Home Reflexion Semanal ¿Cualquier votito sirve?

¿Cualquier votito sirve?

¿Cualquier votito sirve?
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Han trascendido en los últimos días diversas propuestas bizarras con la cercanía de las elecciones internas. Desde el jingle de Maneco que se ha hecho viral en estos días hasta el payaso Korneta, pero hay uno en especial que llama la atención y es la propuesta de un candidato salteño que usa como slogan Mano dura y plomo. Lo más chocante es que esa frase aparece impresa en la lista de ese sector. ¿Es fascistizante esta propuesta? ¿No estamos frente a un mensaje de odio? ¿Terminan bien estas apuestas a la estigmatización de la pobreza? ¿Qué impulsa a una formación política a apelar a lo más primario del instinto de muchos ciudadanos? ¿El partido Colorado precisa ese tipo de candidaturas para requechar votos? ¿Le suma o le resta al partido, y en especial a las candidaturas de Amorín Batlle y Coutinho esa lista? ¿Corresponde que la Corte Electoral apruebe una lista con ese slogan? ¿Fomentar esa fragmentación social es digna herencia del batllismo histórico? ¿Hoy hay una tendencia al “bolsonarismo” en crecientes sectores colorados?

Opciones por Cristina de Armas

En Uruguay vivimos en una democracia representativa, tenemos en el Parlamento una Cámara de Representantes Nacionales (diputados) con 99 ciudadanos que llevan en su voz las voces de aquellos quienes les han honrado con su voto. Lo que busca quien pretende ingresar a esa cámara es representar a la mayor cantidad de ciudadanos posible. Hasta el año 1971 en que se formara el FA, la división de la representación era un poco más simple, se decía que al Partido Nacional lo votaba el campo y al Partido Colorado, Montevideo.  Al PN los católicos y al PC los judíos, que el PN era de Nacional y el PC de Peñarol. Por suerte para la fortaleza de nuestra democracia – 1 de las 9 democracias plenas que existe en el mundo- hoy la cantidad y diversidad de partidos y propuestas políticas es inmensamente mayor. Como ejemplo hemos tenido un presidente Tupamaro y tenemos un pre candidato a la presidencia flamante ex Comandante del Ejército. Una forma de buscar representación además de los grandes grupos sociales es el discurso. El discurso suele ser adaptable a las necesidades de la sociedad o a sectores de ella. Los temas de mayor interés social son siempre los mismos: Educación, Empleo, Salud, Vivienda y Seguridad. Notará el amable lector que ese último punto es el que en esta particular campaña concita la mayor atención tanto de electores como de elegibles. La variedad en el discurso o el eslogan para captar la atención del votante primero y luego su voto, excede en mucho la imaginación, no me permite el espacio contar anécdotas que seguramente harían esta nota mucho más entretenida. No obstante en esta misma campaña no pasan desapercibidas algunas particularidades como algún bailarín que se hace viral en las redes, un ilustre encadenado, alguna payasada y un slogan impreso en una lista del departamento de Salto que ha llamado la atención por lo que podría llegar a significar. Mano dura y Plomo. Este eslogan ha llamado tanto la atención que el candidato de una de las listas con mayor antigüedad en Salto ha sido entrevistado por varios medios locales y nacionales al respecto. En cada medio el responsable se ha dedicado a aclarar que esa frase no debe tomarse en forma literal sino como una mera expresión que pretende identificar el sentimiento de una parte de la población con respecto a los problemas de seguridad que advierten. Antes de sentarme a escribir estas líneas busqué la opinión de referentes del Partido Colorado y puntualmente de Salto, y fue al escuchar que le di título a esta nota porque surgió un concepto fundamental. Son 15 precandidatos de Vamos Salto, -sector al que pertenece la lista cuestionada-que se presentan a la elección interna buscando el voto de los salteños para poder ingresar luego a la lista de octubre al legislativo. Lo fundamental es que los electores no carecen de opciones. ¿Es lícito? ¿Daña esto a la democracia? ¿Daña esto al Partido Colorado? Lícito es, cuestionable puede ser para quienes quieran encontrar en el cuestionamiento algo que les beneficie y tendríamos que preguntarnos entonces si acaso eso no es cuestionable. Todos los ciudadanos tienen derecho a ser representados y todo ciudadano elegible tiene derecho a representar, quienes lleguen a hacerlo, lo decidirá la mayoría de los electores, no hay libertad más significativa en una democracia. Al partido Colorado no lo dañan ni la libertad ni las opciones, acaso tal vez lo dañe que alguien que espera representar al partido con un cargo por asesorar a un precandidato, diga públicamente que si ese precandidato no gana de ninguna manera votará al Partido. Eso daña a la política y sin política, no hay democracia. Vivimos en una democracia representativa. La decisión es nuestra.

