Faltan diecisiete días para las elecciones y ya estamos hartos.
Restan dos semanas y poco y estamos todos medio saturados.
Estamos en plena campaña electoral y no andamos muy bien.
Algunos creen que ensuciando al contrario ganan votantes.
No vamos a cuestionar a las redes sociales, instrumento magnífico.
El problema es convertirlas permanentemente en inmundas cloacas
Los dogmáticos de todos los pelos enchastran muy feo la cancha.
Y se tergiversan discursos, declaraciones o comentarios de todos.
Se busca el pelo al huevo y la quinta pata al gato, todo vale.
Y en la bolada marchan Arbeleche, Martínez, Lacalle o Leal.
No importa el sentido de lo que dijeron, hay que pegarles como sea.
Para colmo se agregan algunos hechos violentos en campaña.
Algún club político vandalizado, algún auto golpeado por militantes.
Y como frutilla de la torta, dos diputados muy jóvenes, la futura
generación renovadora de la política, se trenzan en un canal de tv.
La pelea de Martin Lema y Alejandro Sánchez es vergonzosa.
Si los dirigentes no dan el ejemplo vamos por muy mal camino.
No embromen con que el fin justifica los medios, no se trata de
ganar una elección a cualquier precio y utilizando cualquier recurso.
En nuestro país hay adversarios políticos, no enemigos partidarios.
Hacer chicanas, usar el aparato del Estado o tirar basura al rival,
debilita un proceso electoral y aleja al ciudadano de la política.
Estamos a escasos día de la mayor fiesta republicana del país.
Cuidemos la democracia desterrando las verdaderas mentiras.
Alfredo García