Prensa, prejuicios y patriarcado  

La noticia que trasmitían los titulares sacudió a todos.

Bebé de cinco meses muere mientras su madre se fue a bailar.

Los carroñeros de siempre, vendiendo con la miseria humana.

Ya escuchamos muchas veces: “Si sucedió, hay que informarlo”

No ocultan nunca la realidad, enarbolando sangrientos micrófonos.

El caso se complica y nos enteramos que procesan a la madre.

Cargo: no cumplir con los deberes inherentes a la patria potestad.

Pero peor aún, vecinos quieren quemar la casa y, de paso, la roban.

La situación es un compendio perfecto de valores trastocados.

La mujer de 28 años es madre de cuatro hijos de diferentes padres.

Hombres que brillan por su ausencia y no le pasan ni un mango.

Niños bien cuidados que asisten a la escuela y a controles médicos.

Madre que, para parar la olla, es obligada a caer en la prostitución.

Carga con todos los estigmas, es madre soltera, pobre y puta.

La prensa podrá haber cumplido su papel, pero solo desinforma.

La Justicia podrá haber actuado según la ley, pero parece injusta.

El Estado le habrá dado tarjeta Mides, pero falló como protector.

Sobran las voces que ahora se preocupan por esos niños solos.

Sobran los leguleyos que predican cumplimiento rígido del código.

Sobran los defensores de la prostitución como un trabajo normal.

Sobran los que afirman que no somos una sociedad patriarcal.

Si esta situación no es producto del patriarcado imperante…

¿Usted a qué se lo atribuiría?

Cortemos de una buena vez con la hipocresía.

Alfredo García