Roger Waters en el PIT CNT: “Estamos aquí para hablar de Palestina y del BDS” por Leonardo Flamia
En un acto político fuera de su agenda artística el pasado viernes 2 de noviembre el músico Roger Waters dio una charla en la sede del PIT CNT sobre Palestina y el movimiento BDS. Como se puede leer en el sitio de facebook de BDS Uruguay: “La campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) contra Israel nace en el 2005 con un llamado lanzado por más de 170 organizaciones de la sociedad civil palestina a la comunidad internacional pidiéndole que aplique dichas medidas coercitivas “hasta que Israel cumpla con el Derecho Internacional y los principios universales de los Derechos Humanos”. El BDS busca poner fin a las políticas implementadas en Palestina desde 1948, cuyos tres rasgos principales son: ocupación, colonización y apartheid. La campaña no se dirige contra las personas judías, sino contra las instituciones que sostienen y financian dicho régimen opresor. Explícitamente entonces BDS lucha contra la ocupación y colonización de los territorios palestinos ocupados por Israel en 1967 y terminar con la política de discriminación que sufre la población palestina en Israel, así como permitir el retorno de los refugiados que han marchado al exilio desde hace setenta años.
Roger Waters y el BDS
Roger Waters es un músico y compositor extraordinario, pero además es y ha sido un activista desde sus canciones y sus discos. Por ejemplo, el álbum The Final Cut lanzado en 1983, el último de Waters con Pink Floyd, tiene a la condena de la Guerra de las Malvinas como uno de sus ejes. Por eso era pertinente, ante tanta absurda crítica al músico sobre su activismo, la pregunta con que Gabriel Delacoste comenzó el encuentro sobre la relación que Waters encontraba entre el arte y la política. Pero el músico, de forma pertinente también, prefirió no dedicar tiempo a justificar su derecho a expresarse políticamente y desde el principio aclaró: “Estamos aquí para hablar de Palestina y del BDS y de los Derechos Humanos, estoy muy contento de que estén acá. Así que esa va a ser nuestra conversación”.
Luego la periodista Alejandra Casablanca le preguntó sobre el vínculo con la problemática de Palestina, y Waters se refirió a un show que estuvo a punto de dar en Tel Aviv en el año 2005 o 2006, cuando un grupo de artistas le planteó que existía el BDS y que tocar allí era una forma de avalar el régimen de ocupación israelí. El músico británico se refirió a una larga conversación con Omar Barghouti, integrante del Comité Nacional del Boicot cultural y académico a Israel, y acordaron que no tocara en Tel Aviv, pero sí tocó en un pueblo llamado Neve Shalom (Wahat al-Salam en árabe) en que judíos, cristianos y musulmanes conviven. El show, al que concurrieron sesenta mil personas, fue un éxito, y todo marchó bien hasta que al final Waters se dirigió al público para decirle que era la generación que debía cambiar la situación y convivir con los vecinos. Y la reacción del público fue de perplejidad, dejaron de aplaudir y empezaron a mirarlo como diciendo “¿De qué habla?” Fue tan raro y descorazonador, dijo Waters, que luego decidió viajar por los territorios ocupados. “Es imposible describir –agregó- qué horrible fue esa experiencia, ser testigo de la subyugación de todo un pueblo. Aunque no seas la víctima cuando lo ves con tus propios ojos es imposible ignorarlo. Y ese es el motivo por el que estoy aquí hoy y estoy haciendo este trabajo durante los últimos doce años. Es porque la narrativa que recibe la gente en el resto del mundo de lo que sucede en Palestina y de lo que hace Israel es falsa.”
Waters habló de como los gobiernos del resto del mundo miran para otro lado mientras el pueblo palestino es borrado, y expulsado de su tierra. Y fue enfático en aclarar que la “única democracia de medio oriente” como se autoproclama Israel tiene una doble legislación, con ciudadanos de primera y segunda categoría, violando cualquier idea de Derechos Humanos universales.
Consultado por Virginia Martínez sobre las características del BDS y en particular sobre el boicot cultural Waters dijo: “Es bastante simple, se basa en el éxito del movimiento antiapartheid de Sudáfrica. Ese movimiento fue esencial en la caída de los supremacistas blancos. Cuando dejamos de jugar al rugby y al cricket contra los blancos de Sudáfrica no lo soportaron. Tampoco Israel va a soportarlo si dejamos de jugar al fútbol con su selección, o con equipos de Israel.”
Luego el músico se refirió a la práctica de criminalizar al movimiento BDS, acusándolo de antisemita. Waters reiteró varias veces el principio de BDS de no oponerse a los judíos sino a la práctica racista del Estado de Israel contra los palestinos. Pero el lobby israelí es fuerte, y el propio Waters recordó que la charla que se realizó en el PIT CNT iba a ser en un teatro (El Galpón) pero que le pusieron como condición que no hablara de BDS. Y por supuesto, de eso es de lo que iba a hablar, y fue de lo que habló en la sede de la Convención Nacional de Trabajadores.
El sábado, además de dar un imponente show, Waters volvió a denunciar el ascenso del fascismo y la política racista del Estado de Israel, pero también el antisemitismo. Por supuesto, el sionismo de nuestro país y sus seguidores no se conformaron con esto, y acusaron todo el tiempo a Waters de antisemita. La práctica sionista es clara, primero intenta comprar aliados, y si no los puede comprar los criminaliza. Lo más importante de la visita de Waters es que esa práctica quedó a la vista, lo que queda es que quienes pudieron escuchar la otra narrativa acerca de lo que pasa en Israel se organicen, el BDS los espera.
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