UPM 2 ¿PANACEA O APOCALIPSIS?
La semana pasada la firma finlandesa anunció su decisión de concretar la inversión en la segunda planta de celulosa en nuestro país. No tardaron en aparecer las voces de quienes ensalzan este proyecto y quienes lo denostan.
¿Qué tan positivo es para el Uruguay? ¿Cuáles son los números más verosímiles, los que sostienen que la inversión nunca será recobrada o los que declaran que es una inversión superavitaria? ¿Por qué los grandes partidos están de acuerdo en esta ocasión, cuando estamos acostumbrados a verles enfrentados en la mayoría de los temas? ¿Hay una visión común de apertura de la economía al mundo en que cualquier inversión es vista como una lluvia de agua bendita? ¿Subir el PBI y asegurar los equilibrios macroeconómicos puede llevar a negociar aceptando clausulas lesivas para nuestro país? ¿Puede llegar a ser un desastre ecológico como vaticinan algunos? ¿Son confiables nuestros organismos de cuidado del medio ambiente? ¿Será el tren de UPM o del pueblo?
Dolor y lucha por Gonzalo Abella
Días atrás UPM anunció a sus promotores locales que daba el sí. Habrá una nueva súper pastera. A cambio de tantas concesiones de un Estado que ya no es soberano, la pastera hace una sola concesión: da el sí en el momento más conveniente de la campaña electoral. Aunque, jugando con la desesperación del oficialismo, le hizo firmar a éste que UPM puede retirarse cuando así lo desee, sin pagar ninguna multa.
Comienzan a funcionar las cláusulas del sometimiento. Se suceden las expropiaciones, comienza la entrega de una franja de 300 km de largo entre dos muros para un tren extranjero que llevará venenos desde su puerto (antes: puerto de Montevideo) hasta su fábrica (antes: territorio nacional) y llevará al regreso pasta de celulosa desde su fábrica hasta su puerto. Ida y vuelta se harán, desde Río Negro hasta el Río de la Plata de Ellos, sin pisar territorio uruguayo.
Ante la protesta de muchos ciudadanos, el Gobierno promete que en algún momento del día el tren servirá como transporte de productos nacionales, como “Ferrocarril Central”. La empresa no lo desmiente, pero tampoco tiene el descaro de prometerlo. Todavía hay una ética en los saqueadores que se ha perdido en sus cómplices locales.
En Montevideo, los barcos pesqueros son expulsados de sus amarres tradicionales. “Órdenes superiores” dicen las autoridades de la ANP, y tienen razón: los nuevos amos extranjeros mandan.
Por ahora habrá trabajo para un país en crisis, y por eso el Dr. Lacalle y el Dr. Sanguinetti se atribuyen la paternidad de esta pastera: afirman que bajo sus administraciones se dio la expansión y la nueva legalización del monocultivo forestal, sin el cual la súper pastera no sería posible. Es cierto, ellos son los padres, pero la mamá es el oficialismo. Con pudor, ocultando su pancita tras la secretividad más absoluta, el Gobierno dio a luz el Convenio. Por él, además, UPM2 mete su garra en la Educación Pública y en los programas de estudio. Por él, además, se forma una comisión de prevención e impedimento de conflictos laborales.
Excepto el famoso canon, UPM no paga impuestos directos. Paga el flete de los camiones, y por ahí paga el IVA del Gasoil, pero ni siquiera paga IVA por cualquier compra hecha fuera del territorio ocupado, o sea, en territorio todavía controlada por nosotros, los aborígenes.
¿En qué quedó la promesa de convertir a Fray Bentos en un centro con pleno empleo, con altos niveles tecnológicos y académicos propios del primer mundo? ¿Qué dicen los pescadores artesanales aguas abajo, acerca del impacto ambiental de UPM sobre un río que ya estaba contaminado? ¿Hay o no hay “episodios” periódicos de olor nauseabundo sobre la ciudad?
Ahora estamos hablando de una súper pastera que produce más del doble que la de Fray Bentos en un río que tiene diez veces menos caudal. El Río Negro, de negro porvenir, no abastecerá el inmenso volumen de agua que requiere la pastera, agua que devuelve al cauce altamente contaminada. De no ser así ¿por qué la pastera no es de ciclo cerrado, por qué no re utiliza el agua expulsada?
