Este jueves 30 de agosto, Javier Malosetti y la Colonia se presentan en Montevideo. Será en la Sala Camacuá a las 21 horas. El músico contó en una conversación telefónica con Voces cómo vive esta nueva visita a nuestra capital.
La Colonia es un trío integrado por grandes músicos que son también grandes amigos, ellos son los multi-instrumentistas y cantantes Milton Amadeo y Tomás Sainz. La colonia fusiona distintas músicas de origen afroamericano como el Soul, el Jazz y los Blues, haciendo especial foco en el ritmo. Javier Malosetti, hijo del guitarrista y leyenda viva del jazz argentino Walter Malostti, fue miembro estable del grupo de Luis Alberto Spinetta durante ocho años, trabajó con Ruben Rada, Illya Kuryaki and the Valderramas, Dino Saluzzi, Lito Vitale, Jaime Roos, Alex Acuña, Larry Coryell, Jim Hall y Herb Ellis, entre muchos otros artistas destacados. Actualmente cuenta con más de diez discos editados y varias colaboraciones. Entre otros: Javier Malosetti (1993); Spaghuetti Boggie (2000); Villa (2002); Malosetti vivo (2003); Onyx (2004); Niño (2006); Off niño (2006); Varsovia con Ruben Rada (2008); Electrohope (2009); Ten (2010); Envés (2012). Ha colaborado en discos de Luis Alberto Spinetta, Illya Kuriaky and the Valderramas, Lito Vitale y Jaime Roos.
¿Cómo te encuentra este presente musical?
Estoy contento. Sigue la búsqueda, el espíritu infatigable del artista, y más el artista que se mueve en una expresión de arte en la que la improvisación juega un papel muy importante. Y la verdad es que estoy contento con la banda y con otras cosas que van saliendo por el camino, pero básicamente con la banda que es con la que terminamos de grabar recién. Es un disco que se grabó en un año, donde yo me mudé, me fui de vacaciones, nos agarró el verano, todos nos fuimos de vacaciones, y lo retomamos después, siendo ya trío. La grabación empezó como cuarteto y en el medio mutamos a trío y mucho del material se grabó de nuevo. Ahora finalmente me encuentra en la fase de mezclas y estamos en eso. Así que es algo que voy a presentar ahí en Montevideo, que tengo muchas ganas de llevar, como siempre.
¿El trío es un formato en el cual te sentís cómodo?
Es cómodo y barato (Risas). Porque a veces es difícil ir a muchas ciudades del interior. Hay productores que son amigos, que nos han llevado todos estos años, y en un momento te dicen que hubo que suspender a alguna banda porque viajan con un contingente de gente. Las cosas están muy duras en Argentina. Yo sé que me dedico a algo que es esparcimiento que viene después de la heladera. Hay que mantener la casa y llevar adelante la vida de hijos. Pero más allá de eso, estoy tocando con los flacos con los que toco, que son dos maestros y rápidamente logras una simbiosis. El trío es un formato clásico tanto del jazz como en el rock and roll. A veces doy vueltas con los cuartetos y me doy unos gustos con vientos y percusionistas y con violeros, pero siempre termino tocando en trío que es, como vos decís, donde me siento bastante cómodo. También porque me gusta dar el paso adelante de solista, de la canción, de tocar las melodías hoy y llevar la voz. Y el tecladista se convierte en una suerte de bajista con su mano izquierda y jugamos a eso. Y tenemos bastante más aire también.
Has tenido con la música uruguaya un vínculo estrecho desde hace muchos años. ¿Cómo te fuiste acercando a la música de acá?
Tengo muchos recuerdos, que son muy vívidos porque son momentos muy felices. Antes de entrar a la banda de Spinetta, un año antes, el baterista era un uruguayo del que no he tenido nunca más una noticia, salvo que sé que vive en Francia. Marcelo, un verdadero genio que tocaba candombe y marcha camión con una maestría y con un lenguaje maravilloso. Tocaba con Dino. Nos fuimos de gira por el interior de Argentina y tenía casetes – año 88 – y escuchaba de todo. Los discos de Jaime Roos, Jorge Galemire, Eduardo Mateo. Muchas canciones uruguayas , canción beat con candombe. Y luego en un viaje tuve una zapada clave que fue la que me abrió las puertas y fue con Urbano, los Ibarburu y Montemurro. Toqué con ellos ahí y ellos vinieron para Argentina, y ahí se armó la pelota, a partir de eso de un disco que ellos tenían que me gustaba. Y un día suena el teléfono y era Jaime Roos que quería que tocara en un par de temas, imagínate. Toqué murga y candombe con Jaime , toqué unos candombes con Ruben Rada, y pude tocar a dúo muchas veces con el gran Fernando Cabrera. También con los dos Fatorusso cuando Francisquito todavía era chico y todavía no tocaba como la bestia que es ahora. Así que tuve mucha suerte, loco, son todos recuerdos que pesaron mucho. Con Rada concretamente hicimos una banda y tocamos acá y allá en la costa de allá. Hicimos unas giras por todo el país. Fuimos a Alemania a tocar con Rada.
¿Y cómo es el vínculo con Montevideo como ciudad?
La madre de mi hijo, con quien estamos separados hace muchos años pero tenemos un vínculo súper lindo, es uruguaya. Y éramos unos guachos cuando íbamos a visitar a la familia. Eran los primeros metejones con Montevideo sin conocer todavía sus playas ni nada, inclusive sin conocer Colonia porque nos bajábamos en Colonia y después eran dos horas más de micro. Así que conocí Montevideo nada más durante bastante tiempo, era solamente eso lo que conocía de Uruguay.
¿Qué van a mostrar en la Camacuá este 30 de agosto?
La música del disco que acabamos de grabar y estamos mezclando. Sn canciones escritas para esta banda. Hay un homenaje – nos gusta tocar una canción de alguien – y algún tema de algunas otras épocas. Pero más que nada la música que integra este disco que está re buena. Es lo último que compuse. Eso es lo que quiero llevar a Montevideo. Aparte tocar en esa sala que ya me contaron que es mítica y que estuvo como dormida muchos años y que ahora tiene una gran movida.
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