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Comicios ecuatorianos entre corrupción e inseguridad por Ruben Montedonico

Comicios ecuatorianos entre corrupción e inseguridad por Ruben Montedonico
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Al revisar resultados del primer martes de noviembre del
2024, se confirmó que Donald Trump había alcanzado un segundo
triunfo como presidente electo. Las fuentes de cambios
fueron tanto los propios anuncios del electo como variados análisis.
Un lugar destacado -aunque escasamente comentado- fue el del perfil
de los candidatos a integrar su gabinete (supermillonarios,
profundamente conservadores), lo que aplastaba a los
postulantes más avezados del republicanismo: los más ricos se deshicieron
de la carga de los partidizados aspirantes y se eco del legislativo, donde la
mayoría pertenece al más alto nivel de cuentas bancarias; es decir, integran
el 1% de la población.

El paisano escritor Aram Aharonián afirmó, por ejemplo: “(Marco) Rubio
no ha mostrado signos de entender la diferencia entre la política interna
y la diplomacia. Su actitud subyacente hacia las relaciones exteriores es,
como la de Trump: EEUU debe salirse con la suya o de lo contrario, los países
que no se sometan deben ser coaccionados, amenazados, sancionados, golpeados,
bombardeados o invadidos”.
Con este escenario internacional se desarrollaron en Ecuador las elecciones que
decidieron sobre la integración del Legislativo y dejaron para el 13 de abril
próximo la decisión electoral de segunda vuelta: quién entre Daniel
Noboa y Ma. Luisa González presidirá el Ejecutivo a partir del 24 de mayo.

Noboa, 37 años, presidente interino por 18 meses para completar el mandato
que dejó vacante Guillermo Lasso, es el heredero de una de las familias más ricas,
pretende continuar en la presidencia en el siguiente periodo (puntero en las encuestas)
pese a estar acusado de violar la Constitución Política, por no dimitir para
postularse al siguiente período de gobierno, al querer separar de sus funciones
a la vicepresidenta -Ma. Verónica Abad- y haber autorizado el asalto y atropello contra
la representación diplomática de México, de donde extrajeron y apresaron al
exvicepresidente Jorge Glas.

De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral (CNE) y observadores extranjeros que
asistieron a los comicios -con más de 13 millones de habilitados (concurrió casi el 84%)-
se llevaron al cabo sin contratiempos.

La ciudadanía se inclinó por dos representaciones principales: la Alianza Democrática
Nacionalista (ADN) – pilar de las aspiraciones de Noboa- y el Movimiento Revolución
Republicana (MRR, teledirigido desde Europa por el expresidente Rafael Correa) que postulaba
a González: los respectivos candidatos cosecharon la adhesión de alrededor del 44% cada
uno, con ligera ventaja para el mandatario interino.

El exmandatario se refirió al torneo electoral señalando la posibilidad de un fraude en favor
de Noboa y acusó que el mismo se podría dar por la colusión del Legislativo y Judicial, la
posición mayoritaria de los medios, las autoridades electorales y sectores de oficiales
de las fuerzas y, por encima de todo, la embajada de EEUU. Señaló que quizá sólo una
votación extraordinaria en favor de Revolución Republicana haría reflexionar a los conjurados.

En primera vuelta, como corroborando los dichos de Correa, la mayoría de las encuestadoras
daban como triunfador (con más del 50% de los sufragios y un margen importante
de ventaja sobre el segundo lugar) a Noboa, líder de ADN, y solo uno a su principal competidora.
Hay que señalar que para estos comicios se inscribieron 16 candidatos a la Presidencia y se calcula que
13 de ellos no conseguirán ni el uno por ciento. La excepción, aunque con un porcentaje muy bajo,
será el candidato de Pachacutik, Leonidas Iza (presidente de la Confederación de Nacionalidades
Indígenas del Ecuador (CONAIE) que obtuvo un estimado del 5% y con ese exiguo guarismo alcanzó la
tercera posición electoral.

Entre los males que afectan al país y se reflejan a cada momento entre la población, está la corrupción
de las autoridades de todos los órdenes de gobierno, el extensivo crecimiento del narcotráfico en la amplia
gama de sus modalidades -incluyendo el lavado de dinero-, la descomposición social y familiar junto al déficit
educacional, el desempleo y la proclividad e incorporación de gran cantidad de personas (sobre todo
jóvenes a los mercados de trasiego, venta de drogas prohibidas y proxenetismo), que han ido aceleradamente
componiendo lo que algunos entienden como “estado fallido” y otros como “narcoestado”.
A ello debe agregarse el rotundo fracaso técnico y financiero en materia energética, derivando esto en largos
cortes que afectan a empresas productivas y a hogares.

Si bien en el interinato de Noboa se vieron algunos avances en materia carcelaria, en particular en las riñas
en los centros de detención (uno de los grandes sitios de reclutamiento del narcotráfico) y que descendió el
número de asesinatos, para enero de 2025 hubo un muerto cada hora, todo lo que cuestiona el “Plan Fénix”
de seguridad presidencial. Un año antes, delincuentes irrumpieron en el estudio de una cadena de televisión
estatal interrumpiendo en directo la trasmisión.

Al incremento de 3% del Impuesto al Valor Agregado (IVA), con que se afectó a la población en general
con el pretexto de que el aumento iría a sufragar los gastos de movilización de policías y ejército para
ofrecer más seguridad a la población, sobrevino lo que se tiene como la mayor iniquidad cometida por estos
cuerpos: en Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador y uno de las más violentas, el ejército detuvo a
cuatro menores de edad que habían estado jugando fútbol. Ocurrió el 8 de diciembre pasado; días después,
en las cercanías de un cuartel fueron encontrados sus cadáveres calcinados, con signos de haber sido torturados.
La detención de 16 uniformados vinculados a los crímenes no paralizaron la reacción popular. El analista político
Andrés Chiriboga concluyó: “Este caso de los cuatro niños no es aislado: es el más grave, el que más ha captado
la atención de los medios y de la opinión pública, pero hay muchas otras denuncias de desapariciones y abusos”.
Mis análisis acabarán con el balotaje de un domingo a mediados de abril.

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