Pero el Río Negro no alcanza para el enorme volumen de agua que UPM necesita contaminar cada día. ¿De dónde nos sacarán más agua? El rumor es que subirán la cota de la represa de Rincón del Bonete, aunque se inunde San Gregorio. Ojalá no sea así.
Es terrible a lo que se puede llegar en año electoral con tal de abrir un nuevo período de ilusiones. Por mi parte estuve recientemente en Paso de los Toros, imaginando que mi cuestionamiento remaría en solitario contra una corriente de alegría popular. Para mi grata sorpresa, y contrariamente a lo que decía la gran prensa, la opinión pública está dividida. Por un lado, está la legítima esperanza de una juventud postrada previamente por el desempleo. Por otro, los impactos sociales y culturales negativos en Fray Bentos no son desconocidos.
Pero no podemos simplemente decir no. La Unidad Popular tiene un Programa para revertir de inmediato el desempleo y recuperar la soberanía. Una bancada coherente, al servicio de las causas populares y en coordinación con un creciente movimiento ciudadano organizado, puede impulsar grandes batallas contra este saqueo feroz. El pueblo, su creciente grado de organización y conciencia, rebasando las cúpulas oficialistas de algunos sindicatos, nuestro pueblo, tendrá la última palabra.
Celulosa que triste te veo por José Manuel Quijano
Los estados van perdiendo soberanía frente a las empresas trasnacionales. Las pruebas más evidentes se encuentran en los contratos de inversión en los cuales la empresa, que antes se sujetaba a condiciones, ahora las fija y evalúa el desempeño del estado. Esa es la nueva realidad, a la cual muchos creen que no hay más que someterse, y el acuerdo entre UPM y el gobierno uruguayo es un claro ejemplo. Y todos felices porque ingresarán presumiblemente muchos dólares y se generarán 300 empleos directos y varios más indirectos. Y hasta puede que venga un empujoncito electoral.
1.- El análisis del contrato – guardado bajo cuatro llaves con la cola de paja del que sabe en cuanto está cediendo – no será abordado aquí y me remito a todo cuanto ha dicho Hoenir Sarthou, con tenacidad envidiable, en Voces y en otros medios. Como reflejo del numeral anterior avanzamos hacia un contrato absolutamente asimétrico en donde una de las partes (la empresa) a nada se compromete y se reserva el derecho a rescindir por sola voluntad y la otra (el estado oriental) pregunta de manera insistente “algo más”.
2.- La empresa se instalará en el Rio Negro. Según Jaakko Sarantola, vicepresidente senior de desarrollo de negocios en Uruguay de UPM “el río Negro tiene un caudal adecuado de agua para las necesidades de UPM, el caudal es el mismo que el del principal río de Finlandia» (Conferencia de prensa de julio de 2016). Lo que no dijo Sarantola es que el Rio Negro está contaminado.
El Director de Dirección Nacional de Aguas (Dinagua), Daniel Greif, indicó el 15 de setiembre de 2015, que el Río Negro está tan afectado por la contaminación como el Santa Lucía y tiene incluso zonas de mayor contaminación que el Santa Lucía, a tal punto que algunos productores no llevan sus animales a abrevar en ciertos lugares. Sostuvo que en conjunto con la Dinama se está trabajando en el monitoreo y la identificación de las causas entre las cuales cabe mencionar la fertilización de los campos, la ganadería y los efluentes de las ciudades costeras. Greif explicó al diario El País que «quizás se encuentren valores más altos de cianobacterias en lugares puntuales del río Negro, en los embalses donde el agua está más tranquila lo que propicia la acumulación de algas».
Las advertencias se fueron repitiendo. En fecha más reciente ( comunicado del 25 febrero de 2019) la Comisión Deliberante de la Cuenca del río Negro (integrada por autoridades de Soriano, Río Negro, Flores, Tacuarembó, Durazno, Cerro Largo y Rivera, que son los siete departamentos que tienen costa sobre el río Negro) manifestó que “cada vez es más preocupante la contaminación de las aguas”, en parte por el ingreso al Uruguay, desde territorio de Brasil, de “aguas altamente contaminadas” por los agroquímicos utilizados en plantaciones de soja y arroz, principalmente. Las cianobacterias no son un fenómeno nuevo en el río Negro, pero el problema ha ido en aumento año tras año, y la utilización de agroquímicos es señalado como el principal motivo por las autoridades departamentales.
