Confirmado: De eso no se habla por Cristina Morán
Sí, confirmado. aquello que escuchábamos en nuestra niñez, y que da título a esta columna, sigue tan vigente como si el tiempo no hubiera transcurrido: “de eso no se habla” Lo comprobé noches pasadas cuando en calidad de invitada participé de un programa de televisión en Canal 12.
Se trata de una propuesta interesante que te permite compartir, de la forma más distendida posible, un tiempo de encuentro con los conductores y otros invitados.
Los temas se iban sucediendo con toques de humor y anécdotas o hechos que fueron importantes, trascendentes en distintos momentos de la vida de los invitados.
Un actor y conductor de televisión (Fito Galli); un filósofo- periodista-investigador (Facundo Ponce de León), un abogado-humorista- periodista (Wáshington el “Turco” Abdala) y una misma, como ya quedó claro, junto a Cecilia Bonino y Pablo Fabregat ,conductores y responsables de la propuesta.
Hay varios temas que me resultan preocupantes y lo he hecho saber más de una vez en este mismo espacio, simplemente como una ciudadana de pensamiento y accionar libre, simplemente una ciudadana de a pie que observa y escucha y tiene la oportunidad de expresar sus sentimientos y opiniones a través de este medio y que tal vez, no esté sola en su postura .
Entonces esa noche lo dije en voz alta. Simplemente dije la vergüenza que siento frente a lo que se está viviendo con el caso llamado AUFGATE, las idas y venidas, las distintas acusaciones, las oportunidades que buscan (y encuentran) los abogados de cada una de las partes para que de un momento para otro el acusador pase a ser la víctima y/o el acusado pase a ser el acusador y demandado por esto o por aquello. Y “dale nomás…dale que va”: el circo continúa y mi vergüenza no es contagiosa y siento que quedo en la más absoluta soledad. Pero sin dar un paso atrás y al costado tampoco.
Entonces, teniendo en cuenta que el fútbol es pasión de multitudes , esa pasión un poco loca demás, la exteriorizan en voz ¡muuuuy alta! dos comentaristas deportivos que no se guardan nada y desde mandadero y rata por parte de uno y la respuesta del otro, ellos siguen enlodándose sin pensar en sus familias, en sus hijos sin pensar que ellos, al igual que quienes hacen (hacemos) uso del poder de la palabra, oral y/o escrita pasan a ser referentes para todos aquellos que los escuchan, los ven o los leen y que por eso tan deplorable que están protagonizando, la vida les pasará factura y no van poder ponerse al día porque la facturación sobrepasará lo que ellos nunca pensaron.
Y, aún estando fuera del circuito posible, la “inseguridad” se hizo presente nada menos que en el Palacio de las Leyes y tomó cuerpo y forma cuando una parlamentaria, al volver a su despacho descubrió que una cantidad de dinero se había esfumado de su cartera. No creo que el autor haya ido muy lejos.
Hasta la próxima. Que seas feliz.
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