Humor de época por David Rabinovich

Las derechas vergonzantes de hace unos años han trasmutado en éstas:  desinhibidas, impúdicas y asumidas. La marejada reaccionaria se produce luego de un empuje progresista que en casos excesivos pactó para llegar y/o mantenerse en el poder. ¿Con quiénes transó, qué cosas y para qué, forman un combo complicado de renuncias a lo que fueran principios sustanciales de las izquierdas socialistas? En primer lugar, se sometió al sistema. La renuncia al objetivo de sustituir el capitalismo por otro modo de convivencia, implica un montón de cambios en el campo popular. Se desestima la posibilidad de transformaciones profundos en la economía, la política institucional y la cultura. El progresismo para gobernar renuncia a cuestionar aspectos de la propiedad privada incompatibles con el amplio goce de los derechos humanos para las masas desposeídas y amplias capas de sectores medio-bajos. En no pocos casos y circunstancias se transó con la corrupción, el oportunismo y en todos – hasta donde conozco – con los mercados y sus reglas. Se vio como necesario para ganar el apoyo de los sectores medios a los que espantaba el radicalismo de los barbudos sesentistas y esas voluntades, imprescindibles para acceder al gobierno y mejorar las condiciones de vida de poblaciones pauperizadas por las dictaduras y sucesivos gobiernos neoliberales. ¿Era necesario?

Vienen las nuevas derechas, con viejas recetas, a ofrecer ‘gestión’, orden, honradez; Dios, patria, familia y propiedad… El anticomunismo trasmutado en una profunda aporofobia1 se pasea triunfante por el planeta.

¿Qué pasó para que la piara vote a ‘Catti-nello’? ¿Movidos por el miedo, la irracionalidad y la ignorancia corremos a nuestra destrucción? Hay un millón de especies en peligro de extinción, nos advierte la ciencia; aunque el fundamentalismo señala que el cambio climático es un invento de los comunistas. ¡Extraño a Heber y sus audiciones en la Continental! ¿Qué se hizo de Chicotazo y los comunistas chapa 15?

No hay nada de novedoso en estas derechas, pero sí hay que preguntarse por qué los progresismos no fueron alternativa necesaria y suficiente para nuestras sociedades contemporáneas. El resurgir del Partido Colorado, la conformación de Cabildo Abierto liderado por el inefable General Manini, el impacto de las billeteras de Novick o Sartori, el sinuoso tránsito de los independientes… 20 presidenciables para las internas y un humor de época claramente inclinado a la derecha, marcan – entre otros síntomas – el inicio de este largo y distinto proceso electoral uruguayo. Los votos que pueda requechar el Partido de Julio María y Talvi salen de la misma pecera conservadora en la que nada Luis y pesca El Guapo. Confluyen las poderosas cámaras empresariales y empujan con planteos que no hubieran hecho hace 3 o 4 años de forma explícita. Con Lacalle padre el impuesto a la Renta Empresarial llegó a 40%; con el Frente bajó a 25. Mínimo histórico. Los aportes patronales fueron iguales a los aportes obreros con los partidos tradicionales, hoy son 7,5% con la izquierda. El aporte obrero es de 14%. ¿No estará el alto costo del estado en una DGI y un BPS que fiscalizan en serio? Por qué la evasión bajó mucho en los últimos 12 años. En este juego de ‘fackes news and old’ las derechas salen del armario. Siempre estuvieron acá.

1 Fobia a los pobres; no a la pobreza.

El exterminio como propuesta por Celsa Puente

Al principio pensé que era una más de las tantas historias inventadas que circulan por las redes sociales, fundamentalmente porque me parecía demasiado rudimentario para que fuera cierto, pero el destino, esa fuerza superior que parece ponernos en ciertos lugares para que logremos, entre otras cosas, aprendizajes, se confabuló para llevarme por avatares personales a pasear por las calles de la ciudad de Salto. Allí me encontré con el local y el slogan, ocupando una de las parcelas de una de las avenidas del centro: “Mano dura y plomo”.

Saliendo de la impresión inicial, -si no lo veo no lo creo- me pongo inmediatamente a reflexionar sobre lo que se supone que debería presentar un candidato que aspira a integrarse como protagonista al próximo período de gobierno. Sin lugar a dudas, el desencanto de algunos/as uruguayos/as provocado por una clase política que repite rutinas indignantes para el pueblo, más allá del partido que representan, es uno de los factores que ha permitido que haya una devaluación de lo democrático. Porque… ¿cómo se explica, de los contrarios que aparezca con esta liviandad una consigna que invita al homicidio, y que incluso aparece impresa como marca de agua en la lista aceptada por la Corte Electoral?

