Que difícil se vuelve a veces escribir sobre determinados temas.
Y más bravo aun, cuando un columnista te gana de mano y manda una
nota diciendo gran parte de lo que tenías pensado expresar, ¡marchaste!
Recomiendo leer la columna de José Luis Baumgartner en Contravoces
de la página 32: ¿Quién te escribe los libretos, Raulito? Imperdible.
Ahora bien, el culebrón frenteamplista continúa viento en popa y los
dirigentes creen que es un tema menor, a juzgar por sus actuaciones.
La última reunión de la mesa política del FA fue casi una kermesse.
Otro que tire y pegue, parecía el slogan, votación tras votación.
Al final resuelven que el lunes 4 se hará conocer el análisis del Tribunal
de Conducta Política, para una selecta elite, pero no se hará público.
Inventaron un mecanismo súper sofisticado para evitar la difusión.
¡Hagan sus apuestas, señores!
¿Cuántas horas serán necesarias para que se haga viral en las redes?
La ingenuidad vive y lucha en la Casa Liber Seregni de la calle Colonia.
La cultura del secretismo todavía perdura como resabio en los “compas”.
Pero no solo en el local central frentista caminan sobre sedosos cirrus.
Muchos jerarcas yacen en su propio paraíso celestial y no se percatan
de los cumulonimbus que se aproximan a pasos agigantados.
Cada uno mirando su cacho de cielo, ignorando el resto y repitiendo:
“No está en mi descripción de tareas y no es mi responsabilidad”.
El papelón de la marihuana, es solo una muestra de esta mentalidad.
Ya vivimos varias experiencias similares, ¿Hace falta nombrarlas?
La perspectiva de salvarse solo, no corre, lo que peligra es el proyecto
común y de su posible derrumbe no hay protagonistas inocentes.
En esto no hay ángeles, por acción u omisión, todos somos diablos.
Aviso a los arcángeles, lo más cercano al juicio final es octubre del 2019.
Sigan volando bajo y tocando la lira entre algodones, pero recuerden
que el camino al infierno está empedrado de buenos burócratas.
Mientras tanto, seguiremos buscando la agenda de gobierno en la nube.
Alfredo García
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