La vida presenta sorpresas y circunstancias a veces no deseadas, generando consecuencias que nos afecta el diario convivir, así como también ocurren casos que se nace con alguna característica diferente, cuestión que no debe ser impedimento para realizar actividades como cualquier persona.
Los deportes paralímpicos abarcan un amplio rango de disciplinas para personas con discapacidad que participan en competiciones deportivas a distintos niveles, donde pueden jugar personas con discapacidad física, intelectual, y visual.
La clasificación de la discapacidad en el deporte permite agrupar a los participantes en clases deportivas en las que los integrantes tienen limitaciones similares, con el objetivo de que puedan competir en términos de igualdad y que sean las capacidades de cada deportista y la excelencia deportiva las que determinen el resultado de la competición. Los diferentes sistemas de clasificación de cada deporte también definen quién es elegible para competir en ese deporte y quién no.
Los deportistas se agrupan en Clases Deportivas en función de cómo una característica elegible afecta a la ejecución de las habilidades deportivas requeridas en cada deporte. Así, por ejemplo, un jugador de baloncesto recibiría una determina clase en función de las limitaciones para maniobrar la silla, lanzar o pasar el balón, entre otras. Por ello, para que la clasificación minimice el impacto de la discapacidad en el rendimiento deportivo, la clasificación debe ser específica del deporte, y desde hace unos años, basada en evidencias científicas.
Cada deporte tiene un sistema propio de clasificación que detalla qué tipos de deficiencia de las expuestas se admiten para competir en la modalidad deportiva correspondiente y también establece el Criterio de Deficiencia Mínima que se exige para ser elegible.
En la actualidad existen 22 disciplinas consideradas como deportes paralímpicos cuya máxima expresión son los Juegos Paralímpicos, la mayor competición deportiva para discapacitados a nivel internacional. Ciclismo, hípica, remo, tenis, tenis de mesa, tiro con arco y vela son los nueve deportes que comenzaron su carrera paralímpica en los Juegos de Londres de 2012 y a los que se unieron el piragüismo y el paratriatlón como debutantes en Río 2016.
Una de ellas es el atletismo. Uno de los deportes paralímpicos decanos, presente desde la primera edición de Roma en 1960. Tiene mucho tirón ya que oferta una amplia gama de competiciones, eventos y categorías, lo que le permite estar abierto a atletas con diferentes discapacidades. Incluye maratón, pruebas en pista, pruebas al aire libre y combinadas.
Luego tenemos el baloncesto en silla de ruedas, que posiblemente el deporte paralímpico más practicado del mundo. Según la IWBF (Federación Internacional de Baloncesto en Silla de Ruedas) más de 100.000 personas juegan el baloncesto en silla de ruedas de forma recreativa o en clubs de élite en todo el planeta.
También se puede jugar boccia, un juego de habilidad, precisión y estrategia muy similar a la petanca y que como deporte paralímpico puede practicarse de forma individual, en parejas o en equipos.
El ciclismo es otro juego paralímpico. Con casi treinta años de historia e incluido en los deportes paralímpicos desde 1988 el ciclismo adaptado se practica con bicicletas, triciclos, tándems o handbikes y tanto de forma individual como en equipo.
Además, se puede practicar la equitación terapéutica (o equinoterapia) para personas discapacitadas, que lleva décadas practicándose aunque no se convirtió en deporte paralímpico hasta los Juegos de Atlanta en 1996. Dependiendo de su discapacidad los atletas pueden competir en clásica, en pruebas de habilidad sobre el caballo y en estilo libre con música.
La esgrima en silla de rueda es otro de los deportes paralímpicos con más historia, cuya mayor curiosidad es que la silla está fija en el suelo lo que implica una notable habilidad y equilibrio por parte de los jugadores.
Aunque también tenemos el fútbol 5, adaptado para deportistas con discapacidad visual, todos ellos llevan antifaces, mientras que es el portero quien puede ver y organizar el juego. Utilizan un balón sonoro, por lo que la ausencia de ruido es primordial para el desarrollo del partido.
Otra modalidad es el goalball, declarado paralímpico en 1976 y está dirigido exclusivamente a personas con discapacidad visual. Durante el juego se impone el silencio absoluto: sólo se permite gritar y aplaudir cuando se marca un gol.
Lo que no puede falta es la halterofilia (levantamiento en potencia). Esta modalidad establece hasta diez categorías en función del peso de los atletas. Es uno de los deportes paralímpicos más extendidos del mundo y pueden practicarlo deportistas con lesiones medulares, amputaciones, parálisis cerebral o discapacidades intelectuales.
Sobre disciplinas, es importante comentar sobre judo, que es el que menos adaptación requiere respecto al deporte original. Únicamente se especifica que los participantes comienzan el juego agarrados.
Y si le gusta el agua, la natación fue uno de los ocho deportes que se practicaron en los primeros Juegos Paralímpicos. Al igual que ocurre con el atletismo pueden practicarlo personas con discapacidad física, visual o intelectual y en estilos similares a la natación convencional.
Se puede jugar paratriatlón, piragüismo, remo, rugby en silla de ruedas, tenis de mesa, tiro con arco y tiro olímpico, vela, voleibol sentado, tenis adaptado y deportes paralímpicos para todos.
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