Es una incitación al odio, una propuesta al exterminio, una vocación homicida que se hace “carne” en estas palabras sostenidas en el deseo de borrar de la faz de la tierra a todos aquellos que nacieron en los territorios de la injusticia social y que hoy parecen molestar a los que se creen con más derechos por tener su vida resuelta. Hay sin dudas, unos que se creen superiores, que se arrogan el derecho de habitar este mundo y esa condición les permite definir la muerte de los otros. ¿Cómo soportar como uruguayos/as que haya un candidato que pone en juego como propuesta lo mortífero, lo deshumanizante, la selección de las personas para indicar que a algunos les corresponde vivir con todos los beneficios y a otros, ni siquiera vivir?

El simplismo con el que se abordan las cuestiones de la delincuencia o de la convivencia con el que tiene menos o tiene nada –Aporofobia es el término que acuñó la española Adela Cortina para nombrar el odio al pobre- muestran la fuerza de una avanzada conservadora anti derechos que a esta altura de los acontecimientos se enuncia como impresionantemente peligrosa, auspiciadora de matanzas y exterminios, seleccionadora de vidas, estigmatizadora y cosificadora de almas a las que consideran desechables.

El simplismo de expresar que en doce meses puede terminarse todo el problema acudiendo al “plomo” como mecanismo me hace sentir dolor, preocupación y vergüenza, pero también me deja estupefacta porque parece no ser vislumbrado por una inmensa mayoría como una invitación al exterminio y nos deja en un silencio ¿atónito? Incluso al propio Partido Colorado que sustenta la candidatura de Perna con este discurso vergonzoso, desvergonzado desde lo humano y totalitario. También irresponsable porque quien inaugura una dinámica de violencia desata un movimiento de muerte que ya ha probado la historia que desencadena la locura caníbal para todos, sin excepciones.

“Malandra” canta en mi cabeza Tabaré Cardozo. “Malandra”, “el mundo me hizo malandra”, gran verdad porque como dice la canción “Si la vida que a mí me sonríe/me escupiera el desprecio en la cara/ puede ser que de frío y de hambre/ algún día yo te arrinconara” Pero claro… para entenderlo hay que ser sensible al otro, a su dolor, hay que indignarse frente a la injusticia y eso hoy parece ser una condición que entró en desuso. Por eso quizás, no me quede más que desde estas breves palabras, hacerme eco de la canción: “no me dejes morir, no me dejes matar…”  A este punto llegamos….

 Vale todo por Andrés y Pedro Copelmayer

El discurso político en Uruguay camina lento pero seguro, por un camino conocido. El camino de la grieta argentina y el muro de Estados Unidos. La polarización actual es prácticamente total entre los “pichis” frenteamplistas que mantienen vagos, y funden el país; y la oposición, 4×4, todos fachos que quieren hacer retrocedernos a la época de las cavernas a pura motosierra.

Ninguno de estos extremos se acerca a la realidad, pero es el discurso que nos habita en redes sociales, en la calle, y en los medios de comunicación. Intoxicados de odio y miedo “al otro”, nos arrinconamos. Ambiente fértil para que surja una candidatura como la del Dr. Pablo Perna en Salto, un emergente oportunista del padecimiento democrático y republicano que sufren nuestras instituciones. Crisparse con Perna no suma. Es un vivillo más, que lucra con la necesidad del vecino de sentirse más seguro, indemne de los villanos. Es el retorno amenazante de lo que Robert Castel conceptualizó en 2004 como la “clase peligrosa”. Horda marginal invasiva en la que se proyectan las reputaciones morales y estereotipos más violentos y arcaicos del imaginario social. Perna no tiene identidad, sabe usar el espejo ilusorio de la bruja de Blancanieves es que transforma desorden en paz, pus en pureza. Es un pescador de estanque capaz de utilizar cualquier carnada para tener un cargo. Hoy encarna plomo y mañana será miel, si cree que la población necesitase un discurso social, de amor y ternura. Esto no amerita invisibilizarlo, en tanto azuza la fragmentación social y el odio tribal. Pero infinitamente más grave que la existencia de estos personajes, es la indiferente respuesta institucional, política y social de este nuevo Uruguay que asume sin pestañar la radicalización extrema de los discursos de un nadie. El abogado penalista Pernas, pregona: «preferimos un delincuente en el cementerio, que un comerciante, un trabajador o un hermano muerto”. Su consigna nazi es “0 lumpen”. Bajo cualquier concepto utilizar la frase “mano dura y plomo” en una lista es incitación a la violencia. La pregunta no es “¿por qué lo hizo?”, sino porque la Corte Electoral, integrada por todos los partidos políticos, aprobó una lista que claramente incita al delito.

