aviones que van para allá y para acá. No sirve para un carajo. Cada país tiene una biblia para importar alimentos, se arma cada lío entre nosotros. Nuestros médicos e ingenieros se van a trabajar a Estados Unidos y Europa, pero acá en los países vecinos no pueden. Nos peleamos por mantener nuestra inteligencia. Nuestras universidades públicas no pueden dar títulos compartidos que sirvan para toda América Latina, ah no, pero se van a trabajar allá. Entonces lo mejor que tenemos lo llevan para allá porque les pagan más. Nosotros los formamos, nos cuesta un huevo y después se van a trabajar allá. No puede ser que un país hermano tenga un cataclismo y no tengamos un batallón de bomberos preparado para mandarlos de apuro para darle una mano. No puede ser que hasta altura no se pueda viajar en América Latina con cedula de identidad. Que nos pasemos horas parados haciendo tramites en una frontera. Esas no son cosas ni de izquierda ni de derecha, son cosas de estúpidos que no lo enfrentemos porque hoy es posible técnicamente y ni siquiera lo planteamos. No es posible que en un país vacío como éste tengamos cinco años a alguien que viene del exterior para reconocerle. Lo único que precisamos es gente, tendría que ser al revés, al que pase le damos un documento. Seguro nos vamos a comer algún clavo, pero mayor clavo es que nacen menos de los que se mueren. Si seguimos así, somos una especie en extinción, lo tenemos que entender. La soberanía lo primero que precisa es gente. Y los pueblos centroamericanos tienen más hijos porque hay cierto tabú femenino en América Central, donde la mujer que no tiene varios hijos se siente inferior. Nos conviene importar portorriqueños, cubanos porque eso está metido en lo somático. Hay que entender el corazón de los pueblos. Así como los pueblos africanos son alegres, aunque estén muertos de hambre, porque donde está la sangre negra uno ve esa alegría de vivir. Yo acompañé a Lula en la última campaña y vi una manifestación de un millón de persona en San Pablo zambando. Eso se lo metió África y ya están los blancos contagiados, es como el reino de la alegría.

Lo más importante es escuchar

Quisiera que nuestro pueblo pudiera despertar, que se diera cuenta. Perdón por la pasión que pongo en esto, pero el ser viejo tiene muchos inconvenientes y algunas pequeñas virtudes, se ve más lejos los síntomas del tiempo que no le tocará vivir a uno y el pasado es muy importante para aprender, pero el pasado no debe jamás paralizar el porvenir. La naturaleza nos puso los ojos para adelante. Hubiera sido útil tener un ojo atrás para cuidarse la espalda, pero la naturaleza nos colocó dos orejas, por lo tanto, lo más importante es escuchar, más importante que hablar. Nos puso los ojos para adelante, la vida es mañana, el porvenir. Lo que viene son nuestros descendientes, el mundo que van a tener es nuestra responsabilidad, lo que vamos a dejar. Vos te rompes el alma por dejar una casa, por educarlos bien. Preocupate por el medioambiente que va a tener que vivir, por la calidad de la sociedad. Hace 30 años que nos quejamos del aumento del delito permanentemente. Cada vez estamos más ricos, tenemos más cosas, cada vez consumimos más, pero cada vez tenemos más delincuencia. Y hay una degradación de la ética en el campo de la delincuencia. Yo cuando quería cambiar el mundo empecé a caer preso, mi primera cana fue Miguelete. Ahí había una fábrica que se hacían baldosas grises que están en Montevideo. Cuando llegué a Punta Carretas empecé a ver la ruina de la política social que intentó el segundo batllismo. En Punta Carretas tenía una fábrica de fideos para consumo del Estado. Tenía una mueblería que hacia los muebles que se usaban en la administración pública. Los recibos de UTE se hacían en Punta Carretas, había una herrería, había un hospital. Estoy hablando de la década del 40, yo alcance a ver la ruina. Había una chacra en Libertad que la trabajaban los presos. ¿Saben en que terminó todo eso? Fue el mismo proyecto que generó Subsistencias, aquellos puestitos en la feria que vendían más barato. Aquellas carnicerías en casillas de madera en las plazas. La copa de leche, los expendios donde comprábamos el pan y la leche más barata. El segundo batllismo ensayó todas las políticas sociales que se pueden pensar. ¿Saben por qué se fue al carajo? Por la joda de abajo. No fue por la corrupción de arriba. Porque los seres humanos somos así y empezó el acomodo. El carnicero le vendía carne al carnicero del barrio. Los bolicheros empezaron a traficar con los almaceneros y así sucesivamente pudrieron todo. Nunca fue una gran delincuencia, no. Era la pequeña mascada de la hormiga por acá y por allá. Yo lo vi eso. Teníamos un Frigorífico Nacional que era glorioso, y los obreros de la carne tenían como beneficio dos kilos de carne por 17 centésimos y como no consumían eso, te prestaban la tarjeta y los pobres conseguíamos carne por ese precio. Una gloria. Pero claro una cosa era para dos mil obreros y otra cosa era para toda La Teja, era insostenible.

