Museos mejores que antes por Nelson Di Maggio
La pandemia alejó el turismo masivo de los museos. Con el protocolo impuesto por la pandemia abrieron el Louvre, considerado el más grande y reputado del mundo, y la igualmente prestigiosa Galería Nacional de Londres con la sala donde se reúnen el Retrato de Arnolfini de Van Eyck y Los embajadores de Holbein, entre otras obras maestras, dos preferidas que acuden a la memoria, suficientes para justificar el viaje, ahora, todavía postergado.
Se reconquista la tranquilidad y el poco público de viejas décadas, sin aturdir las bullangueras tropelías y ruidos de cámaras y celulares de la actualidad, aunque subsista una cierta inquietud. El clima, por mucho tiempo, seguirá cargado de tensiones y desasosiegos. Diferentes de los museos de arte contemporáneo que cuestionan la pausada meditación y el goce demorado de la pintura clásica, esos elementos perdidos en los últimos años y que ahora se recuperan para mejor fruición. No para las jóvenes generaciones con la mirada rápida de las imágenes impuesta por los aparatos tecnológicos. Perdieron o están a punto de no poder ver (Paul Virilio dixit) el dinamismo expresivo del interior de un cuadro estático.
En Uruguay se anuncia la apertura de los museos, pero parece muy complicado establecer el protocolo necesario para efectuarla. La novedad surge por el lado de la actual 34.ª Bienal de San Pablo con una idea innovadora que ya se utiliza por aquí, no en una bienal. El lema de la bienal es atractivo: Faz escuro mas eu canto (Está oscuro pero igual canto), canción de Thiago de Mello. Consiste en el lanzamiento virtual por Instagram de Primeros ensayos, publicación educativa de la bienal que sucedió solo durante tres días de junio siempre a la misma hora. Para recibir los links los días de trasmisión había que inscribirse como es habitual en estas ocasiones. Estuvo centrada en tres temas distintos: Bendegó, el descomunal meteorito que se encuentra en el Estado de Bahía; el campanario de Ouro Preto, famosa ciudad de la época colonial de Minas Gerais y los Retratos de Frederick Douglass (1818-1895), escritor abolicionista estadounidense, los tres con intercambio de opiniones con un dúo diferente de especialistas cada uno. La idea, inspirada en el pensamiento del filósofo y poeta martinicano Édouard Glissant y su Tratado del Todo-Mundo, apuesta a la diversidad de puntos de vista como potente estructura para la construcción de relaciones del aprendizaje con la 34.a Bienal-Faz escuro mas eu canto. La publicación asume la complejidad de los conocimientos y de las realidades que nos rodean en el mundo contemporáneo que exige un esfuerzo no solo en establecer relación con una única manera de entender la realidad.
Además, informa la bienal que la exposición Centropy de la fotógrafa estadounidense Deana Lawson fue inaugurada en la Kunsthalle de Basilea, Suiza, luego de formar parte en una de sus múltiples acciones en la 34.ª Bienal. Lawson, reconocida por sus retratos de la vida negra contemporánea, explora con preferencia tópicos como la identidad, género y familia en una práctica basada en extensas investigaciones sobre negritud y representación. Para su participación en la bienal hizo fotos de un viaje por el nordeste de Bahía como parte de su imaginario y visualidad de personas y lugares marcados por la fuerte presencia de culturas de raíz africana. Vale la pena oír cantar en la oscuridad. Ya lo dice el refrán popular: «Quien canta sus males espanta». Gabriela Rangel, directora artística del Malba, adoptó la misma idea de Glissant.
Inauguró Diana Saravia
Primera en abrir para el público presencial, Galería Diana Saravia (Rincón 622, lunes y miércoles de julio de 14.00 a 18.00), inauguró el sábado Santiago García. El pintor presentó parte de la serie Strum, obras abstractas de gran formato realizadas en los últimos tres años de investigación, donde plantea una visión crítica del arte contemporáneo, según la informativa gacetilla. Un poco de optimismo en el retomar de la actividad artística.
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