El pasado fin de semana se cerró, en México, un seminario organizado por el Instituto de Formación Política de Morena (el partido que fundó Andrés Manuel López Obrador, AMLO). Dicho seminario fue convocado para analizar la realidad política y electoral de América Latina, que se clausuró con una clase magistral a cargo de Cristina Kirchner, que ocupa el cargo de presidenta honoraria del instituto.
Cerrar un seminario sobre esa temática, en este momento, con esa disertante, resulta por lo menos una estridente tomadura de pelo. ¿Cristina Kirchner analizando la situación política y electoral de América Latina? Sí, y en el momento que se desarrollaba el mayor fraude electoral de los que el chavismo ha llevado a cabo. En dicha clase magistral, la expresidenta insistió en que hay que respetar la no injerencia en los asuntos internos de los países, cuando esa es la cualidad más endiablada de Maduro, tanto desde su rol de presidente como, antes, como ministro de Relaciones Exteriores. Cristina Kirchner intenta crear las condiciones ideales para que un gobierno cruel y corrupto hasta la médula pueda salir del barrial en que se ha metido: ella también pide que Maduro muestre las actas para demostrar que no hubo fraude. ¿Es esa la misma exigencia que le hace la Unión Europea, por ejemplo? De ninguna manera. Ya Maduro aclaró que un hackeo hizo imposible confrontar las actas reales con los resultados emitidos pocas horas después del cierre de la elección. Esto debe quedar en un punto muerto para ir a un proceso de negociación, dando por bueno que aquí no hubo ni un ganador ni un perdedor. Como bien se explica la expresidenta argentina: “En Venezuela no hay ni diablos ni ángeles”. Entonces, ¿cómo es que el lunes 29 de junio, por la madrugada, el Consejo Nacional Electoral, proclamaba ganador a Maduro, con el 51% de los votos contra el 44.2% otorgado a Edmundo González Urrutia? ¿De dónde sacó esas cifras el CNE? Ni el diablo ni los ángeles existen. Pero su intención es clara, y seguramente su condición de procesada le aconseja decirlo en voz alta: la justicia es una apreciación personal, matizada por puntos de vista políticos. El rol de la justicia, una vez más, aparece como la del tirano Banderas; se vuelve un instrumento de presión no de la visión republicana de la división de poderes del Estado.
En la misma madrugada del 29 de junio, mientras el gobierno de Maduro, ayudado por un grupo de tareas, dirigido por una empresa china, intentaba la casi imposible adulteración de las actas. El equipo de apoyo de la candidatura de Edmundo González, por su parte, trabajó durante 12 horas recibiendo y organizando las actas reales, las que los delegados partidarios recibieron en el 80% de las mesas de votación, y consiguieron transmitir al exterior, unos resultados muy distintos, basados en lo que surgió de cada mesa, digitalizado y ordenado tal como debió hacerlo el Consejo Nacional Electoral. Le será imposible hacerlo, ni con el apoyo de la empresa china. Las cifras que presenta la oposición son muy distintas, y están en el entorno de un 70 % para González y un 30 % para Maduro.
De haber existido observadores internacionales, ni López Obrador, ni Petro, ni Lula sostendrían su posición de pedirle a Maduro que muestre las actas. Se dieron cuenta que los mecanismos de identificación de cada una hacían imposible sustituir las verdaderas por otras fraguadas. No podían dar por buena una elección que todo el mundo sostiene que fue fraguada. ¿Entonces, qué hacer? Lo que hicieron Amlo, Petro y Lula: meter el peso de sus tres países para salvar a su amigo político: Ante la imposibilidad de demostrar algo, crear las condiciones para una negociación en la que no aparezca María Corina Machado (por ser irritante para el gobierno de Maduro), y negociar solo con el candidato de la oposición, que tiene fama de dialoguista. ¿Cuál es la principal preocupación de Maduro? Que no se investigue nada de la larguísima cadena de corrupción que sostiene a su gobierno. Lo mismo que vino a decir Cristina Kirchner a la institución de la que es presidenta honoraria: Que en Venezuela no hay ni diablo ni ángeles.
Pero Venezuela le debe a China más de 60 mil millones de dólares. Este fue de los primeros países en felicitar a Maduro como presidente electo. Segundo punto: Estados Unidos ha declarado que reconoce a Edmundo González Urrutia como el nuevo presidente de Venezuela. ¿Qué quiere decir esto? Que frente a un pedido del presidente reconocido podría actuar en su defensa. En ese caso se le complicaría mucho la labor que tanto China como Rusia vienen llevando adelante en América Latina. Lo único que podría detener una escalada podría ser la demostración clara, verificable, de que no hubo fraude, pero el tiempo se agota. Las amenazas también tienen fecha de caducidad, y no se podrá sostener esto por mucho tiempo. Mientras tanto, cuatro barcos de guerra y un submarino nuclear rusos esperan el desenlace, fondeados en el puerto de La Habana.
Los defensores del chavismo, en Uruguay, siguen repitiendo el mismo latiguillo de que Venezuela tiene las reservas comprobadas más grandes del mundo, sobre la que planea el apetito voraz de Estados Unidos, pero ocultan los territorios ya cedidos para la explotación del oro, y otros minerales, en la cuenca del Orinoco a chinos y rusos, que seguramente serán parte del acuerdo final que se alcance. Ninguno de los dos mayores acreedores del régimen chavista querrán quedar en el limbo legal de una solución que disfrace el inmenso fracaso del socialismo del siglo XXI.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.