Este jueves 17 de octubre se estrena Todos quieren dominar el mundo, película de La Escena dirigida por Adrián Biniez
La Escena: práctica de actuación
El año pasado La Escena cumplió una década de vida desde que nació como un “Taller para no actuar” dirigido por Cecilia Caballero y Oscar Estévez. La intención era investigar y desarrollar la actuación ante cámaras, algo que entendían era un debe en el medio montevideano. El proyecto creció exponencialmente y debieron mudarse a un espacio específico ubicado en Rivera 2477 donde con el tiempo se instalaron, además de la escuela, una sala teatral y un estudio audiovisual. Entendiendo que la práctica es esencial para aprender el oficio, las diferentes generaciones de estudiantes de La Escena han sido protagonistas, hablando del trabajo específicamente audiovisual, de películas y series que, en algunos casos, surgen directamente de trabajos curriculares. Fue el caso por ejemplo de la serie Iguales o parecidos, pensada, desarrollada y filmada por Estévez y una generación de estudiantes y que tiene como una de sus reconocibles locaciones al propio espacio de La Escena. El espacio también era gran protagonista en Amores pendientes, película estrenada en 2023 protagonizada mayormente por estudiantes de la escuela y en la que el universo teatral nutría de forma orgánica al lenguaje narrativo audiovisual.
Todos quieren dominar el mundo
Adrián “Garza” Biniez es alguien reconocido en el medio audiovisual local. En 2009 se estrenó Gigante, su primer largometraje, protagonizado por Horacio Camandulle y Leonor Svarcas. En aquel filme un guardia de seguridad de supermercado se enamoraba, quijotescamente, de una compañera de trabajo a quien observaba a través de una cámara de seguridad. La obsesión se contenía sin embargo, y la película seguía a los personajes en sus rutinas cotidianas con un pulso casi “kaurismakiano”.
Todos quieren dominar el mundo, escrita y dirigida por Biniez, parece ir por otros carriles. “Iñaki, el programador de un prestigioso festival de teatro que se realiza todos los años en Barcelona, llega a Montevideo de vacaciones -cuenta la gacetilla de prensa-. Confundidos y con el anhelo de ser seleccionados para el festival, los integrantes de las compañías teatrales montevideanas procuran llamar la atención del catalán para que vaya a ver sus obras. Esto pronto toma forma de acoso, y despierta rivalidades entre los distintos grupos teatrales, que en su afán de ser elegidos por el programador son capaces de llevar la situación a límites inesperados.”
Es claro que el universo teatral montevideano es protagonista de esta nueva película de Biniez, y esto seguramente tenga que ver con el espacio desde el que surge la propuesta. Pero hay que tener cuidado, la Montevideo que se retrata en este filme aparece algo distorsionado. Es como si el personaje quijotesco que ve la realidad cotidiana en clave de aventuras fuera el que está detrás de cámara, y viéramos la historia a través de sus ojos. Y ese narrador vive en una Montevideo dominado por el “aura” de Xirgu.
La actriz catalana Margarita Xirgu es una figura clave, más allá de como se la valore estéticamente, de la escena teatral montevideana. Y pareciera que Biniez propone que lo que “representa” esa actriz en el imaginario montevideano está detrás de los movimientos de sus personajes. La mayor parte de los protagonistas de Todos quieren dominar el mundo desean hacer el camino de Xirgu en el sentido opuesto, ir de Montevideo hacia Barcelona para llevar a la ciudad catalana el espíritu que la actriz trajera a nuestra ciudad. Lo que hacen para lograr su objetivo dispara una serie de equívocos que comienzan ya con en el acoso a un programador que tiene apodo vasco y nació en Valencia, pero al que todos intentan halagar hablando de Barcelona.
El acoso a Iñaki es el gran protagonista de la película, y la competencia entre los diversos grupos teatrales por captar su atención nos permite acompañar a un puñado de personajes que ven en el teatro su posibilidad de “conquistar el mundo”. En ese trajín descubriremos dos kafkianas estructuras burocráticas repletas de acrónimos y siglas absurdas, quijotescos debates sobre los límites entre ficción y realidad, o comandos feministas y esclerosados elencos “clásicos” que “luchan”, literalmente, por sus quince minutos de fama. No faltan ni las “genialidades” que se mimetizan con celebridades de la literatura local.
Es claro que Todos quieren dominar el mundo puede leerse como una comedia con cierto grado de paródica crítica a un medio teatral que puede ser extremadamente fratricida (“Creo que estamos en una crisis peor que la de los Fondos Concursables del 2012” afirma un personaje). Pero también es claro que se hace con cariño a ese medio al que pertenece el propio espacio desde el que surge la película. Varias salas y espacios del medio se mencionan directamente, lo que nos recordó en algunos momentos al filme Norberto apenas tarde (de Daniel Hendler) aunque no aparezcan directamente como en la película que protagonizaba Fernando Amaral. Sí aparece, como en Amores pendientes, La Escena, incluso vemos en varios pasajes a la actual sala teatral en pleno proceso de construcción.
El humor aparece en un sinnúmero de sugerencias y guiños, pero casi nunca es explícito. El ojo “alucinado” desde el que vemos la historia también se nutre de referencias y guiños específicamente cinematográficos. Hay momentos que parecen remitir directamente a las parodias de filmes de espías, pero también se cuela un aire a Hitchcock en el que es protagonista el sonido. Quizá donde esos guiños se hacen más explícitos sea en los fundidos que separan las escenas, como el fundido circular que además de homenajear un tipo de cine permite ponernos en el lugar de esos “espías” que protagonizan el filme.
Todos quieren dominar el mundo es una divertida comedia, repleta de guiños teatrales y cinematográficos que muestra nuevamente la vitalidad creativa de un espacio de formación que devino en una de las productoras teatrales y audiovisuales más prolíficas de nuestro medio.
Todos quieren dominar el mundo. Uruguay, 2024. Dirección: Adrián Biniez. Con Iñaki Moreno, Valeria Martínez, Santiago Musetti, Elaine Lacey, Nelson Nuñez, Tatiana Taroco, Laura Romero, Alfonso Tort. Duración: 98 minutos.
Funciones: jueves 17 y viernes 18 a las 19:05, sábado 19 y domingo 20 a las 19:40 en Cinemateca Uruguaya.
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