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¿Qué hacer?: ciclo de entrevistas en Sala Verdi

¿Qué hacer?: ciclo de entrevistas en Sala Verdi
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“¿Qué tipo de revolución tiene que hacer el sector cultural?” (Gustavo Zidán)

Hace 120 años Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, realizaba una crítica a las posiciones reformistas del movimiento socialdemócrata ruso en el exterior, promoviendo una organización revolucionaria. El ensayo se tituló ¿Qué hacer? y se adelantó a la división del Partido Socialdemócrata Ruso en las fracciones bolchevique y menchevique. Resulta sumamente sugestivo, por no decir provocador, que la Sala Verdi haya tomado ese título como referencia para un ciclo de entrevistas breves a artistas que pasaron por la Sala en los últimos años. La pregunta ¿Qué hacer? toma nuevos sentidos ¿Cómo sobrevivir? ¿Cómo resistir y volver a la situación anterior? Pero siempre partiendo de la base de que se ha hecho muy poco, que hay pasar de “reformas” tibias a propuestas más profundas, quizá “revolucionarias”.

El ciclo comenzó el lunes 10, y hasta ahora en el canal de Youtube de la Verdi hemos visto las reflexiones de Carla Moscatelli, Cesar Troncoso y Pilar Roselló. A partir de la semana próxima podremos empezar a intentar sintetizar las diversas propuestas que día a día se irán sumando, esta semana conversamos con el director de la Verdi, Gustavo Zidán, sobre las razones de este ciclo.

¿Cómo surge la idea del ciclo? ¿Cuáles son los disparadores? Partir de Lenin, que tiene una propuesta revolucionaria, parece casi una provocación.

Hay varios motivos, el primero es una necesidad interna de la unidad, del proyecto Sala Verdi, de seguir activos, de sentirnos útiles. Como teatro presencial no estamos funcionando desde el 19 de diciembre del año pasado. Este año no hemos abierto al público. Por supuesto que hemos mantenido la unidad activa, porque el personal de la plantilla de la sala pertenece a la Intendencia de Montevideo y tenemos certezas salariales y contractuales en estos momentos a diferencia del sector independiente. Ahí hay una motivación primaria que es interna y que tiene que ver con tener la responsabilidad y la motivación de sentirnos útiles.

Otro de los motivos es que creo que estamos atravesados por grandes incertidumbres, toda la sociedad está atravesada por muchas incertidumbres, y no hay respuestas. No hay respuestas a todo esto que nos está pasando y cómo lo estamos transitando y cómo vamos a salir. Y nos pareció interesante darle voz a los artistas, darles un espacio para que con libertad, en ese tiempo acotado respecto a la duración, pudieran expresar cómo están viendo la realidad y qué les parece que hay que hacer, que proponen, qué desean, qué dificultades tienen, cómo ven desde el punto de vista vital al movimiento artístico, ya sea en cuanto a su situación material como al punto de vista artístico.

Y tomamos el título del libro de Lenin como una provocación, como vos bien decís. Lenin cuando escribe ese libro genera preguntas al movimiento popular acerca de cómo atravesar la realidad en la que estaban parados. Y qué cambios habría que proponer desde el punto de vista político, social, económico. Vos hablás de la revolución, y bueno, capaz que hay que hacer la revolución. ¿Qué tipo de revolución tienen que hacer los artistas? ¿Qué tipo de revolución tiene que hacer el sector cultural? Yo no creo que el proyecto sea tan ambicioso como para llegar a un tratado filosófico y de una profundidad ideológica brutal como el que escribió Lenin, pero me parece que estas entrevistas puede por lo menos ser disparadores y marcar alguna punta por donde meterse.

¿Qué tipo de respuestas han aparecido? Respecto a la situación material parece imprescindible la participación del estado según muchos planteos.

