Home Contravoces En pantalla o a saliva tras conocidos zafarranchos por José Luis Baumgartner          

En pantalla o a saliva tras conocidos zafarranchos por José Luis Baumgartner          

En pantalla o a saliva tras conocidos zafarranchos por José Luis Baumgartner          
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La campaña electoral está entrando en hervor. Hace más de 20 años que la olla barbota; desde que el FA llegó a ser opción de gobierno. Para los dueños de los medios de producción y de comunicación la situación se ha vuelto intolerable. ¿Qué es eso de repartir a medida que se cosecha?

Los partidos de oposición (el resto del abanico) tocan bombos, gritan, gesticulan, dicen estupideces, mienten, ocultan, olvidan, agitan, exigen, critican, dan manija, prometen, juegan con la ignorancia propia y ajena, venden milagros, simulan, hacen pruebas de a vintén, joden. Hablan a la mersa como apóstoles de la razón, como si no fueran clasistas a rabiar. Alguno parece honrado o iluso pero a la corta o a la larga muestra el culo por rotura del pantalón; dice que “el modelo está agotado” como si la política fuera moda y no una continua creación, y que va a construir liceos estilo “Impulso” a rolete; te comiste la pastilla, muchacho.

¿Caramelos surtidos? No, amigo. Tintes, marcas y envases son paco. Para engañar a los giles. Blancos,  colorados y marrones saben sólo a limón. Son la misma cosa. (Conste, me abstuve de  mala palabra).

Digo la precisa, lo obvio. Es cuestión de ver y escuchar. A cada instante se muestran. Uno con los 100.000 puestos de trabajo; otro con un ¡bum! de austeridad y una pesca de ahorro que hace hundir el bote; otro –dirigiéndose a adolescencia de celulares-, con su ¡horror a “los soviets leninistas obreros”!; otro con las medidas prontas de seguridad de la época de Pacheco; otro con la demagogia del “Vivir sin miedo”; otro (ex ministro de economía) con varicela ruralista, quejándose del retraso cambiario (¿acaso no hay libre cambio?) para contener la inflación (impuesto clandestino a ingresos fijos). ¡Ah, las moscas, “pequeñitas, revoltosas/ me recuerdan todas las cosas”!

Parece que encararan temas diferentes pero en realidad machacan sobre la misma pasta: nos quieren llevar a la “actualidad” de los Menem, los Lacalle, los Julio María, los Jorge Batlle, los Macri, los Trump, los Bolsonaro, esos… Alineación de la política económica según las tendencias de extrema derecha en el mundo desarrollado y los intereses de la oligarquía entre nativa y mercenaria.

Buscan “alivianar” las cuentas públicas, confiar más en los mecanismos de oferta y demanda propios del mercado, achicar el costo del Estado, alejar a éste de las cuestiones sociales y de la regulación de las relaciones laborales, dejando hacer a los agentes con total libertad (e impunidad), fomentar la competencia, desprendiéndose de la generación y distribución  de electricidad, petróleo, gas, agua, transporte, vender y privatizar empresas públicas (¡chau ANCAP!), salud y educación.

Atacan el “Estado de Bienestar”, o sea, fuertes inversiones en servicios sociales y, la sin cesar,  persecución de la igualdad y la solidaridad intergeneracional. La frazada es cortona. No da para todo. Entre aumentar, bajo disfraz, la rentabilidad capitalista de los ricos o bajar pobreza y miseria/ mejorar la salud a global de la población/ más viviendas para la indiada/ asentar el sistema de “cuidados”/ seguir avanzando en la modernidad o en la posmodernidad, como quieras hablar, ya lo tienen decidido.

Ese ataque se llama neoliberalismo. Aquí fue experimentado. Significó baja del salario real, inflación y desempleo. Tuvo su ascenso y ocaso. Ya fue. ¡Hay que parar a los depredadores!

La elección está entre seguir avanzando o retroceder al pasado.

Lo mostro Quino: “¡Ah, cómo!… ¿Entonces el futuro vendría a quedarnos hacia atrás?

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Jose Luis Baumgartner Abogado, periodista y escritor.