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Julio Persa: actor, director y productor teatral maragato

Julio Persa: actor, director y productor teatral maragato
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Este año asistimos a una versión de Romeo y Julieta en algún lugar cercano a la ciudad de San José de Mayo. La experiencia escénica estaba a cargo de Intermedios Producciones, una asociación civil que también gestiona un espacio cultural y desarrolla una pantagruélica actividad cultural desde la capital maragata. Voces conversó con Julio Persa, uno de los responsables de Intermedios, para conocer sobre su historia y su actividad actual.

ESPACIO CULTURAL IGNACIO ESPINO
Como se puede leer en su sitio web, el Espacio Cultural Ignacio Espino (ECIE) nace con el objetivo de rescatar, a través de un proyecto artístico, social, cultural y educativo, la histórica edificación del antiguo galpón de cargas de AFE de San José, considerado patrimonio arquitectónico industrial maragato. El ECIE está administrado y gestionado por Intermedio Producciones, una productora de contenidos artísticos y educativos, especializada en artes escénicas, que funciona desde el año 2005 y que se constituye luego como Asociación Civil. Como cuenta Persa, ya en el año 2007 habían puesto el ojo en el galpón de AFE. “Es un galpón de piedra que data de fines de 1800. Se llama galpón de carga o de intercambio porque es una edificación rectangular con cuatro portones hacia un lado y cuatro portones hacia el otro. Los vagones de carga llegaban y descargaban de un lado y del otro lado llegaban las carretas que distribuían comestibles y encomiendas”.
Como sucedía con AFE en general, en el año 2007 el galpón se encontraba en situación de abandono. Intentaron comunicarse con alguna autoridad hasta que en el 2009 León Lev, presidente de AFE en ese momento, visita San José y pregunta por el espacio. El responsable zonal de AFE lo pone al tanto de que había varios proyectos, uno de ellos cultural, y le interesó. “Lo llamo -continúa Persa-, le cuento, y me pregunta cuanto estábamos dispuestos a pagar por el alquiler (risas). Le contesté no teníamos un peso y que me interesaba que leyera el proyecto. Lo lee y al tiempo me llama diciendo que estaba interesado pero que no estaba muy claro como íbamos a sustentar económicamente el proyecto, cosa que nosotros tampoco teníamos claro. Entonces propusimos que nos lo dieran en comodato por un año y nosotros en ese plazo garantizábamos que íbamos a inaugurar un espacio cultural, como forma de devolver a la comunidad el uso inicial como sede de trabajo de nuestra productora. Y si en un año no habilitábamos el espacio cultural comunitario devolvíamos el inmueble.”
Aceptada la propuesta hubo que pasar por trámites burocráticos hasta que en 2010 se confirma el comodato. En ese momento comenzó la tarea de reciclar un espacio en el que, por años, solo habitaron murciélagos y palomas. “Comenzamos a generar jornadas de limpieza y de restauración. Pusimos fondos propios para empezar a trabajar en la estructura del espacio, en la instalación eléctrica, en divisiones de yeso. Y llegamos al 25 de junio de 2011, cuando la productora cumplía seis años, a festejar ese aniversario con la inauguramos el Espacio Cultural Ignacio Espino. Con muchas carencias, no había puertas por ejemplo, la sala de teatro no tenía gradas, sino bancos y sillas de todos los colores. Pero lo inauguramos, y eso nos habilitó a poder seguir”.

Ignacio Espino (nacido el 21 de mayo de 1938 y fallecido el 16 de diciembre de 2022) es un referente en la vida cultural maragata. “Fue un pilar de todo lo cultural, sobre todo de las artes escénicas en el territorio, y sobre todo de lugares descentralizados. Por ejemplo en Ciudad Rodríguez, que en su momento era Villa Rodríguez, impulsó a estudiar teatro a personas como a Jimena Pérez (actriz que integra la Comedia Nacional). Pero también impulsó a Claudio Quijano, a Mariano Prince, todas personas de esos pueblitos que él fue incentivando a que hicieran teatro. Pero, como muchas personas, está invisibilizado. Así que un objetivo era que se le reconociera. Hace unos años, cuando cumplió cincuenta años de trayectoria, rodé un documental testimonial sobre su vida, y él cuenta ahí que cuando le vamos a decir que queremos su nombre para el espacio cultural primero nos dice que estábamos locos, y después que acepta siempre y cuando lo habilitemos a trabajar junto con nosotros en la rehabilitación del lugar. Así que él pintó y colocó cables junto con nosotros. Fue uno más en la gestión de este espacio”.
En el ECIE funciona una Escuela de Actuación Integral de gestión privada a través de la asociación civil. Según Persa la cantidad de estudiantes varía: “en el primer año siempre tenemos un marco de inscripciones bastante fuerte, pero después no es fácil sostener cuatro años donde tenés quince horas de clases por semana, con exámenes teóricos y prácticos en cada semestre, donde podés aprobar o no. Entonces a medida que los años van pasando vas perdiendo integrantes. Tenemos un cuerpo de diez docentes por semestre, con algunos que viajan desde Montevideo y otros oriundos de San José. Y hoy por hoy ya tenemos cuatro generaciones de egreso y bastantes estudiantes avanzados de la carrera. Por otro lado tenemos grupos infantiles y adolescentes prevocacionales, además de los talleres de otras actividades culturales que funcionan en el ECIE.