¿Y qué pasa con el sistema político? ¿Por qué el Partido Colorado acepta y apoya una candidatura de este estilo? El partido está creciendo gracias al retorno de Sanguinetti y a la opción renovadora de Talvi, que en la interna relegó al Senador Amorin Batlle a un tercer lejano lugar y que es quien justamente apoya a Pernas. Es inexplicable que un Senador a quien siempre le hemos reconocido su espíritu batllista y su clara defensa de las instituciones durante la dictadura militar, ahora sienta que cualquier lista roja sirve. Tampoco avalamos el silencio cómplice de los demás partidos políticos bajo la excusa de que hablar de Pernas sería darle más prensa. Ignoran su mandato republicano de defensa institucional de una convivencia inclusiva y tolerante. ¿Por qué todos los partidos firman un acuerdo contra las #FakeNews si en la práctica no colocan la ética por sobre la obtención de votos? ¿La idea es dejar que el azar y la respuesta social determinen el devenir institucional del país?  Somos muy exigentes y críticos con todos los partidos políticos que ni siquiera lograron acordar una nueva ley que regulaba con fuertes controles la financiación transparente de sus campañas electorales.

Cómplices de la opacidad, también se niegan sistemáticamente a darle a la JUTEP (Junta de Transparencia y Ética Publica), organismo totalmente independiente, las competencias para que pueda actuar de oficio en los casos que lo crea conveniente. ¿Y la Justicia?, No sabe, no contesta.

Por último, pero no menos importante, está el rol de los medios. Los medios son jugadores activos a la hora de manejar la dirección del discurso político, pero la mayoría se rigen por incentivos económicos y de poder que muy poco tienen que ver con lo que es bueno o malo para el país. Lo controversial genera viralización, esto más visualizaciones, más ingresos por publicidad y reconocimiento de marca para el medio en cuestión. Es así que la lista de Pablo Perna se difundió primero por WhatsApp y se terminó haciendo tan viral que lo entrevistaron en el programa de TV Desayunos Informales, donde el comentario con más likes era: “No diputado no, PRESIDENTE tiene que ser” ¿Les interesa a los grandes medios ser conscientes de su rol como formadores de opinión y asumir su responsabilidad social? Lo menos que se espera de ellos es que si no cumplen con su rol esencial; al menos se sinceren y expliciten que intereses defienden promoviendo y difundiendo discursos políticos, tanto de izquierda como de derecha, que basan toda su campaña en el odio.
Si seguimos por este camino el futuro es oscuro. Solo basta mirar para el norte y el vecindario. Sociedades fragmentadas, confusión generalizada y un diálogo político totalmente infectado de odio, donde importa más el poder de los cargos que como y cuando encontrar juntos soluciones para los ciudadanos.

El voto que la urna pronuncia por Fitzgerald Cantero Piali

Una aclaración inicial al encare de esta pregunta: no hay “votitos”, hay votos. Todos los votos en nuestra democracia republicana valen lo mismo, darles una connotación peyorativa al pretender diluirlo a “votitos” es menospreciar el intelecto de quien ejerce su rol ciudadano. El asunto no es menor, por eso creo que vale la aclaración. Una segunda cosa es diferenciar los avisos de campaña y eslóganes que pueden transformarse en propuestas. Específicamente la consulta es sobre la propuesta de Perna. No conozco ni a Perna ni a la propuesta más allá del eslogan.

En todo caso deberíamos opinar sobre una propuesta concreta. Por lo tanto, defender o criticar algo que no se conoce, no aporta al debate. Será ese dirigente y sus líderes quienes tendrán que defender lo que proponen. En la pregunta se sugiere que habrá una estigmatización de la pobreza, pero la propuesta, según entiendo, apunta a los delincuentes, entonces hay alguien que infiere que pobres y delincuentes son lo mismo. Ante eso sí discrepo profundamente. Ni todos los pobres son delincuentes. Ni los delincuentes son todos pobres.

Si el Partido Colorado precisa estas candidaturas lo dirá la gente votando. Alguien puede decir con mucha razón, que el Frente Amplio precisó de los tupamaros que han asesinado y robado en democracia y no hemos visto a nadie poner el grito en el cielo por ello. Si le suma o les resta a las candidaturas, nos vamos a enterar cuando se abran las urnas.

Si alguien piensa que la Corte Electoral debería ponerse en censor de las propuestas y o eslóganes de campaña de los partidos políticos, sus sectores y sus agrupaciones, entonces está proponiendo una especie de olimpo no democrático, en el que una persona o un colegiado, vaya a saber con qué parámetros, establece quién sí y quién no puede proponer lo que se le antoje a la ciudadanía. Eso funciona muy bien en Cuba, en Venezuela y en Corea del Norte. Nótese la amplitud y tolerancia del sistema político uruguayo que se acepta como sublema al Partido Comunista, cuyos principios han llevado a la muerte a decenas de millones de personas a lo largo del mundo y los dirigentes locales lo defienden.