En marzo de 2019, cuando las conversaciones con UPM estaban muy avanzadas, el gobierno anunció que pondrá en marcha un plan para disminuir la contaminación de las aguas en la cuenca del río Negro. Luego de un Consejo de Ministro, el 11 de marzo el subsecretario del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Jorge Rucks, informó de esta medida que tiene un plazo de tres años para ejecutarla. “La contaminación en el río no es de forma homogénea, pero es muy importante en algunas zonas”, dijo el jerarca. Rucks indicó que la situación de las aguas contaminadas se debe al uso excesivo de fertilizantes en las actividades rurales. “Lo que queremos es atacar las causas de este problema” y señaló que no se trata de un problema exclusivo del río Negro, sino que también se trabajará en algunos de sus afluentes como los ríos Tacuarembó y Yí.
De donde se desprende que no hay duda alguna que el Rio Negro está contaminado ( y también algunos de sus afluentes); que ante la persistente preocupación de organismos y comisiones especializados el gobierno anunció en marzo de 2019 (cuando el acuerdo con UPM ya estaba prácticamente pactado) un plan para disminuir la contaminación; que aun cuando recurran al mago Merlín la puesta en funcionamiento de UPM, en costas del Rio Negro, tendrá efectos contaminantes adicionales sobre el rio ya contaminado.
3.- Hace ya bastante tiempo, en una nota que escribí para el semanario Brecha, me preguntaba ¿cómo debemos considerar a la celulosa? ¿Se trata acaso de un producto manufacturado? La celulosa es madera reducida a fibra para que se destine a la fabricación de otro producto. Es una commodity razón por la cual los informes y estadísticas disponibles, tanto nacionales como internacionales, incluyen a la celulosa entre las commodities agropecuarias. Las commodities se definen habitualmente como “un producto que se encuentra en estado natural y no se ha transformado en otra cosa”. Que se trata de una commodity está reconocido por Uruguay XXI y por organismos internacionales.
Con anterioridad, en una entrevista con la revista Librevista manifesté con respecto a las empresas extranjeras que compran el árbol, lo procesan y hasta venden una commodity, la celulosa, que “no tenemos por ahora, elementos suficientes regulatorios acerca de cómo orientar ese fenómeno”, cuyo aspecto más relevante es preguntarnos qué deberíamos hacer para construir una cadena, si es que a Uruguay le interesa ser productor importante de papel (solo o asociado). En el esquema UPM Uruguay exporta celulosa a China que continua con la cadena. ¿No podríamos, siquiera parcialmente, continuarla en Uruguay? El esfuerzo de casi todos los países del mundo por exportar con valor agregado, tiene el triple propósito de generar empleo de calidad en el ámbito local, insertarse en la región y en el mundo en sectores donde se generan las ventajas competitivas y reducir la vulnerabilidad exportadora que, cuando se miran series largas, ha sido inherente a los bienes primarios. Hasta ahora no parece fácil encontrar otro camino.
4.- ¿Un “complejo forestal” al estilo finlandés? No. Pero una asociación del estado y de capitales privados locales con socios internacionales, sí. Para todo o para partes del proyecto. Se han publicado muchos trabajos sobre este tema, pero quizá uno de los más interesantes y presumo que pionero para América Latina es el de CEPAL (1999). Este documento, en una línea ya explorada por Alberto Hirschman en sus investigaciones sobre el desarrollo económico, pone en evidencia los encadenamientos (hacia atrás, hacia adelante y hacia los lados) en el caso finlandés y resulta meridianamente claro que ahí residen los aspectos centrales que pueden dar paso a una “estrategia prometedora”. (*)
Los encadenamientos hacia adelante conducen al desarrollo de la industria de papel y cartón y sus derivados; los encadenamientos hacia atrás a la implantación de industrias de maquinaria y equipos forestales, así como a servicios especializados; y los encadenamientos hacia los lados (tanto más intensos según el impulso de los otros encadenamientos) llevan a la expansión de procesos de automatización y procesos ambientales, transporte, comercialización y logística. Son estos encadenamientos los que transformaron radicalmente la producción y las exportaciones de Finlandia y le permitieron acceder a uno de los ingresos por persona más altos del mundo. Sin encadenamientos, la inversión en celulosa se caracteriza, además, por los “saltos de una sola vez” (**)
Reproducir el modelo finlandés, con todos sus eslabonamientos, no resulta por cierto sencillo y posiblemente no se encuentre al alcance de un país como Uruguay. Un proyecto como el celulósico ha dado muestras de encadenamientos (débiles salvo en transporte) hacia los costados. Sin embargo, el país tiene una larga tradición como productor (desde 1898) y luego como exportador de papel y cartón. Incluso ha hecho reconversiones bien programadas de plantas papeleras locales en los años noventa. El enorme esfuerzo fiscal y crediticio (subsidio y crédito muy blando) para expandir las plantaciones forestales a partir de la ley de 1988 y el sacrificio fiscal en las ZF donde se instalan las plantas de celulosa, solo se justifica si Uruguay orienta la producción hacia adelante, con más valor agregado. ¿Estuvo a nuestro alcance “una estrategia prometedora”? Si así fuera, la hemos claramente desaprovechado.