PRODUCCIONES

Intermedios ha producido varios espectáculos que conocimos en la cartelera montevideana como Lautremont o su última carta (con dramaturgia y dirección de Angélica González y actuación del propio Persa) o Casi Dahiana (con dirección de Anthony Fletcher y dramaturgia y actuación de Leonor Chavarría).

Si, fueron producciones de Intermedios. Al borde de la piscina también es una producción que estuvo en varias salas de Montevideo y de otros puntos del país. Es un solo de danza con Luciano Álvarez y dirección de Norma Berriolo. En 2017 con Ernesto Pérez, que es el actor que hace de Fray Lorenzo en Romeo y Julieta, estuvimos haciendo una gira nacional con la obra Solo las alas (escrita y protagonizada por Ernesto Pérez, con Leonor Chavarría completando el elenco y dirección de Persa). Y en noviembre de este año estrenamos en El Galpón una obra llamada La Migración, con Leonor, Ernesto y con Diego Licio en el elenco, dramaturgia de Ernesto y dirección mía.

En este momento se encuentra en cartel Equilátero

Equilátero: la utopía del amor infinito es una obra de Angélica González, quien ganó en 2021 el premio nacional de literatura del MEC en dramaturgia por esta obra. Dirige Angélica junto con Romina Capote y el elenco está integrado por Paty García, Gabriel Ocampo y Paola Gago. Ya estuvo en el Espacio Cultural Ignacio Espino y ha girado por el Interior porque fue seleccionada por Fondos Regionales para la Cultura y ahora estamos en el Teatro Victoria los viernes de setiembre a las 21:00.
Aparte de estas producciones también hemos incursionado en audiovisual. Hicimos la coproducción de la película La noche que no se repite (2018, dirección de Aparicio García y Manuel Berriel) basada en una novela de Pedro Peña, que también es maragato. Y hemos tenido experiencia en varios cortometrajes, sobre todo en proyectos financiados por el ICAU.
El otro ámbito de trabajo es la gestión de eventos, con dos eventos constantes. Por un lado la coorganización junto a la Intendencia de San José de la Feria Internacional de Promoción de la Lectura y el Libro. Y por otro lado el El Festival Internacional de Artes Escénicas Infantil y Adolescente del Uruguay que tuvo su primera edición en noviembre del 2021. Es un festival para las infancias y las adolescencias con perspectiva de derechos y lo hacemos en noviembre por dos razones, por un lado para mover la oferta cultural zafral que tenemos hoy en vacaciones de julio hacia otro momento, y por otro para que coincida con la fecha en que se celebra la firma de la Convención sobre los Derechos del Niño. Es un festival que apuesta a ser bianual, la primera experiencia contó con el apoyo de la Intendencia de San José, del Ministerio de Turismo y de Iberescena, que también apoya la segunda edición que será del 22 al 26 de noviembre de este año. El centro va ser la Ciudad de San José de Mayo en diferentes salas y también vamos a tener una sede en la Casa de la Cultura de Libertad, que si bien es una ciudad mucho más chica tiene una Casa de la Cultura con un polo cultural muy importante.

ROMEO Y JULIETA: UNA HISTORIA DE ODIOS

Shakespeare es un autor acorde a una adaptación al espacio abierto, pero ¿Por qué Romeo y Julieta?

Antes que Romeo y Julieta pensé en Shakespeare por un clásico. En San José no tenemos acceso asiduo a los clásicos, y me parecía interesante esto de llevar a la calle algo que nos parece un poco alejado, más allá que Romeo y Julieta todos los conocemos, todos sabemos el final.

Es una obra que tiene de todo, desde momentos dramáticos, hasta enredos y bastante humor.

Mercucio por ejemplo tiene que ver con eso, con el humor, también la nodriza, son dos personajes que rompen la estructura de los demás. Y en esta versión el eje que me interesó, y también al colectivo, es que en realidad Romeo y Julieta no es una historia de amor sino una historia de odios. Eso fue uno de los puntapiés para empezar a investigar. Te diría que estuvimos trabajando casi seis meses sin libreto, en un formato de laboratorio donde teníamos que investigar a partir de un fragmento del personaje que estaba asignado. En ese laboratorio inicial me acompañó también Vanesa Pintos en asistencia de dirección y la bailarina Morïana Romero en investigación corporal. Trabajamos sobre el libro Amor, Poesía, Sabiduría de Edgar Morin, un libro donde él habla, en uno de los textos, de que el hombre además de ser homo sapiens es homo demens, y pone sobre la mesa el tema del amor como algo que no es instituido sino que es instituyente. Dice que está más allá de las leyes sociales y de la estructura social, que el amor es bohemio. Por eso el adulterio. Por eso trasciende lo que desde la institucionalidad social se puede ver como moralmente malo, porque está travesado por el deseo.
Una vez que cerramos ese laboratorio aparece la adaptación del texto, que hizo Angélica González pensando en que toda la acción sucediera en Verona. Las escenas que suceden en Mantua están contadas desde el coro. Los cuatro coros están planteados desde el hilo de la vida, primero con el nacimiento como descubrimiento del mundo. En el segundo coro se van apropiando del espacio, como los niños cuando exploran su entorno. Y los otros coros ya transitan desde la adultez hasta la muerte. El inicio también remite a ese salvajismo donde está primero la lucha, donde no está el lenguaje, donde está el intento de comunicación pero desde la violencia. Hasta que desde esa masa empieza a surgir algo. Todo trabajado desde el homo demens que también son los montescos y los capuletos. Porque somos eso también. Si no tuviésemos las leyes que por ahí nos estructuran un poco más como sociedad seríamos salvajes. La civilización, el lenguaje y la cultura nos permitieron dar ese otro paso.

