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¿Vivimos o sobrevivimos?

¿Vivimos o sobrevivimos?
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Otra ronda/Another Round (Druk), Dinamarca/Suecia/Holanda 2020. Dirección: Thomas Vinterberg. Libreto: el mismo y Tobias Lindholm. Fotografía: Sturla Brandth Grovlen. Con: Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang, Lars Ranthe, María Bonnevie. En programación en la grilla de Netflix. Calificación: Muy buena.

 Otra ronda (o Another Round, como se la presenta en la grilla de Netflix) es la nueva película de la dupla danesa conformada por el director Thomas Vinterberg y el actor Mads Mikkelsen, presentada como continuación de anteriores películas del cineasta danés, como La cacería (2012) y La celebración (1998). Thomas Vinterberg es un director que se destaca principalmente por sacar el lado más sombrío de lo que se esconde detrás de toda fachada, un creador que siempre indaga en cuestiones que atañen a la condición humana y cómo nos relacionamos con los demás. Another Round es una película que utiliza como herramienta narrativa el alcoholismo, para acabar sacando a la luz el mayor temor de la sociedad de hoy en día: el miedo al fracaso.

Todo comienza como una especie de comedia independiente, donde se lleva a cabo un experimento entre cuatro amigos, todos profesores, todos en los 50 años, con el alcohol como protagonista. En este primer tramo del film el espectador quizás se pueda sentir un tanto confundido con la dirección que parece ir tomando la historia porque, situados en una comedia con ciertos momentos de patetismo de mediana edad, ¿qué es lo que querría contar Vinterberg al público? La sorpresa es que el cineasta ha calibrado muy bien su película y poco a poco va dejando todo hilado para la zona final. No es que Vinterberg muestre cosas graciosas en la primera mitad del film, sino que el público las percibe de esa forma. El alcoholismo es un mal endémico en todo el mundo, pero desde hace años en los países escandinavos ha adquirido niveles catastróficos. Y a eso habría que sumar que la sociedad ha llegado a normalizar al alcoholismo: vemos a un personaje borracho y, más allá de cierta incomodidad, nos terminamos riendo con sus ocurrencias o acciones. El director quiere señalar directamente al espectador como sociedad, una que ve con total aceptación el hecho de que los jóvenes se emborrachen todos los fines de semana sin que nadie ponga reparo alguno al asunto.

El resultado no es una crítica sobre el abuso desmedido del alcohol, y mucho menos una falsa lección de moralidad, sino que más bien estudia el por qué nosotros, como sociedad, ingerimos tanto alcohol. ¿Por qué necesitamos emborracharnos tan a menudo? ¿Es por pura diversión o hay algo más atrás de todo eso? La historia de Another Round se construye a partir de estos interrogantes. Es un largometraje revelador, ya que muestra una realidad de la que somos conscientes, pero que tendemos a pasar por alto. Es como si viviéramos en una sociedad hermética o inhibida, que necesita estimulantes para poder afrontar esa compleja condición que nos asfixia. Vinterberg se acerca a este fenómeno social con más preguntas que respuestas, sin caer jamás en la denuncia ni en explicaciones demagógicas o tranquilizadoras. Lo hace con observaciones en muchos casos inteligentes, con incisivos pasajes de comedia negra y con una narración siempre potente y furiosa.

Los cuatro personajes masculinos de la película están lidiando con batallas personales desde el principio, ya sea desde problemas matrimoniales a problemas del entorno laboral. El alcohol es el elemento que les permite poder afrontar (mejor dicho, sobrellevar) esas situaciones de manera más ausente y/o relajada. Sobre todo, eso se ve en el personaje de Mads Mikkelsen, hombre al que le cuesta socializarse incluso con su círculo más cercano, lo que para él supone un gran problema ya que, al ser profesor, necesita tener dotes para la comunicación, y mediante ella poder conectar con los jóvenes a los que está enseñando. Por otro lado, el protagonista tiene problemas matrimoniales, y en todo momento intenta esquivar o convencerse que todo está bien, que esos problemas no existen. Es a través del alcohol como él puede soltarse y respirar un poco de toda esa represión autoimpuesta. Y de diferentes maneras a sus tres compañeros de profesión les pasa lo mismo, a cada uno en su hábitat específico.

El alcohol llega a ser positivo hasta cierto punto, parece decir el director, porque al final es algo que uno no llega a controlar totalmente. Eso trae consecuencias, que la mayoría de las veces tienden a ser negativas. Lo que hace de Another Round una de las películas más logradas de Vinterberg, es haber podido manifestar el concepto de lo incontrolable, de aquello que por mucho que nos empeñemos acaba escapándose de nuestras manos. Por ejemplo, el personaje de Mikkelsen no acepta que su matrimonio esté roto desde hace tiempo, y que lo correcto sería dejarlo ir. Hay situaciones en la vida de las personas que no llegan a tener el final deseado, pero es necesario aceptar esa realidad para poder seguir adelante. Desde esa óptica la película es un canto humanista sobre cómo necesitamos absorber cada segundo de la existencia y aceptar todo lo bueno y lo malo que nos depara. Es también un toque de atención que nos hace reflexionar sobre si estamos realmente con vida o apenas sobreviviendo. Es cierto que los quince minutos finales tienen un tono más clásico y hollywoodense que el resto, pero eso queda altamente compensado con lo que se había contado antes. Otro punto a favor es la habitual solidez escandinava del elenco, donde destaca la sensacional labor de Mikkelsen, incluida la espectacular escena de baile final, dirigida y coreografiada de manera brillante.

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Amilcar Nochetti Tiene 58 años. Ha sido colaborador del suplemento Cultural de El País y que desde 1977 ha estado vinculado de muy diversas formas a Cinemateca Uruguaya. Tiene publicado el libro "Un viaje en celuloide: los andenes de mi memoria" (Ediciones de la Plaza) y en breve va a publicar su segundo libro, "Seis rostros para matar: una historia de James Bond".