Quizás quienes piensan que la Corte Electoral debería censurar un eslogan, también piensen que debería prohibir el funcionamiento de un movimiento que se hace llamar Partido Comunista. Aunque no se comparte, sería coherente en quienes así piensen.

El Batllismo propugna por una sociedad homogénea, de ancha clase media. Quien ha fragmentado esta sociedad desde lo cultural, son ciertos sectores del Frente Amplio que hacen de la lucha de clases su única razón de existir y enfrentan a quienes tienen algo, ganado a esfuerzo, con quienes aún no lo tienen. Las propuestas que mejoren la seguridad, las que sean, dentro de los principios republicanos que sostienen a nuestro país, siempre estarán en consonancia con nuestro ideal batllista. No conozco la corriente del “bolsonarismo”. Si la referencia es al presidente del Brasil, creo que hace poco que comenzó su gestión como para que tenga ya un “ismo” que lo acompañe y replicadores internacionales.

Flaco favor le hacemos al Partido por Max Sapolinski

En tiempos electorales suelen surgir todo tipo de anuncios, slogans, jingles y frases de los candidatos a todo tipo de cargos y posiciones. En especial aquellos que no ocupan los principales destaques de las campañas procuran hacerse notar con determinada cuota de imaginación para lograr competir en la atención de la ciudadanía con quienes poseen mayores medios.

Tal parece ser el caso del candidato salteño que acuñó la frase de “Mano dura y plomo”, que seguramente pensó que de esta manera atraería la atención del cada vez más vasto sector de la población que está justificada y razonablemente preocupado por la inseguridad en aumento.

Sin embargo, el hecho no es algo menor y no me duelen prendas de expresar lo que siento, aunque se trate de un candidato de mi Partido. Una frase de tal envergadura, convertida en distintivo, puede estar motivada por dos causas. Es posible que el creador de la misma esté convencido que caminos que se abren a la imaginación por el contenido de sus palabras sean los apropiados para batallar contra el crimen y la violencia creciente. Otra posibilidad es que el concepto fuera acuñado con total demagogia por considerar que la población quiere recibir planteos de este tipo.      Me apresuro a decir que considero a ambas posibilidades como lamentables, indignas de las tradiciones de nuestro país y más aún de del pensamiento batllista al que adherimos y que se caracterizó en sus horas más gloriosas por haber sido el movimiento reformista más exitoso en el mundo en un marco democrático y de convivencia plena.

La necesidad de establecer conductas firmes y decididas en la lucha contra la criminalidad no debe confundirse con la liviandad de predicar a favor de la instalación de métodos más similares a los utilizados en los viejos westerns que los requeridos para aplicar en una sociedad moderna, que se ha visto dirigirse al despeñadero por el deterioro de la educación y lo errático de las políticas de seguridad. Si por otro lado, se piensa que predicando de esta manera se vuelve más efectiva la siempre dura tarea de captar adhesiones en una campaña electoral, me permito discrepar frontalmente con esta concepción, estando convencido que el político al desarrollar sus propuestas cumple también con el cometido de colaborar a educar cívicamente a la población.

El Partido Colorado y más concretamente el batllismo, línea de pensamiento de la que es su legítimo custodio, se caracterizó por ser el paladín de la República, de la Justicia Social y del desarrollo basado en la igualdad de oportunidades para toda la población. Ha sido el Partido que se forjó bajo la conducción de Fructuoso Rivera en la ética de la responsabilidad, se caracterizó por la austeridad republicana de Joaquín Suárez, en la búsqueda de la justicia social de José Batlle y Ordóñez y en la defensa del trabajo de los uruguayos de Luis Batlle.

Flaco favor le hacemos al Partido con propuestas que más que mostrar un grado de firmeza, sin duda imprescindible a esta altura de los acontecimientos, denotan en el mejor de los casos un nivel de demagogia inaceptable, o peor aún una filosofía totalmente ajena a las tradiciones partidarias de defensa de la convivencia y respeto al individuo. No tengo dudas que la firmeza de las acciones en el tradicional marco de convivencia será el que prevalezca en el Partido Colorado para ayudar a encarar una vez más las reformas necesarias en una sociedad castigada que preferirá la propuesta sólida y fundada que la demagógica y violenta.

