¡SUELTAME PASADO!
¿Qué decir más de lo ya dicho?
Que cuarenta años de un hecho son una buena excusa
para hacer actos, proclamas, debates, videos y separatas.
Que surgen nuevas y antiguas versiones de los hechos.
Que se discute si empezó el 9 de febrero o el 27 de junio.
Que los responsables fueron los famosos “dos demonios”.
Que democracia, que fascismo, que “peruanismo”, que…
Que tal partido fue el enemigo acérrimo y tal otro cómplice.
Que los más perseguidos fueron los sindicalistas.
Que los opositores fundamentales fueron los políticos.
Los que vivimos el golpe de Estado y la huelga general
tenemos esa época grabada a fuego en la cabeza.
Todos los uruguayos sufrimos de una u otra manera esa
década oscura que asoló y cómo, a nuestro país.
Y existen tantas interpretaciones como ciudadanos hay.
Y está bien recordarlo y que los jóvenes conozcan la
historia para que esos hechos no vuelvan nunca más.
Pero nos rechina el culto cuasi religioso de la memoria.
Esas misas laicas que intentan evangelizar a troche y
moche a cualquier ser humano que se les cruza delante.
A los que éramos jóvenes en el 73 cuando nos hablaban
del golpe de Estado que había dado 40 años antes Terra
en Uruguay, era como escuchar la historia de Grecia.
Nuestras urgencias y realidades eran otras muy diversas.
Seguramente muchos jóvenes actuales sienten lo mismo
cuando les salimos con la vieja cantinela de los años 70.
Recordar sí, pero no debemos embalsamar la historia.
El mayor desafío es ayudar a construir juntos una nueva
utopía, generando una mística que nos envuelva a todos.
Hay que mirar hacia el 2033 y el país que se viene.
Como la canción: te convido a creerme cuando digo futuro.
Editorial de VOCES 27/6/13
Pasaron diez años y algunas líneas mantienen plena vigencia.
Mucho ha cambiado pero muchas urgencias se mantienen.
¿Seremos capaces de construir como sociedad un futuro mejor?
Ojalá se hagan realidad las palabras del poeta:
“Nos tocaba crecer y crecimos, vaya si crecimos
Cada vez con más dudas, más viejos, más sabios…”
Alfredo García
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