Advertencia: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Dijo el Cesar (Julio): no basta con serlo sino además hay que parecerlo. Palabras más palabras menos, de esta especie de trabalenguas se valió el emperador para repudiar a su mujer, malamente.
Fue la conclusión a que llegue tras el encorsetado y aburrido debate presidencial argentino. Todos de acuerdo: nadie cambio su voto, incluso aquellos que claman por “que se vayan todos”. Esto incluido Milei, supongo. Y si no es así, otra vez optarán por más de lo mismo o algo parecido.
La cuestión es que puesto a escribir algo sobre las elecciones argentinas no sé qué poner. Obligado a llenar el espacio he optado por inventar un cuento, un relato de ciencia ficción; queda aclarado, cualquier parecido es pura casualidad.
Material hay a bocha. Un paseo en yate por las europas, unas fotos tan elocuentes como tontas e inexplicables – expresionismo genuino-, un personaje conocido como Chocolate que juntaba plata publica directamente de los cajeros para distribuirla vaya a saberse entre quienes – parece que son muchos y de todas las tiendas-, el despido de una gerente de un banco del estado con un salario superior a todas las jubilaciones juntas que se papa Cristina Fernandez de Kirchner, lo que es mucho decir. La señora gerente contrato una numeróloga o especie de adivina; no se sabe bien para que: o por mal de amores, lo que bien puede ser porque también quiso darle un cargo de gerente a su ex esposo, quizás para reconciliarse, o simplemente para satisfacer su curiosidad por saber qué hará Sergio Massa, ministro y candidato. Este como ministro en un año ha duplicado la inflación, acrecentado la deuda a niveles nunca alcanzados hasta ahora y conseguido un aumento de la pobreza con muy pocos antecedentes. Como candidato dice que si es electo él tiene la fórmula para salir de la crisis que hunde a la Argentina debido a la mala gestión del ministro de Hacienda; esto es, él. Por ahora, aparentemente, no la quiere mostrar; si no lo eligen se joderán.
Salí a buscar opiniones de colegas argentinos que están más en la pomada. Los encontré algo desilusionados con el debate: ellos esperaban que más que un intercambio de propuestas, fuera algo similar “Intrusos” o del nivel de intelectual de “Bailando…”.
Busque ir más a fondo:
– Esto de Martín Insaurralde parece una cama más grande que la del propio yate, que era un despiporre.
– No hay duda, me dijo uno (no hay como consultar a los que están seguros). Es toda una cosa armada como lo fue lo del simulacro de atentado contra Cristina.
– Te parece, inquirí en tren investigativo.
– Está clarísimo. Ella (Cristina) siempre inventa algún golpe de efecto como una enfermedad propia o de familias o se vale del luto o simplemente se les ríe en la propia jeta a todos los argentinos (“Hola que tal) cuando quiere salirse de un apuro, o acelerar la puesta en marcha de una maniobra para reventar a alguien.
– Si, pero el magnicidio, apunte yo con sagacidad.
– Magnicidio las pelotas. Más claro imposible. Los hechos hablan por sí solos. Frente a su departamento en Recoleta se fueron agolpando vecinos enterados que estaba allí. Pese a la coincidencia- todos gritaban ¡ladrona! – fue una cosa espontánea. Vino la TV y luego los grupos de choque de La Campora que dirige Máximo Kirchner. Lo primero que hicieron fue tirar los vallados que la policía de la ciudad – gobernada por Rodríguez Larreta-, pusieron para impedir males mayores a la señora. Era para la protección de ella. Sin embargo, no lo querían y rápidamente armaron relajo y se dio paso los gendarmes de la provincia al mando del gobernador Kicilloff y su ministro de seguridad Aníbal Fernández. En realidad, la seguridad quedo a cargo de La Cámpora. Esa era la situación cuando irrumpe con toda comodidad sin que nadie se percate el magnicida, el sicario más imbécil de la tierra cuyo revolver no funcionó cosa que nadie ha sabido explicar por qué. Ni nadie se lo cree. Nadie se sorprendió ni los patovica de Máximo, ni la custodia de Cristina, ni ella misma que con el arma en la narices solo le faltó su “ hola que tal”.
– Y para qué
– Para ensuciar “el juicio” y para que no la condenaran por chorra.
– Y ahora con esto de Insaurralde
– También armado. La modelo que sacó las fotos es peor que el sicario. No le llamo la atención ningún paisaje: solo lo que resaltaba del yate, el dormitorio, el baño, la piscina, las botellas y las copas de champaña, el rolex, el anillo de Cartier, las carteras LV. (para que quería las fotos, ¿de recuerdo?). La piscina de la casa y la bandeja con las ostras, los bogavantes, los langostinos jumbos, la langosta, más la champaña: ¡ que mejor imagen para un país donde casi el 60 por ciento de los niños pasan hambre! Y hambre en serio. Fue hecho por profesionales y la utilizaron o la forzaron a la Sofi. No se puede ser tan imbécil. Otra vez, nadie se lo cree.
– Pero Insaurralde no era un hombre clave de Cristina y de Máximo.
– Y sí, pero a veces hay que sacrificar alguna pieza, incluso a sabiendas y hasta con la aquiescencia del sacrificado, en aras de un objetivo mayor.
– Cuál, salté
– Cagar a Massa. Que no llegue ni al balotage y mucho peor arriesgar a que gane. Sería el fin del kirchnerismo y de Cristina. La Argentina explota, eso no lo para nadie. Y hasta es posible que explote en noviembre y al kirchnerismo ni le conviene que un hombre suyo, como el actual presidente elegido por la señora, esté pugnando por la presidencia. A Massa si es presidente no lo pueden reventar a pedradas, ni saquear los supermercados. Aunque unos y otros lo nieguen son ellos mismos. Y de eso al final los argentinos nos vamos a dar cuenta: no somos alienígenas, supongo.
– ¿Quieren que gane Milei?
– Es el más probable. Para empezar, no tiene nada claro lo que hay que hacer. Esto no se arregla a los gritos ni con propuestas tan escandalosas como vacías. No es un liberal, en todo caso un liberal en joda y de ocasión. Es contradictorio y miente cuantas veces sea necesario, pero es un gran ambicioso y es capaz de aliarse con los “gordos” de la CGT, que si se someten a sus condiciones están a la orden del que sea y con los radicales que siempre están a la orden. Eso puede alargar la estancia de Milei en la Casa Rosada. Es un “chavito”, cualquiera imponiendo en su caso el “liberalismo libertario del siglo XXI”, pero sin las reservas y el petróleo que tenía el venezolano.
– Entonces la esperanza es Bullrich
– Patricia se ilusiona. Cree que puede hacer algo con la fuerza de las propias instituciones y sus teóricas mayorías. ¿Con el apoyo de Milei y de los radicales? Esta Soñando.
THE END
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