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Un juego sano e interesante por Onofre Laborde

Un juego sano e interesante por Onofre Laborde
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Crear deportes es una virtud del ser humano que felizmente podemos disfrutar: las opciones son varias y siempre podemos encontrar excepciones a lo “comúnmente conocido”. Comentaré sobre una disciplina un tanto particular.
El Tchoukball es un deporte de equipo basado en el balonmano. Cada uno de ellos cuenta con un número de 7 jugadores. El juego tiene una gran riqueza táctica, porque prima la colocación de los competidores en el campo sobre los aspectos técnicos, que se reducen al pase, el lanzamiento y la recepción. La reglamentación del tchoukball favorece la participación y reduce el miedo de los participantes a que sus pases sean bloqueados o les roben el balón.
Para jugar se necesita un balón de balonmano o similar y dos superficies de rebote (hay variantes que sólo necesitan una superficie de rebote). El propósito del juego es lograr que el balón toque el suelo después de impactar contra cualquiera de las dos superficies de rebote.
Entre las singularidades de este juego destaca el que el balón no puede ser robado ni interceptado. ¡Hay que dejar jugar!. El equipo defensor sólo puede recuperar la posesión cogiendo el balón en el aire después de que éste golpee la superficie de rebote. Los lanzamientos pueden ser sobre cualquiera de los arcos de rebote, ya que los 2 sirven para los dos equipos.
Es necesario destacar que este deporte fue inventado por el biólogo suizo y especialista de medicina deportiva Dr Hermann Brandt. Éste plasmó sus preocupaciones y estudios sobre el gran número de lesiones por impactos que se generan en ciertas prácticas deportivas en un libro denominado “De la educación física al deporte a través de la biología”. Además, publicó el artículo “Una crítica científica de los juegos de equipo” que le valió el «Premio Thulin», otorgado en la Universidad de Lisboa el 16 de agosto de 1970.
Brandt declaró en 1971 “el objetivo de las actividades físicas no es fabricar campeones sino contribuir a la edificación de una sociedad armoniosa”. Con la aplicación práctica de las ideas del doctor y el estudio crítico de los juegos existentes, se desarrolló el Tchoukball, como una adaptación del balonmano. El Dr. Brandt pensó que el sonido de la pelota rebotando contra uno de los marcos (“tchouk”) sería un nombre universalmente aceptado.
Tras la muerte del médico en 1972, el Tchoukball se fue desarrollando paulatinamente. Así, durante la década de los ochenta y gracias a una inversión sustancial, en Taiwán se convirtió en el tercer deporte y se crearon 200 equipos para sus campeonatos nacionales. Por otro lado, dos de los países fundadores de la Federación Internacional de Tchoukball (FITB), como fueron Suiza y Gran Bretaña consolidaron la presencia internacional de Tchoukball en Europa.
Pasando a otro plano: si hacemos mención a la característica del Tchoukball, destaca su carácter intenso, ya que es un deporte rápido y de habilidad en el que los jugadores pueden expresarse libremente mientras juegan, siempre que respeten las reglas permitidas. Se considera que, en un juego de Tchoukball de alto nivel, pueden anotarse puntos cada 20 segundos.
También destaca su versatilidad, ya que fue diseñado para jugarse en la mayoría de escenarios. Normalmente se juega en el interior de pabellones deportivos, pero es perfectamente posible jugar en otros lugares (playa, césped, piscina, etc).
Además, podemos destacar que esta disciplina deportiva está destinada a todas las edades, ya que no existe limitación en cuanto a la edad o la altura, peso o contextura de los jugadores.
Sin embargo, el Tchoukball requiere táctica y no fuerza. Es un verdadero deporte de equipo, ya que los puntos se consiguen cuando el balón se distribuye de la forma más eficaz. La atención, anticipación, la destreza e inteligencia marcan la diferencia.
Y lo más valioso e interesante: es un juego limpio, entendiendo que nació como una alternativa a las prácticas deportivas en las que había contacto físico entre los jugadores y se generaba un gran número de lesiones por impacto. En el Tchoukball no hay contacto físico entre los partícipes y cualquier acción agresiva está prohibida. La intención de este deporte en lograr la armonía a través de la actividad deportiva de alto nivel.
En cuanto a las características técnicas, las porterías para jugar Tchoukball son reboteadores (término inglés “rebounder”), es decir, superficies de rebote constituidas por un marco metálico y una red o malla. Las dimensiones reglamentarias de este equipo en el Tchoukball son de 100 cm de cada lado, es decir, una superficie cuadrada de 100 cm2.
Tampoco pueden faltar las pelotas o balones para jugar Tchoukball. Cuentan con varios tamaños. Las más pequeñas y ligeras están destinadas a mujeres y jóvenes, y las más grandes y pesadas a adultos hombres. En los partidos oficiales de Tchoukball de mujeres el balón suele medir entre 54 y 56 cm y pesar entre 325 y 400 g, y en los partidos de hombres las dimensiones del mismo suelen estar entre 58 y 60 cm y el peso entre 425 y 475 g.
Finalizando, en el Tchoukball lo que se pretende es anotar tantos en las superficies de rebote, ganando el equipo que más puntos obtenga. Para ello, en los partidos oficiales, se juegan 3 tiempos de 15 minutos cada uno, con un descanso entre ellos de 5 minutos.
También hay que tener en cuenta las interrupciones y faltas. Incluyo hay faltas de rebote. Además, hay que tener ciertas consideraciones tanto al inicio como al reinicio del juego. Sin dudas, es un juego sano y muy atractivo.

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