Somos cómodos, nos achanchamos
Que les quiero decir, la democracia tiene una enfermedad, todos los controles de la democracia son de arriba para abajo, no sirven para un carajo. Porque se produce un pacto de hecho, entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera. No hagas olas. ¿Somos malos? No, somos buenos y malos, también somos cómodos, nos achanchamos. Si yo entro a trabajar en un lugar y si no mato a mi madre, dentro de 40 años me jubilo, para que me voy a matar y no me voy a pelear con mis compañeros. Entonces entra un gurí embalado y le dicen: “pará, pará que acá no se trabaja así”. No se va a pelear con la barra vieja, porque queda como un carnero. Pero cuando estamos de jueces somos mucho más severos que cuando estamos de actores. El gran defecto de la democracia es que no busca que los controles sean de abajo para arriba. No porque los de abajo sean mejores, están en situación distinta, son los que soportan. Si la comisión de Fomento de la escuela puede meter mano, estate tranquilo que los maestros van a marcar el paso, porque los van a tener cortitos. Ahora si ellos están de maestros también se van a apichonar, si pueden. Necesitamos esas contradicciones. Que el pueblo tenga más participación, que pueda incidir mucho más, pero partiendo de la base de que somos buenos y malos a la vez. ¿Por qué somos malos? Porque somos una cosa viva y toda cosa viva está planificada para luchar por su vida, un sapo una rana, un cristiano. La primera ley es la de la necesidad, alimentarse y reproducirse. Y cuidar los suyos, no escapamos de eso, pero somos además animales gregarios, no podemos vivir en soledad. En el derecho antiguo la pena más grave después de la pena de muerte era que te echaran de la comunidad. No somos como los pumas que pueden vivir en soledad, nosotros necesitamos del grupo humano. Si tuviéramos que vivir de a uno andaríamos con un cuero con mucha suerte. La grey nos permite especialidades. Yo tengo compañeros en pila por todos lados, pero ahora que estoy enfermo preciso uno que me atienda el cáncer. No un compañero que me quiera, uno que sepa. Y si no me anda el cachilo preciso un mecánico. Si se me agujerea el techo preciso un albañil. ¿Quién me da eso? La sociedad. Solos y aislados no podemos vivir. Entonces hay que lidiar con el egoísmo que llevamos adentro, pero lograr que subsista la sociedad. Ese es el papel de la política. Por eso Aristóteles tenía razón, el hombre es un animal político, se de cuenta o no. Porque necesita equilibrar el egoísmo de los individuos con el valor que tiene la sociedad.

No vamos a elegir un dios
Hagan lo que puedan compañeros. Tenemos que elegir presidente, no vamos a elegir un dios. No podemos elegir dioses o magos. No podemos elegir Mandrake, pero tenemos que darnos cuenta que tenemos que elegir gente que ponga el alma en la cancha. Que no esté pensando en la de ellos. Todo el mundo tiene derecho a pensar en la de él, pero no entrevere los tantos. Porque por este camino nos viene siempre lo peor, los que entran en la política buscando hacer plata o acomodarse. La política vuelvo a insistir es una necesidad humana, es consecuencia del carácter gregario y social, es esa herramienta maravillosa que nos dio el instinto que nos permite agruparnos. Hemos creado grandes mitos. Mitos como la patria, como la bandera, cosas que sirven para juntarnos y defendernos. Los Neandertal eran mucho más fuertes que los Sapiens pero no tenían ese instinto y sucumbieron. Esta cosa maravillosa que se llama civilización, que no le damos importancia y es esa fortuna que recibimos cuando nacemos, desde aquellos que descubrieron la rueda y el fuego a los que están trabajando en la biología molecular. Esos dones que recibimos no cayeron del cielo, es la acumulación del trabajo humano y hay que defenderlo. Hay que pelear por un mundo mejor, por una vida mejor para los que van a venir después nosotros. Porque sabiéndolo o no, nuestros antepasados lo hicieron. En los pueblos hay momentos heroicos y momentos pacíficos. Heroicos no significa andar a los tiros, heroico significa tener una épica. ¿Ustedes creen que este pueblo uruguayo sería capaz de hacer un éxodo como en la época de Artigas? No papá, ¿dónde enchufo el celular? Se dan cuenta que no podemos tener la moral que tenía esa familia primitiva. En plena guerra de defensa estaban pelados y le pidieron plata a Joaquín Suárez y después le vinieron a pagar. Y Joaquín Suarez les dijo: “yo no le llevo cuentas a mi patria”. Un gaucho loco o no, como Aparicio Saravia la planteó la guerra al Directorio del Partido Nacional que se pegó un susto que dios me libre. Y entre los argumentos que le dieron uno fue que no había plata. Entonces vino con los títulos de los campos de él, puso el pellejo no va a poner los títulos. Es gente que tiene una actitud de entrega de la puta madre. Yo no pido tanto, pero se asustaron porque dije que el presidente ponga el 40% de lo que gana. Que obligue a la burocracia política a que ponga el 5 o el 10%. No porque le vayas a arreglar la situación a los pobres con esto, no, yo no me chupo el dedo, pero hay que dar un ejemplo moral. Porque no le puedo pedir solidaridad a mi pueblo si no meto la mano en el bolsillo para poner yo. Ese es el problema. Y si hay problemas sociales como atender a los gurises y las gurisas pobres, para atender esas cárceles miserables que tenemos, hay que meter plata. ¿Y de dónde la voy a sacar la plata? Entonces tengo que golpear en el corazón de la sociedad en la que vivo. Pero los que están al frente tienen que poner ellos, tienen que tener una actitud de ética, porque esto no se enfrenta con estadísticas económicas y todo lo demás. Sí, sí se precisa la ciencia y la tecnología, pero se precisa el empuje, el cariño, el corazón primero. Porque hermano con sangre de pato maragullón no salimos del pozo que tenemos por delante. Eso es lo que quiero trasmitir a mi sociedad, pero sé que es bravo, sé que es difícil. Lo viví, pero no me resigno a que los seres humanos sean tan mediocres ante la causa de la vida que tenemos por delante. Gracias queridos compañeros.

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