Mutación matérica (“El arte siempre es cosa seria”) por Alejandra Waltes
En la Sala de Arte Carlos F. Sáez, del Ministerio de Transporte y Obras Públicas se expone la obra del artista Gonzalo Balparda hasta el 10 de agosto. «La urdimbre de hierro» puede visitarse de lunes a viernes en el horario de 09.15 a 16.00 horas. La muestra ha sido curada por el artista y docente Ricardo Pickenhayn.
Gonzalo Balparada (Montevideo, 1968) Dibujante técnico de profesión, egresado de la Escuela de la Construcción Cayetano Carcavallo (UTU). En 1983 ingresa a la Escuela de Bellas Artes, asistiendo un semestre, pero comienza a trabajar, teniendo que abandonar las clases. El placer y necesidad de expresarse por medio del arte quedó latente hasta el 2004, año en que retoma el camino artístico realizando marinas, retratos y copias de obras de artistas conocidos. En el 2006 ingresa al taller de Guillermo Fernández en donde encuentra las bases formales de su obra. El ejercicio constante y las charlas con su Maestro le enseñan a buscar la estructura, la base de toda buena obra.
En 2009 ingresa al Taller Cruz del Sur dirigido por el artista Sergio Viera, al cual concurre hasta 2016.
Tanto Guillermo Fernández, docente del Taller Torres García (formado allí por Alceu Ribeiro y Julio
Alpuy), como Sergio Viera (formado por Edgardo Ribeiro y Alberto Delmonte), son herederos de la
tradición del Taller Torres y dejan su impronta en la obra de Gonzalo, que inicialmente trabaja
en pintura. Pronto se siente atraído por la escultura e ingresa al mundo del hierro y la soldadura al que se vuelca por completo a partir del 2012 investigando técnicas, mejorando sus herramientas y su espacio de trabajo. Participa de las muestras colectivas del Taller Cruz del Sur hasta 2018, exhibiendo esculturas a partir de 2013, año en el que realiza en 2013 su primera muestra individual en Libertad Libros, en 2014 exhibe una gran muestra en la sala Jaime Castells Carafí, de la casa de remates Castells, y en 2017 en la Galería Roma. En 2016, 2017, 2019 y 2022 participa del Encuentro Internacional de Escultores en Palmar, Soriano. En 2019 realizó para el Instituto Nacional del Cáncer, una escultura homenaje a su director el
Dr. Álvaro Luongo. Actualmente trabaja en su taller, ubicado en su casa de barrio Palermo, que en su fachada exhibe una de sus obras, una gran máscara estilo africano. Esta muestra, “La urdimbre de hierro” reúne mayormente el trabajo de los últimos 6 años. La serie anterior a esta muestra, fue realizada con
reciclaje de piezas halladas, a partir de las cuales Gonzalo generó nuevas formas, dándoles una segunda vida, y aprovechando la textura que da el óxido con el pasar del tiempo. Esas obras, integraron sus primeras muestras individuales. Una vez afianzado en el manejo de los materiales y en la técnica, sus búsquedas se orientaron en el área de la creatividad. Encontró en los materiales comunes de la construcción la libertad le permitió crear cada pieza desde el inicio, desde la idea y el diseño de la misma. Cada punto de soldadura fue el punto que, a manera de costura, fue cosiendo las piezas necesarias para dar forma a este nuevo imaginario orgánico. Balparda expresa sobre las influencias en su obra: “las épocas de mi infancia, impactado con monstruos alienígenas, superhéroes y robots, de historietas y películas que me marcaron. La influencia del artista Hans Rudolf Giger, la reconozco en estas nuevas obras, serenada por la estructura abstracta, y constructiva, fruto de lo aprendido con mis maestros, en los talleres de Guillermo Fernández y Sergio Viera. Las máscaras que conforman también esta muestra
—en algunos casos con claras referencias a culturas antiguas—, siempre me resultaron interesantes
por el misterio que implican y la fuerza expresiva que muestran. Es una serie que voy realizando en paralelo a mi obra, por lo que va recibiendo influencias de ella, reflejando los cambios y las búsquedas.”
Coincidiendo con el curador Ricardo Pickenhayn, la obra de Balparda es orgánica en varios sentidos.
A diferencia de otros escultores con influencias torregarcianas, Gonzalo prefiere las estructuras propias de la naturaleza uniendo piezas de pequeña escala pulidas a otras de textura rustica consiguiendo así una trama de epidermis que nos recuerda a la cosa viva. Otra coincidencia orgánica se da en su temática,
siempre atenta a lo terrestre, apoyada en el reino animal: escarabajos y polillas; mulitas y comadrejas; peces, moluscos, medusas y mantarayas conviven con otros seres míticos. Y entre tanta riqueza matérica, tanta metamorfosis palpable que, como todas las grandes esculturas funcionan en varias escalas, se distinguen dos símbolos que materializan el proceso creativo de Gonzalo: un huevo y un Uróboros.
Pinza de cangrejo (Gonzalo Balparda- 2022)
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.
