¿Arte inclusivo o censura?
La exigencia al artista Claudio Rama de que adaptara su obra Vidas encajonadas al lenguaje inclusivo para ser exhibida en el teatro Solís despertó una tremenda polémica. ¿Se puede condicionar a un artista en su obra? ¿Estamos llegando a una dictadura de la corrección política? ¿Se le puede poner límites a la libertad de expresión? ¿Existen nostálgicos del realismo socialista bajo la bandera de la diversidad? ¿Se quiere imponer una policía del lenguaje? ¿Existe un neo Macartismo progre? ¿La censura está en nosotros?
Drama queen, circo y humo* por Isabel Sans
Probablemente ni en el Teatro Solís ni en el Ministerio de Educación y Cultura la exposición de Claudio Rama hubieran tenido la cobertura mediática que logró con sus exaltadas denuncias de “censura”. Que pongo entre comillas porque si es correcto lo que dice el diario El Observador en su nota al respecto del 14.9.2023, la tal “censura” no existió.
Lo que Rama recibió habría sido un correo electrónico diciendo: “El Teatro Solís solicita que las propuestas artísticas que se programen en los espacios del teatro aborden una perspectiva inclusiva tanto en el lenguaje oral escrito y visual».
O sea, una solicitud. No una nota diciendo “si no usa lenguaje inclusivo no puede exponer aquí”. Pudo haber dicho “prefiero no hacer cambios” y asunto terminado.
Pero por lo visto quiso generar un hecho político, armó berrinche y contó con ávida respuesta de parte interesada en el ministro de Educación y Cultura y su directora de Cultura. Más otros muchos que sumaron al circo mediático y al humo, en lugar de dedicarse a tanta investigación periodística que queda por hacer. Hasta el semanario Voces, que intenta ser diferente, cae en el juego del espectáculo. Nadie le dice a Rama “te excediste, achicá un poco”.
¿Tiene Rama tan poca confianza en el valor de su obra artística que tuvo que armar este escándalo para cobrar notoriedad?
Defendiendo su uso del español en cuanto al genérico masculino tan polémico, Rama retuerce esta misma lengua forzando “solicitud” como sinónimo de “censura”. Lo cual le sirve para declararse menoscabado en su libertad de expresión, para reclamar airado por violación a la constitución, y pedir renuncias y demandar justicia.
Nos guste o no, todos sabemos que las lenguas evolucionan y cambian de aquí para allá, que nosotros no hablamos como hablaba Colón, y que en Montevideo se habla distinto que en Rocha o en Artigas, o en Bolivia o en España.
Consultado sobre el uso del lenguaje inclusivo el propio director de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) Santiago Muñoz Machado dijo en Uruguay, en ocasión de ser nombrado Visitante Ilustre de Montevideo, que son los hablantes quienes deciden cómo evoluciona su lengua y no las instituciones. “Lo decidirán también con el lenguaje inclusivo”, agregó. Y comentó que el tema es «tanto un debate lingüístico como un debate político», ya que busca «hacer más visible el tema de la desigualdad de la mujer».
Sin entrar en temas de sensibilidad artística, es una pena que tantas personas, incluso artistas, carezcan de sensibilidad respecto a las desigualdades que venimos arrastrando desde hace tantos siglos. Sería bueno que prestaran atención a lo que hay detrás del lenguaje inclusivo, y que dejaran un poco el ego para ser más solidarios.
Por si en algún momento se sienten en un estado de empatía que se los permita, es interesante leer lo que plantea la Guía de Lenguaje Inclusivo publicada por el Congreso de Intendentes, cuyas directivas supuestamente originaron tanto ruido.
*Uy, se me fue una expresión machista, y justo en el título. ¡Si tendremos que trabajar en ello!
Censura, pura y dura. Por Virginia Cáceres
No hay muchas formas de definir lo ocurrido entre la Intendencia de Montevideo y el artista Claudio Rama, más bien hay una sola, lisa y llanamente censura.
Una vez más tomamos conocimiento de un acto de autoritarismo ejercido por la Intendencia de Montevideo quien, utilizando los bienes públicos y bajo el escudo de la inclusión, persigue y excluye a quien no pertenece a su séquito, en el capítulo de estas semanas, persigue políticamente a un artista.
Para aquellos que se hayan perdido este nuevo capítulo va una breve reseña: la responsable del Teatro Solís, cargo político designado por la Sra. Intendenta, le solicitó al artista Claudio Rama que adaptara al lenguaje inclusivo los textos que acompañan su obra, una muestra de arte realizada con material reciclado denominada “vidas encajonadas”.
Más allá de sus dotes artísticos Claudio Rama es un connotado técnico especializado en educación y con una pública y conocida filiación política en el Partido Colorado. En los últimos tiempos Rama adquirió una alta exposición mediática debido a su co-participación y asesoramiento en el proyecto de ley para crear la Universidad Virtual presentado por el Diputado Felipe Schipani, asumiendo un rol bien activo en la defensa pública del proyecto.
En este marco y en este contexto es válido entonces poner en debate la duda en relación a la exigencia de adaptación del texto, ¿es esta una exigencia que se realiza a todos los artistas o casualmente recae sobre Rama? ¿Es esta una exigencia que responde a una política de la Intendencia con todos los artistas o será una excusa válida para negar la utilización de un espacio público a un artista en especial?
Claro que podemos también discutir y debatir sobre lo que en principio parece el fondo del asunto, el eje del conflicto, el lenguaje inclusivo. Podemos discutir sobre la pertinencia de la exigencia, sobre qué se entiende por lenguaje inclusivo, la legitimidad de quien exige su uso e inclusive el alcance del concepto “lenguaje inclusivo” ahora, ¿es ese verdaderamente el punto de debate?
La respuesta es evidente, en este caso la exigencia de lenguaje inclusivo no es más que la excusa elegida para censurar a un artista identificado históricamente con un partido político, distinto al que gobierna la intendencia. La excusa del lenguaje inclusivo es la utilizada para ejercer un acto de censura política mediante la utilización de los bienes públicos de la ciudad en un acto de autoritarismo como ya nos tiene acostumbrados esta gestión departamental.
No hay otra forma de definir lo sucedido más que como un acto de censura política propio de los autoritarismos que limitan las libertades.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.