¿Cuándo se debilita la democracia?  por Carolina Ache

Uno de los riesgos en los que se suele caer en campañas electorales es la simplificación. Lo que debería ser una instancia de estudio, de análisis, de reflexión serena, se convierte a veces en juego de impactos estridentes donde la música, los colores, los elementos sensoriales o sea lo que capturamos con los sentidos tiene más valor que lo que capturamos con los reflejos morales o con la inteligencia. La fortaleza de la democracia descansa en la lucidez de los ciudadanos para renovar pacífica y periódicamente los elencos de gobierno. ¿Cuándo se debilita la democracia? Cuando esa lucidez es atacada desde la facilidad de los mensajes que a veces con el ánimo de ser sintéticos confunden, desvían o llevan a tomar posturas simplistas.
Una sociedad libre no se edifica sobre inmediatismos fáciles sino sobre ciudadanos que asumen responsablemente su destino. Todo esto viene a cuento porque está habiendo una suerte de guerra de jingles pero también una suerte de carnaval de jingles, y lo digo con respeto a correligionarios y adversarios; es uno de los lenguajes de la propaganda electoral y lo entiendo, pero no quiere decir que merezca la atención y el respeto que merece la exposición responsable de un programa de gobierno.  Uno lo que espera de lo candidatos es propuestas, razones de esas propuestas y compromiso frente a las mismas.
He escuchado, confieso que con asombro, la expresión de “mano dura y plomo” y considero que es un expresión que además de ser ajena a nuestras mejores tradiciones puede llevar a equívocos.
La inseguridad nos amenaza y nos duele a todos, a nosotros y a nuestros hijos, porque es un tema que va a llevar tiempo reparar. En el país que nos ha dejado el FA en 15 años de gobierno la gente muere todos los días, mueren decentes y mueren presos, a balazos, a cuchilladas de manera artera. Estamos ante una epidemia de inseguridad.
De modo que por supuesto que hay que atender la cuestión de la seguridad. Pero no se resuelve con un jingle o con una frase fuerte, feliz o infeliz, ingeniosa o tonta. Se resuelve con propuestas responsables e integrales, con una actitud no meramente partidaria sino ecuménica, en el marco del estado de derecho. Hay ejemplos como el plan Medellín que han neutralizado situaciones críticas, por ahí va el camino y no por seguir generando violencia. Prevención, disuasión y represión, en ese orden y dentro de la ley.
No pondría tanto énfasis en los titulares de la campaña, que son detalles menores, a veces  indeseables, de lo que es un problema mayor y que si es digno de tratar como es plantear responsablemente soluciones para el gran problema que acucia a toda la sociedad.

Ingenuidad conmovedora por Miguel Manzi

Tiempo atrás escuché que un aspirante a dirigente político salteño proponía “mano dura y plomo”, y que algunos creativos periodistas lo habían bautizado como “el Bolsonaro uruguayo”. Hace un par de días salió una nota en El País; trascartón Sendic (sí, Sendic) (digo, Sendic) se manifestó escandalizado con el personaje; y ahora Voces lo toma como eje de su pregunta semanal. A propósito de tal exposición mediática, me entero que el susodicho se llama Pablo Perna y es abogado y escribano. En consonancia con su eslogan, Perna declara que «Preferimos un delincuente en el cementerio, que un comerciante, un trabajador o un hermano muerto”, mientras su jingle repite alegremente que “Los delincuentes van a temblar, mano dura y plomo ya, porque Pablo los va a acabar”. Y como frutilla de la torta, aclara: “Estoy dentro del 68% que descree de los políticos. Considero que la gran mayoría son una manga de mentirosos, falsos, truchos y tibios”. En suma, Perna es el gorila habitual, que hoy encuentra terreno especialmente fértil para sus truculentas apelaciones, en el aumento escandaloso del crimen y de la violencia con que actúan los delincuentes. Circunstancias estas, agrego yo, que son consecuencia directa de las políticas públicas específicas, e indirecta de otras genéricas, aplicadas por el Frente Amplio en los últimos 15 años. (¿Esta afirmación puede ser objeto de controversia? No; nadie se atrevería, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, a negar que la seguridad interior es una función y responsabilidad esencial del Estado -las explicaciones holísticas, la transversalización, y todo el elenco de correcciones, vienen después). Ingenuidad conmovedora es la de Voces, que atribuye alcances cósmicos a esta expresión marginal y secularmente presente de la oferta electoral. Mensajes de odio en la polifonía política (menos explícitos, y por eso más peligrosos) hay unos cuantos, algunos más “fascistizantes”, otros más “comunizantes”, todos totalitarios, enemigos de la libertad, de la democracia y del republicanismo. (Vamos: eso es, sin maquillaje, el marxismo en todas sus variantes, que promueve la lucha de clases, que conducirá a la dictadura del proletariado, para finalmente consagrar una sociedad de iguales -mediando palo y palo, por cierto). Apelaciones a los instintos primarios y apuestas a la fragmentación de la sociedad, las hay mucho más sofisticadas que las del Bolsonaro uruguayo. La ingenuidad, al fin, se ve matizada por otras tonalidades, cuando Voces le achaca esta perversión al Partido Colorado en su conjunto, la vincula al “Batllismo histórico”, o se la atribuye a “crecientes sectores” del coloradismo. Tal enormidad es tanto como insinuar que todos los frenteamplistas son corruptos.