(*)Joseph Ramos: “Una estrategia de desarrollo a partir de los complejos productivos en torno a los recursos naturales. ¿Una estrategia prometedora?” CEPAL, 1999
(**)Las empresas celulósicas, cuando realizan la inversión y se ponen a producir, “pegan saltos por una vez y eso es diferente a los aumentos de productividad permanente que son los que tienen innovación tecnológica incorporada permanentemente” (Bittencourt,G en Failache:C:“Construyendo caminos de desarrollo en el Uruguay actual, 2012)[i]
Bajo precio de la necesidad por Rodrigo da Oliveira
Artigas propugnaba no vender el rico patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad. A un alto precio es que hemos vendido (entregado) parte de nuestros recursos y, al parecer, con grandes posibilidades de empeorar a medida que se van conociendo nuevas cláusulas y detalles de las negociaciones secretas entre el Superior Gobierno y la finlandesa UPM.
Nadie duda que resultan imperiosas (curioso resulta utilizar esta palabra, originada en imperio, con las connotaciones que ella trae a la fuerza política que está a cargo del país hoy) tanto las inversiones extranjeras como la inversión nacional. Llamativo es el tratamiento diferencial que se le da al venido de fuera respecto al local que quiere instalarse o mantenerse funcionando acá. Hablamos de un proyecto de varios miles de millones de dólares y algunos miles de puestos de trabajo al comienzo y unos cientos cuando la planta ya esté en marcha (debe agregarse a estos los indirectos en plantaciones, traslados, etc). El problema surge al comparar algunos puntos como los impositivos: exenciones varias para quien llega y carga total para los ya instalados. Conocidas son las dificultades de las empresas para mantenerse a flote, en épocas de vacas flacas y sostener las plantillas de trabajadores. ¿Por qué no haber realizado acciones previas en ese sentido, en lugar de permitir perderse algo más de 50.000 puestos de trabajo, más el aumento de los ingresados al seguro de desempleo? Cifra que sería aún mayor, de no haber sido incrementado el número de estatales en casi 100.000 en los últimos 13 o 14 años.
El tratamiento del contrato, denunciado hasta el hartazgo por gente como Raúl Viñas y Hoenir Sartou (entre muchos otros, han sido bien representativos y contundentes en esta materia) deja muchas más dudas que certezas. El complemento del contrato, aparecido esta semana, termina mostrando que les fueron dados a los finlandeses todos los síes posibles. La imposibilidad del gobierno de dejar escapar esta última opción para mantener sus números macro en niveles aceptables, en el marco de una administración que ha tenido demasiados frentes vulnerables en todas las áreas esenciales que les fueron encomendadas para su manejo, hizo de este proyecto de UPM2 su postrer exhibición de acto ejecutivo.
El secretismo contractual y la poca consistencia y conveniencia para los intereses nacionales de los números que trascendieron hacen que todo este proyecto esté viciado de forma y de fondo. La materia ambiental es otro renglón casi tan oscuro como el resto, dejando poco menos que a la voluntad de la misma empresa la salvaguarda del medio ambiente en la zona. Los costes de instalación del llamado Ferrocarril Central al parecer los asumiremos nosotros y su amortización será a muy, muy largo plazo.
Cuasi imposible será para las administraciones que vengan tomar medidas de importancia para modificar esto, si fuere necesario. Solo en materia de legislación laboral parecen haber dejado todo bien saldado, el resto es una gran incógnita.
Todo armado para que a los inversores nada los moleste o perjudique.
Los habitantes de estas tierras, ¿a quién nos encomendaremos?, ¿a algún dios nórdico?
