Sapos, culebras y política de alianzas

La necesidad tiene cara de hereje, dice el refrán popular.

Y parece que los sectores políticos lo tomaron literalmente.

No es ninguna novedad y se ha hecho por todos los partidos.

A veces creyendo que las incorporaciones sumaban votos.

¿Que aportaron Almagro, Hugo Manini Rios o Saravia al MPP?

¿Cuántos votos Gonzalo Mujica le sumó al Partido Nacional?

¿Crece Cabildo Abierto con el ingreso del tupita con iphone?

Los pases, uniones y acuerdos están a la orden del día.

Y en la izquierda surgen algunas cosas incomprensibles.

Ya la fórmula presidencial elegida dio más dudas que certezas.

Pero la unión de Andrade y Cosse que la explique Magoya.

Porque lamentablemente a nosotros no nos da la cabeza ni la lógica

A Lucía tampoco, y señaló que no se vea como fórmula alternativa.

Ahora surge la iniciativa de buscar al grupo de Fernando Amado.

Es como si el Barcelona le planteara unirse a Boston Riber.

Como si la cadena Disco se aliara con el Almacén Doña Pocha.

Pero no se asombren mucho, hay más noticias para este boletín.

Topolansky se desmarca de los dichos de Villar sobre Manini.

Y Yamandú Orsi afirma que no descarta acuerdos con el general.

Nos viene a la memoria la vieja frase de abrazarse con culebras.

Será que alguno cree que hay un serpentario en la chacra del cerro.

Da la impresión que hay una gran resaca en la estrategia frentista.

Y preocupados por esas cosas raras llamadas encuestas, están

saliendo desesperados a buscar aliados, a cómo de lugar.

Hay sumas que restan, habría que tenerlo claro a esta altura.

Y tragarse cualquier sapo puede generar indigestión electoral.

La política de alianzas debería apuntar a sectores de la sociedad

con los cuales hay intereses y objetivos comunes para impulsar.

Apostar a personajes ha demostrado que a la larga no rinde.

Para ganar nuevamente no es aconsejable caer en herejías.

Alfredo García