El despliegue de Romeo y Julieta es impresionante

Fue un gran desafío porque teníamos una incertidumbre muy grande. Empezamos a trabajar en pandemia, ateniéndonos al marco que nos habilitaba para ensayar y para reunirnos. Estuvimos mucho tiempo trabajando en el espacio Cultural Ignacio Espino. Luego hubo un proceso de puesta en escena, pero como más neutral, porque no teníamos el lugar. Y luego adaptar el trabajo que teníamos al espacio físico que se había logrado adquirir. Que fue muy difícil porque la idea era que el espectador perdiera referencia del lugar físico de la ciudad donde está. Y es un equipo muy grande, entre elenco y técnicos son 35 personas que trabajan por función. Hay más gente trabajando que espectadores, porque trabajamos con un máximo de 22 espectadores. Y todo el tiempo estábamos en el abismo de si iba a funcionar o no. De la responsabilidad de sacar al público de una zona de confort y llevarlo a un espacio abierto. Todo este movimiento de trasladar al público hacia un lugar desconocido también implica montar y desmontar todo el sistema de sonido y de luces para cada función. Pero pasó que nos fue muy bien en la primera temporada en 2021. El estreno se agotó y hubo muy buena venta de entradas de las siguientes funciones. Para mí era capital el estreno porque el boca a boca también funciona, y la entrada duplica la media de un espectáculo teatral, pero sucedió que después del estreno se agotaron todas las funciones.
Volvimos con una segunda temporada en febrero, marzo y abril de 2022 y ahí nos dimos cuenta que estaba llegando público que no era de San José de Mayo. Y en nuestro país tenemos un gran problema con las conexiones. Estamos a noventa kilómetros de Montevideo, que es bien cerca, pero la realidad es que al finalizar la función, a media noche, ya no hay frecuencias de ómnibus para volver hasta las 4 de la mañana. Entonces hicimos un proyecto piloto y armamos un paquete que incluía traslado, una visita guiada al casco histórico de San José, pausa para café, cena post función y retorno a Montevideo. Pusimos esa función a la venta y se agotó. Así que para la tercera temporada a fines del año pasado volvimos, además de las funciones desde San José, a programar otra función desde Montevideo. Hay que tener en cuenta que tenés pila de condiciones, repelente, un momento en que te anulan la vista, sabés que vas a San José pero no a qué sala, pero se agotó esa función también. Así que a principios de 2023 volvimos a programar otra función desde Montevideo junto con una cuarta temporada en San José. Y para seguir ampliando el año pasado postulamos el proyecto a los Fondos Regionales. Y quedó seleccionado, así que a fin de año volvemos con una quinta temporada con funciones desde Colonia. Estamos estudiando si ponemos también funciones desde Libertad y vamos a aprovechar para poner alguna función más desde Montevideo. La quinta temporada va a ser en

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Leonardo Flamia Periodista, ejerce la crítica teatral en el semanario Voces y la docencia en educación media. Cursa Economía y Filosofía en la UDELAR y Matemáticas en el IPA. Ha realizado cursos y talleres de crítica cinematográfica y teatral con Manuel Martínez Carril, Miguel Lagorio, Guillermo Zapiola, Javier Porta Fouz y Jorge Dubatti. También ha participado en seminarios y conferencias sobre teatro, música y artes visuales coordinados por gente como Hans-Thies Lehmann, Coriún Aharonián, Gabriel Peluffo, Luis Ferreira y Lucía Pittaluga. Entre 1998 y 2005 forma parte del colectivo que gestiona la radio comunitaria Alternativa FM y es colaborador del suplemento Puro Rock del diario La República y de la revista Bonus Track. Entre 2006 y 2010 se desempeña como editor de la revista Guía del Ocio. Desde el 2010 hasta la actualidad es colaborador del semanario Voces. En 2016 y 2017 ha dado participado dando charlas sobre crítica teatral y dramaturgia uruguaya contemporánea en la Especialización en Historia del Arte y Patrimonio realizado en el Instituto Universitario CLAEH.