Vendiendo el rico patrimonio, ¿a cambio de qué? Por Federico Kreimerman
La empresa UPM confirmó que construirá su segunda planta de celulosa en el Uruguay, consolidando el contrato que el gobierno del Frente Amplio firmó con esta empresa multinacional en nombre del Estado uruguayo.
Este contrato constituye una agresión a la soberanía nacional, apuntala la dependencia del país y pone en peligro los recursos naturales, principalmente el agua y la tierra.
Esta confirmación es la expresión cristalizada del proyecto que tiene el gobierno para nuestro país: concentración y extranjerización de la tierra; expulsión de los pequeños productores que proveen de alimentos a la población; aumento de la dependencia económica con los centros financieros internacionales a través del mayor endeudamiento; intromisión en los planes educativos por parte de agentes externos violando descaradamente la autonomía de los entes de la enseñanza; la apuesta ciega a la Inversión Extranjera Directa sin contemplar que el saldo a largo plazo es negativo cuando las inversiones trasladen a las casas matrices las utilidades de las mismas; la justificación de la degradación ambiental en base al beneficio de una minoría vinculada al agronegocio.
Además esto que se nos quiere presentar como la “mayor inversión privada de la historia” es en realidad también la mayor inversión pública, en la que el Estado se compromete a destinar montos millonarios para la construcción de infraestructura para asegurar márgenes de ganancia a una empresa multinacional, lo que significa en el futuro menores recursos para los gastos genuinos en educación, salud, vivienda, entre otros, que apunten a un modelo de desarrollo alternativo.
La mayor entrega de soberanía en la historia de nuestro país la hizo un gobierno con discurso de “izquierda” pero acciones en favor del capital.
Denunciamos la complicidad de los principales partidos políticos del país, porque en este tema no caben medias tintas, o se está a favor de la entrega del país y sus recursos, o se está a favor de un proyecto soberano en beneficio de las grandes mayorías.
En la Unidad Popular estamos convencidos que otro Uruguay es posible y pelearemos por él. Hoy más que nunca que la rebeldía le gane a la resignación.
Mal acuerdo para los uruguayos, bueno para UPM por Fitzgerald Cantero
Precisaríamos varias de estas páginas para repasar las idas y vueltas del Frente Amplio sobre la política forestal y las leyes de inversión y de tratado con Finlandia, que hoy hacen viable la tercera pastera en nuestro país. Tampoco voy a reparar en cuestiones jurídicas, medio ambientales y de oportunidad política de esta inversión. Las que son harto cuestionables. Detengámonos solamente, en esta ocasión, en los números de esta eventual nueva planta. Los costos asumidos por el Estado para UPM2 son: A. Vía férrea nueva, B. Pérdida de generación, C. Compra de energía, D. Viaducto, E. Traslado puerto pesquero en Capurro, F. Dragado, G. Expropiaciones, H. Refuerzo de UTE, I. Tercera senda ruta 5.
Por otro lado, tenemos los ingresos que obtendrá el estado: J. El incremento de impuestos por la inversión, K. El canon pagado por la Zona Franca y L. Los ingresos por el uso de las nuevas vías.
Haciendo un análisis conservador en los números, con supuestos que beneficien al país -los que no puedo desarrollar aquí por razones de espacio- si consideramos todos los ingresos y egresos que le generará al Estado la actividad de UPM2, llegamos a esta conclusión a modo de balance: una pérdida de 1.840 millones de dólares.
Si profundizamos en la generación de puestos de trabajo. Los sectores donde razonablemente podríamos prever un impacto positivo permanente de la instalación de UPM2 es en la fase silvícola, en la actividad industrial asociada a la producción de pasta de celulosa y en los sectores que les brindan servicios transversalmente. Hay que tener presente que la planta de Botnia entró a funcionar en el 2007, y la de Montes del Plata en 2017. La cantidad de personas empleadas en la fase silvícola eran 8.396 en 2007, y en 2018 habían pasado a ser 8.504, es decir, 1% en 11 años. No hay aquí evidencia de generación de empleo.
En la fase industrial, en el subsector de producción de pasta de celulosa, en 2007 había 1.190 puestos y en 2018 1.272, un incremento de 82 puestos de trabajo.
Otro criterio más benigno para el proyecto es considerar que los 1.272 puestos de trabajo de producción se reparten entre UPM1 y Montes del Plata. Con ese criterio es razonable la estimación de la empresa de que generaría entre 400 y 500 puestos de trabajo directos.