Sí, hay un enfoque sobre como sostener materialmente al sector. Materialmente porque no está en juego la existencia de las artes escénicas. El teatro es un arte milenario, como comentaba un amigo vasco, el teatro es más viejo que el dinero. Y siempre se puede hacer teatro. Luego del conflicto en los Balcanes, en las ruinas de Sarajevo se hicieron festivales de teatro alucinantes. El teatro está más allá de lo que pueda pasar a nivel social y a nivel político, siempre va a estar. Pero es cierto que hay que tratar de que los trabajadores y las trabajadoras del movimiento artístico de las artes escénicas puedan tener dignidad. Y sí, es ineludible la presencial del estado, creo que en ningún lugar del mundo están planteada una salida que no tenga la intervención del estado. Pero tiene que ser una intervención significativa y sostenida. Tienen que haber planteos sostenidos por lo menos en uno o dos años para tratar de poder volver a hacer andar la máquina. Y ahí hay un montón de medidas que pueden aparecer, desde las que se reivindican en otras actividades que también está en situación muy delicada, como una renta básica universal que como mínimo se equipare a un salario mínimo. Creo que el estado también tiene que tener una postura keynesiana en relación a la cultura y va a tener que invertir duplicando o triplicando los fondos. No alcanzan en este contexto soluciones tibias, para salir realmente de este pozo se necesitan medidas contundentes.

Y también hay que volver a motivar al público, para que vuelva a estar en espacios colectivos, para que vuelva a estar con el otro y que tenga certezas. Y que se pueda limpiar esa mirada de condena que hoy por hoy tiene cualquier tipo de manifestación colectiva. Ahí hay que hacer un trabajo fuerte y va a ser muy necesario que haya campañas publicitarias para que la gente vuelva a los espectáculos. Campañas que necesitan también la colaboración de quienes tienen la posibilidad de sostener esos formatos publicitarios.

El sector teatral independiente está a la espera de que se reglamente una ley de teatro que fue votada en el año 2019 por todos los partidos. Es una ley votada que si hubiera tenido presupuesto hoy por hoy parte del movimiento teatral independiente no estaría padeciendo lo que está padeciendo. Pero bueno, este gobierno ha decidido encajonarla.

¿Y respecto a la situación creativa o artística cuales han sido los planteos? ¿Cómo lo ves vos?

Yo me aferro a la idea de poder continuar haciendo lo que hacíamos, que es lo que queríamos hacer, que es lo que sabemos hacer, que es el arte presencial. Y sí, podremos incorporar formas de lenguaje que han ido apareciendo en este período de confinamiento, de pandemia, pero todo eso puesto al servicio del arte presencial. De la misma manera que ha venido durante estos años evolucionando la presencia de la tecnología en los espectáculos, ya sea en el sonido, en la iluminación o en la propia incorporación de imágenes. Seguro que no vamos a desechar nada, pero en función del arte presencial. Yo al menos voy a ser un militante del retorno a esas viejas formas, así me defino. Porque es mi vocación. Creo que nadie se va a cuestionar si la gente va a volver o no va a volver al fútbol. De la misma manera que no se pudieron cerrar los restoranes. De la misma manera que los creyentes querrán seguir yendo al templo. Y esto es lo mismo, el público volverá a las salas. Nos va a costar, sin dudas que nos va a costar, pero es la batalla que tenemos que dar.

¿Qué hacer? 29 encuentros con artistas que se presentaron en la Verdi en la última década que se emitirán en 29 días por el Canal YouTube de la sala

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Leonardo Flamia Periodista, ejerce la crítica teatral en el semanario Voces y la docencia en educación media. Cursa Economía y Filosofía en la UDELAR y Matemáticas en el IPA. Ha realizado cursos y talleres de crítica cinematográfica y teatral con Manuel Martínez Carril, Miguel Lagorio, Guillermo Zapiola, Javier Porta Fouz y Jorge Dubatti. También ha participado en seminarios y conferencias sobre teatro, música y artes visuales coordinados por gente como Hans-Thies Lehmann, Coriún Aharonián, Gabriel Peluffo, Luis Ferreira y Lucía Pittaluga. Entre 1998 y 2005 forma parte del colectivo que gestiona la radio comunitaria Alternativa FM y es colaborador del suplemento Puro Rock del diario La República y de la revista Bonus Track. Entre 2006 y 2010 se desempeña como editor de la revista Guía del Ocio. Desde el 2010 hasta la actualidad es colaborador del semanario Voces. En 2016 y 2017 ha dado participado dando charlas sobre crítica teatral y dramaturgia uruguaya contemporánea en la Especialización en Historia del Arte y Patrimonio realizado en el Instituto Universitario CLAEH.