Profeta: persona que hace predicciones por inspiración divina.
persona que hace predicciones a partir de la interpretación de ciertos indicios o señales.
Apostol: persona que propaga una idea o una doctrina especialmente por la fe cristiana.
Cada uno de los doce discípulos de Jesús.
Vaya si era necesario que se escribiera una biografía de Ramón Díaz. Figura singular y referente en la discusión de ideas que tuvo lugar en el Uruguay de la segunda mitad del siglo XX. Hernán Bonilla ha hecho un gran trabajo. Habla de “Una biografía intelectual”, pero en realidad, en este caso, lo intelectual es la esencia de una personalidad. Muy original en muchos aspectos. Único en el Uruguay. Liberal y católico. En un país de estructuras y representatividades, lucho por ideas en soledad. Sin afiliaciones políticas ni grupos. Enfrento desde el punto de vista conceptual, a las verdades mas oficiales y aceptadas sin una sola claudicación. Y al final del cuento el resultado fue que el mapa ideológico cambio para siempre.
Hernán Bonilla con este libro abre sin duda toda una gran cuestión para el Uruguay. La confrontación de ideas en la segunda mitad del siglo que paso. Mucho se ha escrito y estudiado sobre la discusión de ideas filosóficas y religiosas que vivió el país en el Siglo XIX. Que parió el país feliz y democrático que vemos como ejemplar. Una nueva controversia apareció a medida que este se agotó, he hizo crisis en la década del cincuenta. Con la irrupción de la violencia en los sesenta. Implosión con la ruptura institucional y volvió a renacer en una democracia conservadora y pragmática hasta el advenimiento del Frente Amplio en el poder ya en el siglo XXI.
Mucho y bien se ha escrito de Krausen. Y su influencia en el Uruguay anterior al novecientos. Pues llego la hora de que hablemos de Hayek. Que ingreso por Ramón Díaz, es cierto, pero también por Jorge Batlle y Alejandro Végh. No hubo en esto un grupo. Ni una organización, ni un escenario, como en los tiempos del Ateneo. Fueron tres individualidades, tres personajes, que irrumpieron en la crisis rompiendo esquemas, y supuestas verdades, en medio del atronador marxismo y socialismo y cambiaron las cosas. Por supuesto que esto no fue solo en el Uruguay, como tampoco lo fue siglo y medio antes, hubo en el mundo, y también en la región, un proceso en ese sentido que ayudo.
Ramón Díaz fue un predicador desde la pluma. Quien piensa con inteligencia, generalmente escribe bien. Y también es bueno en el decir. No es el caso. El pensamiento escrito es su territorio por excelencia. En la oralidad, y particularmente la polémica no sobresalió. Fue un solitario.
Cuando polemizaba en los medios se le veía agitado, incómodo. Molesto. Pienso que no era por radicalidad frente a su contendor de turno, sino porque le costaba expresarse en plenitud en ese escenario. Traigo esto que el libro no dice, porque me parece importante. Su prédica nunca llego al conjunto de la sociedad, eso se hace desde la comunicación oral. No a partir de la escritura. La escritura explica y da razones de fondo. La oralidad difunde. Esto lo limito. Aunque no impidió su enorme influencia en la confrontación de ideas.
Siempre prefirió la expresión escrita. Sus emprendimientos en medios radiales y televisivos existieron pero no tuvieron continuidad. Ramón Díaz es “Búsqueda”, luz en tiempo de oscuridades.
Fue un liberal desde el cristianismo. Desde el catolicismo, y vaya si lo explico bien. Hijo y sobrino de liberales ateos que confrontaron con la sensibilidad religiosa. Llego a Dios ya adulto. Según nos cuenta Hernán Bonilla, con el matrimonio. Toda una peripecia personal tan interesante y digna como original. Sin duda su niñez y adolescencia, la muerte temprana de su padre, y otras contingencias fueron muy importantes en su formación. Así como tuvo dificultades para expresarse en forma oral, o al menos me parece, su inglés fue excelente. Y eso le ayudo a vincularse en el exterior y ser el pensador uruguayo más respetado y escuchado en ese escenario en el período que trabajo y milito por sus ideas.
Hernán Bonilla con detalle y acierto nos presenta la labor en el ámbito internacional de Ramón Díaz. Era necesario. No se conocía sino a través de sus amigos la gran tarea que desarrollo y la influencia, contacto y cercanía que tuvo con grandes pensadores del liberalismo de nuestro tiempo. También es muy bueno el aporte cuando nos presenta la visión liberal desde una posición cristiana. Católica en realidad. El Uruguay no esta acostumbrado a ese tipo análisis. Y los necesita. Al menos lo entiende así el liberal desde la no religiosidad que escribe estos comentarios.
Tengo si, con respecto al libro, cierta distancia con la apología del autor a la actuación pública del Dr. Díaz. Que fue acertada no lo dudo. Y que se cumplió a través de una administración que en mi concepto realizo una muy buena gestión. Pero ni lo uno ni lo otro, debe hacerse desde la referencia al gobierno que le antecedió y al que le sucedió. Eso me parece un error. No debe analizarse nunca el devenir económico del Uruguay sin observar lo que sucede en la región. Los resultados negativos de los datos macroeconómicos del gobierno que le precedió, fueron excelentes si tenemos en cuenta la crisis económica, institucional, de vaciamiento, que vivían al final del período Argentina y Brasil.
La administración en la que actúo el Dr. Díaz tuvo viento a favor en ese sentido. Aunque también hay que reconocer que hubo incomprensión en lo interno. De cualquier forma esto no hace a lo más importante de una obra importante. Me parece que lo bueno de la gestión del Presidente del Banco Central de ese tiempo y de esa administración, se defiende por sí misma.
El Dr. Ramón Díaz fue un apóstol que hizo predicciones a partir de ciertos indicios y señales. Un gran uruguayo, un gran pensador y un gran hombre. Se merecía una biografía inteligente, equilibrada y admirativa. La tuvo. A partir de ese ejemplo y este trabajo, llego el momento de seguir en la huella de la disputa por ideas en un ámbito de respeto y tolerancia democrática.
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