Un estudio de CPA Ferrere, estima los puestos de trabajo directos e indirectos de la cadena forestal, llegando a 25.000 personas. El grueso de los puestos de trabajo, son en la fase primaria y los servicios transversales y están asociados fundamentalmente a las hectáreas forestadas.
Como un criterio extremadamente benigno, podemos asumir que los puestos de trabajo no directos a la fase industrial aumentarán en proporción a las nuevas hectáreas que forestará UPM, un 7,5% de las actuales. Eso nos da (25.000×0,075) 1.875 puesto de trabajo.
Partiendo de la base que se generarán 2.375 puestos (500 + 1.875) de trabajo y que eso generará erogaciones no recuperadas de 1.840 millones de dólares, cada puesto de trabajo le cuesta al Estado 775.000 dólares.
El 3 de mayo de este año, realicé un hilo en Twitter que ha generado informes y notas periodísticas, (seguramente sea la razón por la que me invitó el señor Director a escribir), pero no ha sido refutado por ningún actor del gobierno en cuanto a las estimaciones económicas proyectadas. Lamentablemente.
UPM2 y la colonización del Estado por Oscar Mañán
Tal vez la pregunta no sea si panacea o apocalipsis, porque lo que para algunos es el cielo para otros puede ser el infierno, todo depende del lugar del observador. Por ejemplo, UPM2 será la planta más productiva del mundo según la empresa finlandesa y se convertiría en fundamental para su producción y ganancias. Para el país tendrá un impacto importante en el empleo directo e indirecto (aunque no sería correcto contabilizar aquellos de la forestación ya existentes o un conjunto de servicios conexos vigentes), un impacto contable en el PBI (aprox. 2%), y una tranquilidad al ciclo político del próximo lustro. Para las nuevas generaciones, una gran incertidumbre…
Lo que parece indiscutible es que las empresas transnacionales vienen colonizando a los estados nacionales hace tiempo. El Estado posliberal según Stolowicz (2016) cambia las características que le atribuía la vieja filosofía liberal al derecho de ser “general, impersonal y abstracto”; ahora se flexibiliza y se subordina a un “pluralismo jurídico de orden internacional”. La inversión extranjera directa dirime sus conflictos en tribunales internacionales.
Tiempo atrás, la primera de las UPM, solicitaba para reforzar el “ambiente de inversión”, no solo la institucionalidad reconocida de seguridad jurídica y democrática, una zona franca, también cierta estabilidad macroeconómica y libre flujo de ganancias al exterior. La realidad implicó que el país asumió costos mayores, una situación que afectó directamente sus relaciones diplomáticas y comerciales con Argentina, debió fortalecer los cuidados de fronteras, respaldar a la empresa en créditos internacionales, lidiar con los conflictos sociales y medioambientales que trajo aparejado.
La segunda UPM, va más allá en lo que refiere a las necesidades de su próxima inversión, ahora no bastan zonas liberadas de impuestos, seguridades jurídicas y estabilidad democrática, tampoco los tradicionales subsidios encubiertos, ahora las exigencias se extendieron a la creación de infraestructura suficiente, un lugar en el puerto, un tren que mueva la producción, incluso a aspectos de planeación educativa y ciertas garantías para la prevención de posibles conflictos sindicales. La infraestructura física solamente acumularía un 60% del total de la inversión planeada, todo sin participación efectiva en los beneficios.
Los aspectos medioambientales preocupan más a quienes los padecen, la contaminación de un río ya comprometido, la modificación del paisaje, el ruido y los riesgos del tren de carga, van más allá de las bondades de empleos directos e indirectos que crea, ya que también desplaza otros e impacta en costos y nivel de vida de las poblaciones.
La capacidad del Estado para articular un desarrollo autónomo y capaz de anteponer los intereses populares a las necesidades del mercado está en debe. En los 60s Cardoso y Faletto (C&F) propusieron el concepto de “economías de enclave” para describir la forma dependiente menos agraciada con que América Latina se insertó en el capitalismo mundial. Uruguay, había mantenido cierto “control nacional del proceso productivo” que lo distinguía. El retroceso es acelerado, los enclaves contemporáneos son más coloniales que los anteriores. El enclave de C&F se caracterizaba por sectores de exportación de espaldas a la economía doméstica, los actuales enclaves requieren que la economía doméstica sea rehén de los monocultivos exportadores difícilmente defendibles ya sea por el impacto socio-ecológico o incluso por el económico.
