Ni la carta que dejó el pobre Penado 14 causó tanto revuelo como la de Pedro Bordaberry al Presidente Luis Lacalle Pou (“Estimado Presidente”, El País, domingo 29 de agosto, pag.21)
Los domingos leo el diario un poco más tarde, así que me enteré de la columna por un mensaje de un jerarca de gobierno:“Viste la columna de Bordaberry? Leéla. Para mí es un poco bizarra.Parece que la hubiera escrito en pedo.”
Me fui a leerla y me pareció muy interesante. La interpreté como la manifestación de alguien que se va a lanzar a la actividad política y marca posición. En el caso del autor, relanzar. Y así lo hice saber a mi corresponsal.
Luego leí el twitter de Alfredo García, Director de Voces, quien la calificó de “flojita la columna” … “por debajo del nivel a que nos tiene acostumbrados”. Y se explayó :“Es casi como una redacción escolar: Carta al presidente. La maestra seguro que le pondría,’ Puede y debe rendir más’”.
La leí de nuevo. La comenté con algunos entendidos. Admitieron que lo mío podía ser, pero en general se mostraron escéptico en cuanto a que Bordaberry volviera a la política: “está muy cómodo” coincidieron. “Por qué se va a salir de su situación de confort” me dijo uno repitiendo esa pelotudez tan en boga.
Seguí, empero, imaginando esa carta como una plataforma tentativa y una forma de “hisopeado” para averiguar.
Por supuesto que sé que está “cómodo”; quizás fue solo producto de un arrebato.
Puede que haya sido motivado por dos hechos. Uno, las difíciles horas que vivió en estos días el Partido Colorado, nada bien posicionado, por cierto. Lo de Talvi no le hizo bien y peor lo de Cardozo. La negociación para el substituto de Tabaré Viera fue desprolija y tampoco caen bien esos toques hereditarios sin por lo menos el respaldo de una trayectoria, creo. La recuperación se ubicó un poco más lejos. Cada vez se hace más necesario un conductor. ¿No habrá sido éste el cálculo de Bordaberry?;¿por qué no?
Habló de la necesidad de “poner orden en el cuadro”, y empezó por los colorados. Además de los cambios ministeriales habló de algunos ítems específicos negativos y asumió las culpas como colorado. “Somos el partido de gobierno (coalición mediante) y esas cosas o las peleas públicas entre nosotros no ayudan”, afirmó.
El segundo hecho es el advenimiento de “tiempos muy complejos”. Dice que se acabó la “luna de miel” y a partir de ahí habló de la conducta de la gente de enfrente (léase Frente Amplio). Dedicó la mitad de la columna, o carta, a resaltar los logros del presidente en este especial año y medio y a confrontarlos con los desatinos y lo errado de las propuestas de la izquierda, según él.
También señaló algunos “debes” de los gobiernos frenteamplistas: burocratización, deuda externa, “agujeros” en ANCAP, la Regasificadora, Pluna, Aratirí, Puerto de aguas profundas.…
Previó lo previsto: que el FA va a redoblar sus críticas y movilizaciones. Muy en especial en la campaña por la derogación de la LUC. “Van a tratar que (la votación) no sea sobre la LUC, sino sobre otras cosas” dice Bordaberry y explicita: “como contra el gobierno, los ajustes, el Fondo Monetario Internacional, el Cambio Climático, las privatizaciones, le entrega de la soberanía, etcétera. Es decir, tratarán de derogar la ley sin hablar de la Ley”, concluye ese medio capítulo de la carta. Y precisamente, sobre lo que allí dice es que le pide al presidente que “no afloje”.
Tras hacer su autocrítica como colorado, Bordaberry pasó a marcar los fallos de los blancos. “Están los tuyos también que tienen que entender que hay que ser cuidadosos hasta en los detalles”, le dice a Lacalle Pou. Le especifica dos hechos concretos. No se extiende en “los detalles”, pero estos no son menores y pueden ser la perdición de los blancos. Hay hechos que, como dice Bordaberry, se “ven de lejos” y que se notan.
Y lógicamente hace una radiografía de Cabildo Abierto. Parte de su potencial electorado está ahí. Más de una analista concluyó que CA no hubiera votado tan bien si la dupla Sanguinetti-Talvi le hubiera permitido presentar una lista al Senado. Muchos colorados conservadores se corrieron, sin duda.
Bordaberry se encargó de dejar claro que son diferentes y que nada tienen que ver con él. Dijo que es “grupo muy heterogéneo”, y que una parte lee mucho a Methol Ferre “se sienten cerca de la ‘Patria Grande’ de los Kirchner, Mujica, el MPP y Chávez”. Dijo que no son todos, que están los que “hablan del ayer”, pero que hay otros que “no queda claro bien para dónde van”. “Están contra la forestación, las modificaciones a la ley de medios y otras yerbas que los acercan a los de Tucho (Methol)“, según lo estampó en la carta.
Le dio un palito al Partido de la Gente y le hizo un mimo al Partido Independiente. Ponderó, con justicia, la gestión del Ministro Pablo Mieres.
Todo bien claro. Bordaberry apoya decididamente al Presidente y la coalición Y dice que lo hará en este medio tiempo que resta (que es más de medio tiempo). Compromete su respaldo pero a la vez plantea un desafío Lacalle Pou: le pide, le reclama casi, que no afloje. Puede que imagine cosas, pero más que una carta al presidente creo que fue una carta de presentación. Por cualquier eventualidad.
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