Se dice en todas las esquinas. Misteriosamente ningún medio de prensa ha dado esa información. Cuando el rio suena es que agua trae. No es mi propósito confirmar o desmentir ese rumor. Sino ponerme a pensar que sucedería si eso resulta cierto.
Mieres, a quien cada vez más se le va cercano al Presidente de la Republica, y a gusto en el Ministerio de Trabajo, ha cambiado su rol. De ser aquel político que desde un rincón lejano veía los acontecimientos, haciendo el milagro de sobrevivir en su limitada colectividad, ahora aparentemente se ha puesto a pensar con otros horizontes. Y que esos horizontes no le han quedado grandes.
La prensa ha informado hace unas semanas que estaba haciendo consultas entre los distintos partidos de la coalición para aportar ideas sobre el futuro de la misma. El hecho coincidió, más o menos en el tiempo, con las tratativas fallidas que el Secretario General del Partido Colorado también abordo procurando crear un lema para disputar en las próximas elecciones locales en acuerdo en los diecinueve departamentos. Esta iniciativa no prospero porque el Partido Nacional no dio una respuesta afirmativa. El hecho es que las aguas se mueven en ese sentido dentro de la coalición de gobierno. Suena lógico, un gobierno en coalición está generando una nueva realidad y requiere un formato electoral acorde a esa situación.
Mieres hizo la ronda, no aparece claro si esta incluyo a Cabildo. Esta consistiría en proponer un lema nacional para todos los integrantes de la coalición. Y en caso que no prosperara, habría dejado claro que el Partido Independiente tendría el propósito de sumarse al lema partido nacional en la próxima elección como una primera aproximación en ese sentido. La gran incógnita seria saber si antes hablo con el Presidente de la Republica sobre el tema o no. Si así fuere, es evidente que Mieres está actuando como operador político. Registrando respuestas. Por el momento, la idea gusta en el Partido Independiente y existen resistencias dentro del partido de gobierno importantes.
El Partido Colorado, fiel a su conducta de no innovar, y en todo caso hacerlo cuando no tiene más remedio, no estaría dispuesto a dar ese paso para la próxima elección. Cabildo Abierto es muy difícil que apoye de acuerdo a lo que han sido sus actuaciones. Siempre dentro de la coalición, pero lo más distante posible a los otros partidos que la componen. Dentro, pero a un paso de estar afuera siempre. Una estrategia que se verá al final si da resultados.
En el Partido Nacional, existe una perspectiva positiva y otra negativa ante esta proposición. Por un lado, los independientes pueden ser una puerta para que esa colectividad salga del treinta por ciento que desde el 2004, un poco más arriba o más abajo, ha sido la adhesión que obtiene en los comicios. Puede adquirir otra opción que le sume. El tema es que eso no ocurra y el Partido Independiente sume, pero dentro del lema. Con, por ejemplo, wilsonistas que sienten no tienen una opción de disputar la candidatura presidencial.
Lo otro, el Partido Independiente, con lema propio, puede jugar un interesante papel a la hora de contener el voto de algunos ciudadanos no frentistas disgustados con la gestión de gobierno. O incluso captar voluntades frentistas pero desencantadas con su propia conducción.
El hecho es que el Partido Independiente, con un liderazgo que crece en consideración, salió a jugar, luego de treinta años de existencia, con representación parlamentaria siempre, en las grandes ligas. Y que está interpretando a la perfección una realidad. Los dos partidos tradicionales llevan lo que va del siglo con resultados electorales momificados. Tienen que ajustarse a nuevas realidades o les espera un futuro nada promisorio. La opción sería para los blancos cambiar o vegetar. O para los colorados, cambiar o morir. Porque si no crecen en estos comicios, esa puede ser la opción. Los colorados no van a cambiar. No se les ocurre, o es casi imposible, que se les ocurra algo diferente para terminar con su largo declinar. La palabra la tienen los blancos.
Es importante saber qué opina el Presidente de la Republica, que no puede pronunciarse públicamente sobre estos temas porque lo impide la Constitución. Pero es difícil pensar, con la cercanía que existen en estos momentos entre Ministro y Primer Mandatario, que en la intimidad no haya dado ya una opinión. Y que Mieres este dando este paso sin conocer su punto de vista.
No esta demás recordar la ductilidad con que la izquierda trato este asunto cuando llego el momento fundacional del Frente Amplio. Todos se sumaron al Lema Partido Demócrata Cristiano, sin chistar, hasta el Partido Comunista. Claro está que ahora se trata de una situación diferente. Por el peso político y emotivo de los Partidos tradicionales. Pero lo que deja ese recuerdo, es que, para transitar el camino de la coalición, por las normas que tiene nuestra normativa en la materia, no es posible encarar soluciones a estas situaciones políticas, que sobreponerse con inteligencia y pragmatismo. Y recordar que entonces los partidos tradicionales facilitaron que la solución frentista pudiera llevarse adelante en virtud de una actitud democrática que los enaltece.