Una ventana de oportunidad hacia el futuro por Alfredo Asti
Este mes de Julio nos trajo dos novedades de gran importancia por su impacto positivo en las expectativas de desarrollo del país: la firma del acuerdo UE-Mercosur y la resolución definitiva de la inversión de UPM en su segunda Planta.
Estas dos noticias deben mejorar el ánimo de todos los uruguayos, en particular de trabajadores, emprendedores y empresarios por las oportunidades que se les abren.
El Gobierno venía trabajando intensamente en ellas desde el inicio de su gestión y logra concretarlas recién en el tramo final de su periodo, demostrando que no está acabado ni sin agenda, como dice la oposición, sino por el contrario trabajando por el bien del país hasta el último día para pasar al próximo Gobierno en marzo 2020 las mejores situación y perspectivas.
Estas dos buenas noticias, traen un cúmulo de desafíos y oportunidades, alineadas a lo que es nuestro Proyecto de País de Desarrollo sostenible que promueve un crecimiento económico productivo e innovador, con sustentabilidad, equidad social, ambiental y territorial, impulsando, con el mismo rumbo, una visión transformadora de superación de algunas necesidades aún insatisfechas.
La inversión de UPM II es mucho más que una nueva planta de celulosa, es nuevamente el resultado de la confianza internacional generada en estos años que posibilita concretar la mayor inversión productiva en el país que genera miles de puestos de trabajo directos e indirectos durante la construcción y luego en la operación de la planta y su cadena productiva, pero es también un llamado de atención a otros inversores en otras áreas de actividad para que encuentren las oportunidades que Uruguay brinda a la actividad productiva alineada con el Proyecto de país sustentable.
Sin duda, consideramos que es un logro muy positivo por sí y por sus consecuencias en el país, en el aumento del nivel de actividad (aumento de 2 puntos porcentuales en PIB), en los aportes tributarios (de 120 a 170 millones de dólares anuales, en el nivel de empleo (de 8 a 10 mil puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos) en toda la cadena de producción, el aporte en tecnología, innovación, capacitación laboral y emprendedurismo en micro, pequeñas y medianas empresas locales (600) que fungirán como proveedores de bienes y servicios, apoyadas por un fondo (al que aporta también UPM) de desarrollo de proveedores, etc.
Rechazamos la opinión que esta inversión (como las otras que promovemos a todo nivel) es como “una lluvia de agua bendita” o que en el acuerdo hay cláusulas lesivas para nuestro país. Los acuerdos se han basado en la legislación existente (la Ley de Zona Francas, Promoción de Inversiones, Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial) y acuerdos bi o tripartitos a nivel laboral). De paso recordamos que el Ferrocarril Central fue decidido en función del Plan Nacional de Inversiones y reactivación del medio de transporte ferroviario (liquidado en Gobiernos de los PPTT) presentado a la ciudadanía para este periodo de Gobierno y será un factor que favorezca el posible desarrollo de nuevas actividades en el norte y centro del país, hoy inviables por falta de competitividad, por costos y dificultades de transporte.
Las inversiones (nacionales o extranjeras, públicas o privadas) son el necesario impulso al crecimiento con equidad, por su generación de empleo, nivel de actividad e ingresos fiscales. A propósito de esto corresponde destacar que sólo un 30% de la actividad producida por esta inversión se realiza en la Planta y en Zona Franca y el 70% restante se desarrollan en el norte, centro y este del país y finaliza en el Puerto de Montevideo.
Nosotros coincidimos en los análisis privados sobre evaluación financiera de ingresos y egresos públicos, que calculan en todos los escenarios posibles un retorno de la inversión pública, que va desde un mínimo 5% a un máximo de más de 30%, con una rentabilidad del 12% en el escenario más probable. Pero como dijimos, habrá otras externalidades positivas, sobre todo en el desarrollo de la zona centro del país, que registra los menores índices de desarrollo económico y social.
No eludimos los cuestionamientos ambientales, pero considerando la experiencia propia del país en el control de las dos plantas anteriores sin sucesos negativos, los antecedentes de la firma inversora no solo a nivel nacional sino internacional y las mayores exigencias medioambientales de esta Planta de última tecnología, consideramos que se puede controlar eficazmente la mitigación de los impactos negativos y aún conseguir algunas mejoras a la actual contaminación existente en el Río Negro (sin que funcione la Planta).
