Las últimas semanas han sido especialmente tensas para la Casa Blanca. Y es que jugar varias partidas simultáneas no es una tarea sencilla, y más difícil aún, toda vez que asumes que la Administración Biden no sólo busca imponer su mirada “centrista” de mediano y largo plazo tras el desorden regresivo de Donald Trump, sino que además busca (re)instalar a los Estados Unidos como una potencia de referencia.
Para ello, en el orden interno debió dar varias batallas concomitantemente. Y en las dos últimas semanas ha logrado una importante victoria: el Senado ha aprobado el proyecto de ley sobre el cambio climático y los impuestos, pese a la oposición de todos los republicanos.
En efecto, el Senado de los Estados Unidos aprobó una legislación que posibilitará la inversión federal más importante de la historia para contrarrestar el cambio climático y reducir el costo de los medicamentos recetados. Los demócratas lograron cerrar filas y vencer, política y anímicamente a la oposición republicana unificada.
Estas iniciativas legislativas de importancia parecían ya estancadas, dadas las divisiones que se habían instalado entre los demócratas. La principal de estas aprobaciones del Senado inyectaría casi 400.000 millones de dólares en programas climáticos y energéticos. Pero las iniciativas no se quedan allí. En total, el proyecto de ley podría permitir a los Estados Unidos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en aproximadamente el 40% en relación a los niveles de 2005, siendo la fecha de cumplimiento el año mágico 2030.
Así que a pesar de la fuerte oposición que realizaron casi todos los republicanos, finalmente las sucesivas votaciones fueron una gran victoria para el presidente Biden y, en general, para toda la bancada de senadores demócratas. Cuando se votó el desempate, la actuación y decisión de la vicepresidenta Kamala Harris fue fundamental: 51 a 50.
Biden, que descansaba en Kiawah Island, en Carolina del Sur, interrumpirá brevemente sus vacaciones, para firmar y con ello transformar en ley la victoria parlamentaria. Las acciones en el escenario internacional y éstas iniciativas parlamentarias son decisivas para reposicionar a Biden y a los legisladores demócratas desde una posición fuerte y dueños de la agenda nacional, donde hay medidas para diferentes núcleos de interés e influencias.
Rescatando la agenda de Obama
Una importante victoria para los demócratas es que a partir de 2026 se espera recortar los costos de los medicamentos del Medicare una vez se habilite la compra directa. Pero desde ahora, se limitar el costo que los propios usuarios pagan por los medicamentos a un máximo anual de $ 2,000. Esta medida también extendería los subsidios de primas más grandes para la cobertura de salud para personas de ingresos bajos y medios bajo la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio por tres años.
Todo eso se financia a partir de una reforma fiscal para las grandes empresas: Establece un impuesto mínimo del 15% para las compañías que declaren en sus cuentas un beneficio de más de 1.000 millones de dólares, pero que utilizan deducciones, créditos fiscales y otras maniobras de ingeniería fiscal para reducir sus tipos impositivos e incluso librarse de pagar impuestos sobre beneficios. Se impone también una tasa del 1% a las recompras de acciones propias. Los directivos de fondos especulativos y las firmas de capital riesgo han logrado salir casi indemnes de las medidas fiscales que les amenazaban gracias al apoyo de la senadora demócrata por Arizona Kyrsten Sinema
Con esta ley, se refuerza la línea de reformas de Obama, tan atacada y en parte diezmada por Trump, y que ahora Biden rescata y profundiza. Es esta casi una seña de identidad demócrata, una línea directa con las clases media y media baja; una relación intensa y recíproca, una identidad reforzada por el liderazgo de Barack Obama.
Biden fue muy claro al respecto. En un comunicado que lleva la firma del presidente Biden, se enfatiza que “hoy, los demócratas del Senado se pusieron del lado de las familias estadounidenses por intereses especiales, votando para reducir el costo de los medicamentos recetados, el seguro de salud y los costos diarios de energía y reducir el déficit, al tiempo que hacen que las corporaciones más ricas finalmente paguen su parte justa».
La votación 51 – 50 con la que se aprobó, es el remate de más de un año de intensas y complejas negociaciones, con contramarchas y avances, entre el polo progresista del Partido Demócrata, que reclamaba un plan ambicioso de cambios que hiciera la diferencia para estos sectores medios, enfocados en las familias, y el ala conservadora que, recelosos, preferían unas normas más austeras y restrictivas.
Los dos últimos fines de semana mostraron a un Partido Demócrata actuando unido, rechazando los intentos republicanos para hacer fracasar la iniciativa. Aún cuando alguna concesión pareció fisurar al bloque demócrata (en particular, cuando los republicanos excluyeron a los seguros privados del límite de $ 35 en los costos de la insulina, pero se mantuvo para los del Medicare), la victoria demócrata ha sido muy grande y épica. Nada más recordar que hasta el desempate con el voto de la vicepresidenta, la correlación de fuerzas en todo momento fue de 50 – 50. Y una satisfecha Kamala Harris marcó el 51 con su voto de la aprobación o victoria.
Un Senado dividido en mitades
La aprobación parlamentaria fue una gran victoria para Biden y los demócratas, que dieron batalla e hicieron valer sus mínimas mayorías en la Cámara de Representantes y el Senado, apostando a conservarlas en las elecciones legislativas que tendrán lugar en el mes de noviembre. Enfrentaron a una oposición cerrada de los republicanos, que han utilizado todos los recursos para bloquear el paquete legislativo enfocada. También los demócratas se manejaron al filo de las reglas presupuestarias especiales del Senado para hacer posible que con el apoyo de los 50 miembros de su bancada más la vicepresidenta alcanzar una victoria fundamental en dos sentidos: una, por los temas que resuelve; dos, por el momento especial de todo lo que se juega en el plano internacional y de lo que se pone en juego de cada a noviembre.
Reposicionamiento
Las movidas del escenario internacional sumadas a estas victorias parlamentarias, el rescate de la calidad institucionalidad democrática del país, reposicionan al gobierno de Biden, al Partido Demócrata y su ala centrista y su sector progresista. Todo ello en momentos que las investigaciones judiciales y parlamentarias van cercando y debilitando a Donald Trump, pero no al espacio que éste representa.
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