Las previas a las elecciones presidenciales que se realizaron el domingo en Argentina, ofrecieron un panorama sumamente confuso, con tres principales candidatos de derecha, que se distinguieron entre sí por las “propuestas pescavotos”: contenderán el 19 de noviembre, en un balotaje, Javier Milei (29.98%) y Sergio Massa (36,68%).
Vista por un economista, docente y analista, Julio Gambina, la crisis socio-económica que atraviesa el país, no es otra, básicamente, que la de una inflación y de lo que se trata “es de un mecanismo de transferencia de ingresos, desde la mayoría empobrecida a la minoría enriquecida. Es uno de los tantos mecanismos de apropiación de ingresos y de riqueza del poder concentrado y extranjerizado. El capitalismo local funciona con esa lógica de acumulación, que al tiempo que exacerba la desigualdad interna, reitera -bajo la fuga de capitales- una inserción mundial en la reproducción capitalista potenciando los rasgos de la dependencia y subordinación”.
Para Gonzalo Gonzálvez, la propuesta electoral de Milei se puede resumir en: a) un diagnóstico, “100 años de socialismo que afectaron la economía argentina”, b) su “cambio de 180º en el que explica su liberalismo, c) su propuesta, basada en la liberalización de la economía mediante la privatización, la dolarización, el cierre del Banco Central, ruptura del comercio con China y Rusia”. Según El País de Madrid, la alianza entre peronismo y los movimientos sociales argentinos está en crisis; el deterioro de la economía y sus peleas internas corroen día a día el principal su sostén político: la calle. France 24 opina: “Al día siguiente de las elecciones (si ganara Milei el balotaje) se despertaron en un país irreconocible, (…) amantes de la verdad que votaron por un mentiroso irredento y compulsivo, por religiosos fanáticos que dieron su voto a un hombre cuya biografía representaba todo lo que aborrecían.”
Dejando atrás lo poco e insustancial de las propuestas y el fenómeno de los candidatos “libertarianos” (para análisis psiquiátrico y que están en el centro de expectativas de muchos), los datos más que no ayudar al candidato peronista parecen hundirlo. Su gestión en asuntos económicos incluye aumentos de 55 puntos en la inflación anualizada, mientras el peso se devaluó permanentemente en relación al dólar oficial desde que asumió como ministro en agosto de 2022. Así y todo, en campaña, hablando sobre el futuro, Massa mencionó que debe encontrar equilibrio fiscal, superávit comercial, tipo de cambio competitivo y desarrollo con inclusión para zanjar la crisis, sumando salud y enseñanza, con una salvedad: “Si puedo terminar de estabilizar la economía”.
Sobre la relación con el FMI, tema del próximo mandatario, dijo: “la solución más grande que tiene Argentina es vender lo que hace al mundo”. Espera -dice- que “nuestro litio, nuestro gas, nuestro petróleo, lo que produce el campo, lo que producen las industrias, que cada vez se venda más al mundo porque eso nos va a dar los dólares para ser libres, para ser soberanos”.
En Argentina, la tasa de desempleo es de 6,9%, y de los trabajadores asalariados 36,7% se encuentran en la informalidad. En tanto, ante los piquetes y cortes de ruta, -las formas más socorridas de protesta en el país-, sostuvo que el uso represivo de la fuerza estatal debe ser lo último a poner en práctica. Asimismo, afirmó que luchará contra la inseguridad y el narcotráfico. Massa dijo que utilizaría su buena relación con gobierno y organismos de EE.UU., “esa que tanto me critican algunos” -refiriéndose a sus propios votantes. Lo que escribo sobre él puede ser leído en su promotora, la CNN.
La candidata derrotada en esta vuelta (y antes ganadora y perdedora en las PASO) de Juntos por el Cambio (JxC) Patricia Bullrich, publicó propuestas de gobierno y entiendo que vale la pena recordarlas cuando hablamos de una campaña pobre de los tres principales candidatos. Bullrich incorporó algunos temas como eliminación de las retenciones y del cepo cambiario parcial, «bimonetarismo» con peso y dólar, reformas al Código Penal que garanticen la legítima defensa de uniformados y reducir la edad de imputabilidad. Debe apuntarse que para ahorrar en gastos burocráticos pensaba reducir los ministerios a la mitad. Se indica, además, que el hecho de que Massa sea candidato es un signo evidente de la pérdida de fuerza de CFK (exaltada por Axel Kicillof): en otro momento “él jamás hubiera sido el candidato del peronismo”. Según Gonzalo Giuria (La Diaria), Lucía Vincent, politóloga y docente en la Universidad Nacional de San Martín, uruguaya radicada en Buenos Aires, declaró: “Creo que sí hay un trasfondo trasnacional, hay un clima de época, como lo hubo a comienzos de este siglo con las izquierdas, ahora hay un giro hacia las derechas y a las derechas más radicales. Milei y su partido, se posicionan de manera muy contundente en contra de ciertos derechos, como los que fuimos conquistando las mujeres”, y pone en tela de juicio cosas impensables, “como la existencia de la educación o la salud pública, bajo el argumento de que no están funcionando bien”.
Los datos a recordar de estos comicios que creo importantes son que siendo obligatorio el voto sólo lo hizo casi 78% de los habilitados; el futuro Ejecutivo no contará con mayoría legislativa propia; el exultante candidato Milei de la mañana del domingo 22, al enterarse del triunfo de Massa terminó pidiendo los votos de JxC en el balotaje. El antropólogo Héctor Grad Fuchsel -que no sé si sabía de los apoyos internacionales (Red Atlas, Vox de España, entre otros)- asemejó a Milei con los bolsonaristas y el trumpismo. Esta vez las encuestadoras acertaron en los integrantes del podio, pero fallaron en los lugares y atinaron sobre quiénes competirán en el balotaje. De mi parte, sigo pensando lo que afirmé hace semanas: Milei y Massa se enfrentarán y ganará el candidato peronista. Se trataría de un tercer acierto consecutivo: Arévalo en Guatemala, Noboa en Ecuador (por unos 18 meses) y Massa en Argentina.
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