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El deporte del pueblo por Onofre Laborde

El deporte del pueblo por Onofre Laborde
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Pasión de multitudes, locura para algunos, oportunidad para otros, distracción para muchos. El fútbol es el juego más popular del mundo, con enorme accesibilidad de juego sin importar factores sociales o económicos.
El fútbol nació entre los muros de los colegios británicos más prestigiosos, entre uniformes escolares y rimbombantes nombres como los de Eton, Harrow o Cambridge, en Inglaterra. La primera vez que se peloteó no fue en un arrabal sino en una zona cuidada y no fue un joven con su balón porque no tenía otra cosa, sino los hijos de los que lo tenían todo y utilizaron el fútbol, ese deporte rarísimo porque no se usaban las manos, para pasar el tiempo. Así era este juego mundial de masas a finales del siglo XIX, ni un negocio ni siquiera un ascensor social, simplemente, un juego de ricos. Hasta que todo cambió y la clase obrera conquistó este deporte.
Lo que interesa es la historia real y esta señala que este deporte al que jugaban los jóvenes de la clase alta británica ni siquiera tuvo reglas unificadas hasta 1863, cuando se creó la Asociación Inglesa de Fútbol (Football Association, de donde procede la palabra ‘soccer’). Hasta entonces existían dos códigos, Cambridge y Sheffield, que marcaban algunas reglas. Una de las más importantes era que este nuevo deporte consistía en driblar y regatear, no en placar, como el rugby. Y tampoco se podían usar las manos. Pero, por otro lado, ni siquiera en esa época las porterías tenían travesaño, que se añadiría mucho más tarde.
La asociación de fútbol se creó tras varias reuniones de los clubs de Londres en la taberna Freemason. Por supuesto, todos caballeros ingleses. Esta taberna, que existe todavía, era un centro bastante neurálgico puesto que allí también se celebraban reuniones de política y economía a la que acudían personajes como Thomas Malthus o David Ricardo. En una de las reuniones futbolísticas se produjo la escisión final entre el rugby y el fúbtol. El rugby no tendría su asociación hasta 1871. No obstante, los códigos del fútbol no se llegaron a unificar hasta 1878.
Ahí es donde comienza la historia de la serie. En esos años, los jugadores no cobraban por jugar, tenían su puesto asegurado en la empresa de su padre, como sucede con Arthur Kinnaird, hijo de banquero y miembro del equipo de los Old Etonians, de Eton, el colegio al que ha ido siempre la clase más pudiente británica como la monarquía o Boris Johnson, que también jugó en el equipo de fútbol. Los Old Etonians eran los que dominaban el campeonato de la FA Cup en los años setenta del siglo XIX.
Sin embargo, en 1878 el Darwen Club de fútbol, el equipo de los obreros de una fábrica textil, rompe las normas y ficha por primera vez a dos jugadores, Fergus Suter y Jimmy Love. El dueño de la fábrica, Mr Walsh, les pone a trabajar y además les da una paga por jugar, buscando reforzar la plantilla para ganar la copa esa temporada. El razonamiento hoy entra dentro de toda lógica, pero era inconcebible en una época donde los equipos de obreros de las fábricas no tenían casi ninguna oportunidad de pasar casi de octavos de final.
La historia da otro giro cuando Suter es a su vez fichado por más dinero por el Blackburn, otro equipo de obreros de la ciudad homónima, al norte del país. Hoy también puede parecer natural “robar” al jugador de otro equipo con dinero -por supuesto, no había cláusulas de rescisión- pero fue una acción completamente novedosa.
Pero uno de los asuntos importantes en la evolución del fútbol tiene que ver con el hecho de ganar dinero con el juego. La clase alta no quería porque este deporte acabaría siendo del pueblo y eso «no se podía permitir». Pero como denunciaban los obreros: “nosotros trabajamos y luego, cansados, tenemos que ir a entrenar y a jugar. Ustedes ni siquiera trabajan y pueden entrenar y llegar al partido frescos, eso no es justo”. Por eso las fábricas comienzaron a pagar a sus jugadores para que estos no tuvieran que trabajar. Son las propias fábricas las que comenzaron a profesionalizar el fútbol.
Desde entonces el fútbol ha tenido un crecimiento constante hasta el momento a llegar a ser el deporte más popular del mundo con unas 270 millones de personas al día involucradas, siendo al día de hoy un total de más de 4.000 millones de aficionados del fútbol. Con la realización de la primera reunión de la International Football Association Board en 1886 y la fundación de la FIFA en 1904, este deporte se ha expandido hasta llegar a todos los rincones del mundo. A partir de 1930 se comenzaría a disputar la Copa Mundial de Fútbol (con su primer torneo en Uruguay), que se convertiría en el evento deportivo con mayor audiencia del mundo.
Sin dudas, esta disciplina mueve pasiones en los países de la región y se ha convertido, con el tiempo, en un fenómeno de masas que tiene un impacto social, que bien canalizado puede ser un elemento de desarrollo y bienestar. También puede ser un catalizador de las angustias sociales y generar sentimientos de orgullo alrededor de un objetivo común como nación que, simbólicamente, es representado por un logro deportivo como impulso para los logros mayores de una sociedad.
Aunque el fútbol genere tanto, no debemos olvidar los problemas sociales que tenemos en el día a día, las diferencias y discriminaciones de todo tipo, la violencia y el avasallamiento de libertades, cosas que no deberían ocurrir. El deporte es un gran entretenimiento, pero también es una enorme herramienta social al alcance de todos, que genera oportunidades.

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