El 15 de mayo, 75 aniversario de la Nakba (en árabe desastre, catástrofe) recuerda los padecimientos del pueblo palestino a partir de ese día y en los siguientes 15 meses. En ese tiempo el recién proclamado Estado de Israel dominará el 77 % de la tierra de la Palestina Británica.
No es un día de fiesta, es de luto, de dolor. Casi 800.000 palestinos, el 75% de la población son expulsados por fuerzas regulares e irregulares israelíes, que se adueñan de sus propiedades: viviendas, tierras, la totalidad de sus bienes salvo los que pueden llevar consigo. Muchas familias palestinas conservan las llaves de sus casas y se las pasan de generación en generación, ya que simboliza la esperanza de volver a sus lugares de origen.
El pueblo palestino emprende un éxodo, similar al de los orientales en 1811. Marchan, en dirección a los territorios en poder de fuerzas árabes, hacia Cisjordania, la Franja de Gaza y países vecinos. Allí se instalan en improvisados campamentos.
La presencia de cientos de miles de personas viviendo en condiciones inhumanas, obliga a crear la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). La mayoría de esos campos se encuentran en Cisjordania y en Gaza.
El Derecho al Retorno, se encuentra en la Resolución 194 de la Asamblea General de la ONU, aprobada el 11 de diciembre de 1948, donde en el Artículo 11: “Resuelve que debe permitirse a los refugiados que deseen regresar a sus hogares y vivir en paz con sus vecinos, que lo hagan así lo antes posible, y que deberán pagarse indemnizaciones a título de compensación por los bienes de los que decidan no regresar a sus hogares y por todo bien perdido o dañado cuando, en virtud de los principios del derecho internacional o por razones de equidad, esta pérdida o este daño deba ser reparado por los Gobiernos o autoridades responsables.”
ANTECEDENTES
Hacía fines del siglo XIX surgió el Sionismo, un movimiento político que plantea la necesidad de un Estado Judío para su pueblo. Antes de terminar la primera Guerra, el Reino Unido y Francia se habían repartido el Imperio Turco, quedando Palestina en la órbita del primero. En ese marco surge la Declaración Balfour donde el gobierno británico promete la creación de un “hogar nacional judío”, en un territorio que, por derecho de posesión, por historia y tradición pertenece al pueblo palestino.
La migración judía hacía allí se considera un proceso de “Colonización tardía”, que amparan y favorecen los británicos y es rechazada por la población nativa. Recordemos que loa árabes luchaban por su independencia y no para ser gobernadas por las potencias europeas.
LA PARTICIÓN
Al finalizar la Segunda Guerra comienzan los procesos de descolonización y las potencias europeas deben abandonar sus posesiones. En el caso de Palestina la mayoría de la población y de la superficie están en manos de los habitantes nativos, a quien le corresponde ser un Estado independiente. Resulta curioso, que en este caso se plantee la creación de dos estados. Frente a este caso los estados miembros de la ONU, decide la partición sin consulta alguna a los habitantes.
El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución 181, la cual recomendó un plan de partición. Por la misma se le otorga al futuro Estado de Israel el 55% de la superficie cuando los judíos eran el 33% de la población y poseían el 6% de la tierra. Se destinaba un 2% de la superficie a lugares de culto religioso y zona internacional. El resto queda para los palestinos.
Al finalizar la guerra Israel sumo a la superficie otorgada un 23%, quedando en su poder, tres cuartas partes de la Palestina Británica Además controlaban todos los puertos salvo el de Gaza y el aeropuerto internacional, así como las principales ciudades de la franja costera.
Los territorios palestinos quedaron fragmentados en tres áreas: Jerusalén, Cisjordania y la Franja de Gaza.
Hechos posteriores como la Guerra de los Seis Días, en 1967, cambiaron el mapa político de la región. Israel ocupó el resto de Palestina, anexó el Golán sirio y ha ocupado y desocupado el Sinaí, lo que le sirvió para establecer un tratado de Paz con Egipto.
ALGUNAS CONCLUSIONES
Observamos que, desde el comienzo del mandato británico hasta hoy, Palestina padece una limpieza étnica, cuyo objetivo es reconstruir un imaginario estado judío, mucho más extenso que el actual, expulsando o suprimiendo a la población no judía. Durante el mandato de Netanyahu el parlamento aprobó que Israel “es el estado del pueblo judío”, y de nadie más. Israel es un estado de apartheid. La Nakba, las acciones previas y lo que sucede hoy lo prueban.
Observamos que ha sido un proceso histórico. Los judíos, al igual que otros pueblos han sido discriminados. Lo paradójico es que en este caso, de ser víctimas han pasado a ser victimarios de los palestinos y de otros pueblos. El régimen de Israel practica el Terrorismo de Estado, como los asesinatos selectivos, la tortura sistemática, las prisiones arbitrarias por tiempo indeterminado y leyes represivas para los no judíos. Se violan sistemáticamente los derechos humanos de los palestinos. Por ahora gozan de impunidad.
Observamos que no hay un conflicto israelí-palestino o viceversa, sino que hay un proceso de resistencia a la colonización impuesta. Sucede en muchos lugares del mundo, se da en países donde la mayoría de la población es nativa y los colonizadores, en realidad conquistadores, son importados, como pasa en Palestina. Hay un sano revisionismo histórico.
Observamos que se sigue avanzando a gran ritmo el judaizar a toda Palestina, desde el cambio de nombres de los lugares, hasta la profanación y apropiación de lugares de cultos de otras religiones, desconociendo acuerdos previos. Se expanden los asentamientos hostigando y expulsando a las poblaciones no judías.
Observamos que la realidad está cambiando rápidamente a escala regional, la correlación de fuerzas se torna favorable el pueblo palestino. Israel tiene una crisis institucional, pero ya hace mucho tiempo que dejo de ser una democracia modelo como dicen sus defensores.
En mayo, mes de la memoria, pido MEMORIA, VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN PARA EL PUEBLO PALESTINO.
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