El Frente Amplio en su laberinto

No es común en ninguna parte del mundo, que el partido mayoritario

con un 39% de los votos no incida en la política cotidiana de un país.

Eso sucede hoy en Uruguay, con la izquierda luego de la derrota.

Perder el gobierno luego de quince años no es fácil para nadie y no

contar con el tridente de líderes muy potentes tampoco es sencillo.

Pero no tener una estrategia definida para el país es todavía peor.

La fragmentación partidaria ha hecho inviable una acción política

común, y el trasatlántico frentista sin nadie al timón anda a la deriva.

La jauría compañera ladró hasta la afonía cuando el presidente en una

entrevista preguntó en forma socarrona: ¿Qué es y quien es el Frente Amplio?

Que es, lo tenemos meridianamente claro, pero quien es, se vuelve complicado

de responder, porque a las pruebas me remito: ¿Quién representa hoy al FA?

Con incertidumbre político-ideológica la salida parece ser actuar y no pensar

retoma vigencia la consigna: “La acción nos une, las palabras nos separan”.

Y así se evita un balance en serio de los tres gobiernos, realizando una

autocritica profunda de lo realizado, de lo que faltó y porque motivos perdimos.

Ahora nadie lee mucho, pero 15 años en 23 páginas es muy poquito, ¿no?

Como hay temor de quedar en orsai con las organizaciones sociales, se apoya

la recolección de firmas contra la LUC, sin discutir mucho y con discrepancias

internas, pero hay que darle algo que hacer a los muchachos, como dijo alguno

Ahora se impulsa una interpelación por un acto legal que no se llegó a utilizar,

aunque previamente se pidió la renuncia del equipo económico por parte del

partido del diputado interpelante, me temo que Azucena logre un botón dorado.

¿Tiene lógica que un partido tan importante reaccione al golpe del balde?

Es claro que los gobiernos marcan mucho la agenda, pero es inconcebible que

la organización mayoritaria sea incapaz de generar hechos políticos propios.

Por supuesto que la pandemia complica la situación y que la popularidad del

Presidente limita la actividad opositora, pero, ¿se puede ser tan inoperante?

Da la impresión que la izquierda está más confundida que Adán en el día de la

Madre y no sintoniza con las preocupaciones de la mayoría de la gente.

Las propuestas sectoriales o personales poco ayudan a la imprescindible

construcción de la alternativa que la izquierda debe presentarle al país.

Alfredo García