Ser veterano tiene alguna ventaja, como haber sido testigo de alguna cosa.
Allá por el 71 vimos crecer como hongos los comités de base del Frente y
presenciamos con envidia como se multiplicaban por miles los militantes del
Movimiento 26 de marzo, brazo político de los Tupas en aquella época.
Recuerdo a sus dirigentes Mario Benedetti, Daniel Vidart, Ruben Sassano y a
muchos simpatizantes como Danilo Astori, Samuel Lichstensztejn y otros.
Por supuesto que había diferencias internas en el MLN sobre su rol en el FA.
Como también, a muchos frentistas no les gustaba militar junto a los tupas.
Pero negar la simbiosis original FA-MLN es falsear la verdad histórica.
No será hasta 1989 que se acepta el ingreso formal de los Tupas y su nueva
organización el MPP, que logra con el tiempo ser mayoría en el Frente Amplio.
Lo interesante es que el motor inicial, o sea el MLN, empieza a deshilacharse y
muchos viejos militantes paulatinamente se alejan del funcionamiento orgánico.
Unos se van por izquierda, otros por el centro y muchos se van para la casa.
Lo real es que pierde protagonismo y se convierte en un cuadrito de barrio.
Pero los símbolos y le épica pesan en la vida política y atraídos por la historia y
la mística, muchos millennials se convierten en los tupamaros del siglo XXI.
Y así cada tanto tiran algún bolazo que les brinda sus quince minutos de fama.
Tal es el caso de lo ocurrido hace unos días con el comunicado del MLN.
Aparte de los lugares comunes de las viejas consignas dogmáticas, llama la
atención la referencia al Presidente y a su herencia del ADN desalmado.
Caracterizan a la coalición gobernante por “el odio, el rencor y el resentimiento”
No sean malos muchachos, como análisis político profundo, hacen agua por
varios lados; les está pegando mal, cambien de dealer ideológico por favor.
Mientras tanto la derecha se regodea y agita fantasmas a troche y moche.
Algo no funciona bien, si el principal referente Tupa vivo y que fue casualmente
Presidente de la República dice por radio que ni siquiera leyó el comunicado.
La del estribo, si van a utilizar de aquí en más el moderno lenguaje inclusivo en
los comunicados del MLN, pongan por lo menos: “Habrá patria para todes”
Alfredo García
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