 

Con la pala al hombro por Melisa Freiría

En política como en la vida, las etiquetas nos simplifican los mensajes y las utilizamos para rápidamente asociar ideas para saber de qué estamos hablando. Cuando luchamos por una causa y queremos tener éxito, le ponemos un nombre. No hay campaña sin título y de la misma manera no hay grupos políticos sin nombre o slogan. Lo lamentable en algunos casos es que esa función marketinera y asociativa se haga con mensajes irresponsables. Es irresponsable impulsar una campaña de reforma constitucional que sabemos perdura en el tiempo y no soluciona causas de fondo, apelando al miedo y desesperación inmediata de las personas.

Es irresponsable largar una candidatura con la pala al hombro cavando la grieta. “Mano dura y plomo” habla de ellos y de nosotros. Habla de la marginalidad y la pobreza como sinónimo de delincuencia. “Lúmpenes” es el término que utiliza despectivamente quien la promueve para hablar de los delincuentes. Parece obvio aclarar que los delincuentes son quienes cometen delitos, mientras que la gente pobre o marginada es la que la pelea para subsistir y salir adelante. Parece obvio aclarar que los delincuentes también son los de más arriba, y créanme que ellos nos afectan mucho más y no nos indignamos tanto. Es irresponsable caer con un discurso de descreimiento en la política y sin embargo elegir participar en la misma. Hacerlo además con promesas irrealizables que enamorarían a cualquiera. Bienvenida toda diversidad de opciones a la arena política, pero no comiencen mintiéndole a la gente con un discurso fácil, generando falsas ilusiones con candidatos populistas. Los mensajes despectivos, el pararse en la vereda de en frente en lugar de ponerse en los zapatos del otro, ver la realidad en términos de buenos y malos, es mucho más que irresponsable. Es dividir desde el rencor y generar sentimientos negativos entre la gente. Hacer política de forma destructiva es una opción, así no se construye Uruguay, yo prefiero otro camino.

Disculpen, se nos escapó el bobo por Valeria David de Lima
La estrategia que llevó a Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil avanza por el mundo: el desprecio por las reglas democráticas, las minorías sociales puestas como chivos expiatorios, la nostalgia de un pasado supuestamente mejor y la popularización del antiintelectualismo, que favorece el saber de las redes sociales sobre el conocimiento de los expertos y la verdad de los periodistas. Todo diseminado a través de mentiras y noticias falsas o tergiversadas para causar un caos que solo el nuevo líder, contrario a la política tradicional establecida —llámese Trump, Erdogan, Duterte —, será capaz de solucionar. Éste párrafo pertenece a un artículo del New York Times tras el triunfo de Bolsonaro en Brasil. Nadie puede decir que esto es una expresión de izquierda. Dije New York Times. La xenofobia y el populismo vienen acompañados por la “mano dura” en varios países del mundo. Éste fenómeno internacional se extiende por distintos rincones del planeta, una marea negra de intolerancia, xenofobia y populismo. Políticas con esos denominadores comunes y medios de propaganda desde el poder que encuentran analogías con los que puso en marcha Goebbels, brazo agitador de Adolfo.

Justicia por mano propia.

El caso de Duterte en Filipinas; miles de asesinatos cometidos abiertamente desde el Estado en los últimos años con una secuela de más de 7.000 muertos en nombre de la guerra contra las drogas. Ejecuciones extrajudiciales sistemáticas que no generan en el mundo horror o protesta.
Los objetivos de control autoritario y extremista del poder se retroalimentan tocando fibras ciudadanas sensibles: identidad de la nación y hasta algunos loables como seguridad ciudadana. Todo sirve para agresivas y sistemáticas campañas de propaganda de estilo goebbeliano. La combinación entre enojo, malestar, pérdida de credibilidad en la política, la incursión de la tecnología a través de los medios de comunicación y las redes, la facilidad con la que se difunden noticias falsas, y el papel del periodismo favorecen a generar que éste tipo de personajes tengan respaldo popular. Salvando las distancias, sabemos que oportunistas hay en todos lados pero Salto es verdaderamente tierra de campeones en la materia. Nos creció un ejemplar que discursea con la capa de “antipolítico” por cuanto espacio contratado tiene en la aldea, tan simplista al punto de que su mayor logro hasta el momento ha sido firmarle un autógrafo a un taxista de la capital, y participar de la tribuna de un programa que se llama igual que el noveno disco de Sabina, -donde todos vimos a uno de los jefes de éste boliche atender al canario limitado que promete plomo al mejor estilo del lejano oeste-.
Libertad, derechos, seguridad de las personas y convivencia no son términos que se puedan encontrar en la página web donde éste personaje redacta en pocas líneas una muy pobre propuesta para los salteños.