A su vez, hay que dar respuesta a una pregunta que a veces hemos escuchado y es la siguiente: Si las plantas de UPM son tan eficientes y no contaminan ¿por qué no instalan las plantas de celulosa en su país? La respuesta es muy sencilla, UPM tiene ya tres plantas operativas en Finlandia, cuyas tecnologías no son tan modernas como las de nuestro país, pero producen con pinos un tipo de fibra distinto al que se requiere hoy en el mundo y que la pueden brindar los eucaliptus que crecen en esta región del mundo en menos de 10 años, aproximadamente.
Resumiendo, el acuerdo de inversión con UPM II se encuentra alineado con los objetivos de Proyecto Nacional de Desarrollo Sostenible que promueve un crecimiento económico, productivo e innovador con equidad social y territorial y equilibrio ambiental.
La inversión proyectada no será la solución a todos los problemas del país, pero será un punto de inflexión en la línea temporal del desarrollo económico. De lo que ocurra en el ciclo electoral en curso, de las políticas que puedan sobrevenir y del adecuado aprovechamiento de las oportunidades que se abrirán, dependerá si el trazo se extiende en el horizonte y multiplica sus efectos o si, por el contrario, acaba desdibujándose.
Sí pero no por Leo Pintos
A esta altura no es novedad decir que todos los partidos políticos tienen una relación conflictiva con la verdad. Los motivos suelen ser varios; disimular errores, aparentar coherencia, ocultar intereses, etc. Y entender esto requiere tomar la suficiente distancia como para que dicha constatación no signifique una traición a nosotros mismos en tanto votantes. La realidad política uruguaya, como un espejo, nos devuelve los movimientos de la izquierda como si fuese la derecha y viceversa. Un buen ejemplo de esto es el proceso que concluyó en estos días con la confirmación de la instalación de una nueva planta de celulosa. Así pues, la derecha ha cuestionado los procedimientos del gobierno en la negociación de las condiciones para dicha instalación. La misma derecha que no dudó en violar el acuerdo binacional sobre el Río Uruguay para instalar la pastera de Botnia en su momento. Y a la principal fuerza de izquierda no se le mueve un pelo al defender una segunda planta de UPM, olvidando lo dicho y hecho en las etapas previas a la instalación de Botnia, incluyendo el fuerte cuestionamiento al modelo de desarrollo, que se iniciara hace más de treinta años con la aprobación de la Ley Forestal. Quince años tuvo el Frente Amplio para cambiar este modelo de desarrollo. Quince años para minimizar las consecuencias de la actividad extractiva y expoliadora de los recursos naturales en detrimento del medio ambiente. Quince años en los que no se pudo consensuar medidas que permitieran, si no detener, al menos minimizar la contaminación del agua. Porque a la Ley Forestal, se le agrega la Ley de Riego impulsada por este gobierno, que alterará el natural discurrir de ríos y arroyos agravando el problema del agua. Porque en quince años se permitió un uso y abuso de nuestros suelos con una fertilización indiscriminada, cuya principal consecuencia es la contaminación de aguas superficiales y subterráneas. No se trata pues de demonizar actividades productivas sino de regular y poner límites para no afectar nuestro medio ambiente. Y se nos va la vida en ello, y las posibilidades de existencia como país. No hemos dimensionado en su justa medida que Estados Unidos nos haya devuelto contenedores de carne contaminada con el insecticida Etión y Alemania haya hecho lo mismo con contenedores de miel contaminada con el herbicida glifosato. No es casualidad que las colmenas se mueran y que las cianobacterias proliferen en nuestras playas y lagunas, y en nuestros ríos y arroyos. Es simplemente desprecio de la vida en favor de intereses políticos y económicos. Quienes esperamos estar en este mundo algunas décadas más nos preguntamos cómo vamos a vivir y qué país le vamos a dejar a nuestros hijos y nietos. No se advierten planes que permitan complementar modelos productivos con la cada vez más necesaria sustentabilidad ambiental. Tampoco se advierten políticas compatibles con la imagen de país natural que durante años se construyó, y que ya se vio afectada por las condiciones sanitarias de las playas.
Esta columna de opinión no tenía intenciones de convertirse en un manifiesto medioambiental anti desarrollista, todo lo contrario, pretendía defender el derecho a que la gente tenga trabajo, a que el desarrollo industrial derrame sus beneficios en el país y reconocer la importancia de captar inversiones. Pero es tal la falta de planificación y tan grande la irresponsabilidad de nuestro sistema político que terminó en esto.
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