Hablando con mi amigo Conrado Hughes me mencionó que viendo una película sobre el Barón
de Mauá, supo que en Brasil del siglo XIX al liberar a un esclavo se le daba un par de zapatos.
O sea que los negros libertos iban calzados, mientras que los esclavos andaban descalzos.
Esa acción para facilitar el caminar tiene una carga simbólica brutal y es una imagen fantástica
¿Existe una mejor herramienta para un ser humano que comienza el camino de la libertad?
Muchas veces en la vida cotidiana olvidamos el valor que tiene el simple hecho de ser libre.
Nuestra sociedad goza actualmente de irrestricto y pleno derecho del libre albedrío.
Uno puede hablar, opinar, moverse, criticar, protestar, gritar o callarse sin limitaciones.
Existe el derecho de organizarse como asociación, gremio, ONG, murga o club de futbol.
Se puede ser católico, masón, opus dei, budista, rotario, musulmán o del club de Leones.
Te pueden interesar el cine, los caballos, el teatro, Bach, Netflix, los libros o el reggaetón.
Elegís la opción sexual que más te plazca y la opción política que más te convenza.
No hay límites para ser hincha de cualquier cuadro de futbol, basquetbol o hockey sobre pasto.
Estudias lo que se cante, podes ser académico grado 5, mecánico tornero o simplemente Ni-Ni.
Podés comer productos orgánicos o transgénicos, comida chatarra o alimentos libres de gluten
Escuchas la radio que quieras, lees el diario que se te antoje y navegas sin límites por internet.
Votás blanco o colorado, frentista o independiente o te indignas y caliente no votas a ninguno.
Vas al shopping o a Piedras Blancas, u optas por el Mercado Agrícola o el puesto de la esquina.
Te curan en la mutualista o en el hospital, y con paciencia elegís el medico que más te guste.
En definitiva, tenés un abanico enorme de opciones para elegir a lo largo de tu vida.
Esa libertad es invalorable y es imprescindible que la cuidemos entre todos, día a día.
Porque no siempre existió, aunque muchos no lo sepan y otros tantos lo hayan olvidado.
Frente a este panorama mi pregunta es: ¿Te vas a esclavizar por un par de championes?
Alfredo García
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