Las internas y las falsas alternativas por Lucía Siola

Las elecciones internas y también de forma posterior las nacionales de octubre no pueden ser analizadas separadas de la situación política, social y económica en la que se inscriben. Tampoco pueden tomarse de forma aislada, sino que es preciso incorporarlas en una dinámica continental. En Uruguay y en América Latina se han venido manifestando rasgos de una transición de conjunto, que aparece pautada por el derrumbe económico, y por crisis políticas, a partir de la cual se producen virajes y ascenso de nuevos emergentes. Este año no sólo habrá elecciones presidenciales y de representantes en nuestro país, sino que también tendrán lugar los comicios en Argentina y Bolivia, lo que posibilita una reconfiguración política de la región, potenciando en cualquier variante los elementos de crisis. Algo, que Trump y sus adeptos tienen claro, por eso Bolsonaro el presidente Brasilero viajó a Argentina a intentar apuntalar al Macrismo que se derrumba frente a una imponente crisis social y a un derrumbe económico fenomenal. Por eso, Cristina aceptó ir segunda en una fórmula que encabeza un peronista privatizador y derechista, y aún así continúa acumulando procesamientos judiciales, y sólo permanece en carrera porque mantiene los fueros, sino correría el mismo derrotero que Lula, lo que está todavía por verse.

Las elecciones constituyen una gran puesta en escena, un circo mediático donde las distintas variantes capitalistas se disputan el poder. Como expresión teatral de la realidad política, y con las premisas del marketing, prevalece la concepción de que lo importante es el envase y no el contenido, cuando no aparecen expresiones bizarras como las de Maneco del Partido Colorado y abiertamente demagógicas como Cosse del FA con la derogación de la ley de impunidad. La discusión de ideas y programas aparece desdibujada y diluida, en la interna blanca el caso de Sartori lo gráfica, un claro ejemplo de cómo el dinero hace a los candidatos del orden.

Las elecciones son la manifestación del fetichismo de la política burguesa; los comicios se presentan como la vía de la resolución de los grandes problemas nacionales, cuando en realidad quienes se candidatean para solucionarlos, las variantes en disputa, son las representaciones políticas de los responsables sociales que causan esas problemáticas. Por eso, todos los candidatos de los partidos del régimen han atacado a las organizaciones de trabajadores, Martínez en primer lugar, salió al ataque de los docentes y de los trabajadores municipales, criticando los métodos de la huelga y de la movilización independiente; Lacalle Pou también lo hizo sosteniendo que tomará como insumo para gobernar el informe de la confederación de las cámaras empresariales. En general todos coinciden en que en el próximo período serán los explotados quienes paguen los platos rotos de la crisis económica en curso, por eso han defendido los planes del FMI, como la reforma jubilatoria y el aumento de la edad de retiro. Por eso, todos defienden el contrato colonial de UPM, con la mega inversión estatal, la privatización educativa y la modificación del régimen laboral uruguayo. El viraje derechista en nuestro país se procesará gane quien gane, pues en las cuestiones centrales que hacen a las necesidades del gran capital y del imperialismo todos han cerrado filas, lo demuestra la aprobación conjunta de La ley antiterrorista.

Como decíamos al principio, el proceso no puede entenderse sin referenciarse en el proceso general latinoamericano, la emergencia de expresiones fascistoides – pretendiendo emular al proceso Brasilero- , como la que representa Manini Ríos, o la del candidato salteño del Partido Colorado cuyo eslogan es ‘mano dura y plomo’ (que parece disputar el electorado de Cabildo abierto), son el producto de la decadencia del régimen y de la política progresista, que ha conciliado en todos los términos con el militarismo heredero de la dictadura, y que ha reforzado a las fuerzas policiales, con más presupuesto y habilitando las razzias para la represión en los barrios populares. El caso de Brasil ha dejado de manifiesto que la izquierda progresista es incapaz de hacer frente al golpismo fascistoide que comienza a tener expresión en los distintos partidos de la derecha blanqui colorada, y también por fuera de ella. En el caso uruguayo, sólo un candidato ha expresado su apoyo por la plataforma del paro general que realizarán los trabajadores organizados el próximo 25 de junio, solo el Partido de los Trabajadores aparece en estas elecciones levantando candidaturas socialistas, defendiendo los reclamos e intereses de los y las explotado/as.

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