Viento salvaje (Wind River), USA 2017. Dirección y libreto: Taylor Sheridan. Fotografía: Ben Richardson. Música: Nick Cave y Warren Ellis. Con: Jeremy Renner, Elizabeth Olsen, Graham Greene, Kelsey Asbille, Julia Jones, Tantoo Cardinal, Gil Birmingham. Estreno: 28 de setiembre. Calificación: Muy buena.
El segundo largometraje del libretista, actor y director Taylor Sheridan es un policial con aires de western, que comienza con un rastreador del Departamento de Protección Silvestre de Wyoming (Jeremy Renner). Ese hombre que aún sufre la violenta muerte de su hija adolescente tres años atrás, descubre en medio de la nieve el cadáver de una indígena, que fue la mejor amiga de su hija. Una joven agente del FBI (Elizabeth Olsen) es enviada a analizar el caso y, pese a la absurda burocracia que impide a un forense dictaminar asesinato, la chica emprende una investigación junto al rastreador y el jefe de la policía tribal (Graham Greene), para determinar qué es lo que realmente sucedió.
Lo que logra Sheridan con una anécdota muchas veces vista en el cine es digno de alguien que sabe exactamente lo que quiere: construir un relato focalizado en el carácter relegado de determinadas comunidades y/o regiones de USA, que permanecen en el olvido. Cabe recordar que Sheridan se desempeñó como libretista de Sicario de Denis Villeneuve y Sin nada que perder de David Mackenzie, films con los que comparte temáticas y virtudes. Si en Sicario primaban la similar violencia del narcotráfico y de las agencias gubernamentales que intentan combatirlo, y Sin nada que perder detallaba el despojo sistemático de la población rural por medio de hipotecas bancarias, en Viento salvaje domina un silencio de muerte en medio de una tierra de nadie. El clima árido, cálido y desértico de las dos películas anteriores se canjea aquí por un enorme panorama invernal, dominado por nieves eternas y montañas, un espacio hostil que por un lado refleja la desidia del Estado respecto a las comunidades indígenas que lo habitan, y por otro ejemplifica las diversas actitudes que sus habitantes adoptan al vivir en él. Porque si para algunos la reserva indígena Wind River es un modo de vida y una forma de la convivencia, para otros es sólo la excusa para llevar a cabo actos horrendos, originados en la desidia, la abulia o el mero capricho.
Viento salvaje utiliza una investigación atípica para desnudar la deshumanización y la impunidad escondidas bajo el manto de toda sociedad dedicada a controlar, reprimir u olvidar sus orígenes. Es por tanto un análisis de la naturaleza humana y la capacidad de supervivencia que podemos llegar a desarrollar en situaciones límite. Lo que resalta en la propuesta es la sabiduría que revela Sheridan para combinar instancias reflexivas y contemplativas con estallidos inesperados, en medio de una tensión narrativa que surge de la violencia potencial: la que revelan los sufrimientos personales de los personajes, pero también la que subyace en el gran protagonista del film, el bello y terrible paisaje de Wyoming, notablemente registrado por Ben Richardson, que destaca mediante sus panorámicas la estremecedora crudeza de las montañas nevadas y la tierra congelada. Otros puntales del film son la sorda y percutante banda sonora de Nick Cave y Warren Ellis, y las notables labores de Renner y Olsen, él luciendo una economía de recursos alejada de todo divismo con la que se mete en la esencia del personaje, ella redondeando un hito en su joven carrera, algo que no lograba desde su impactante debut en el film indie Martha Marcy May Marlene, que puede encontrarse en DVD.
El resultado es un thriller mayor, que habla de supervivencias y tesones individuales enfrentados a la hostilidad del medio ambiente y las instituciones. Viento salvaje se asoma al dolor como consecuencia de la barbarie y la marginación, y rescata personajes reales que enfrentan sus propios miedos y descubren que vivir siempre significa resistir.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.