Entre entradas, salidas, acelgas y mujeres «entendidas» por Cristina Morán
Un fin de semana agitadísimo con esto del adiós de la actividad política del que fuera por un tiempo muy breve, canciller de la República: economista Ernesto Talvi. Fue su carta y el silencio de su parte, claro, porque del entorno y no del entorno hubo de todo: conjeturas, sospechas, frases no dichas y/o murmuradas, que “se va por un rato, va a volver” (y ahí fue cuando reaparecieron a Tabaré Vázquez, que tuvo una actitud similar y volvió. Hubo y habría más sobre el tema para esta columna, pero para una es suficiente. Tal vez Talvi quedó muy mal herido moral y anímicamente y la grieta (¡lo último en la moda de la búsqueda de palabras y/o frases para ser recordados!) que comenzó a abrirse cuando decidió transformarse en el hombre que primero le dijo “no” y después derrotó (a Julio María en las internas del PC) para convertirse en el segundo candidato más votado de lo que sería la “multicolor” esa grieta se hizo día a día, hora a hora más y más ancha hasta convertirse en una suerte de abismo que lo dejó, por el momento, alejado y enfrentado a la vieja política uruguaya. Para una, eterna guerrera de la vida, las luchas nunca se abandonan: se permanece en ellas, se aprende de ellas. Fácil no es, pero imposible tampoco. Tema Talvi: punto y aparte. La vi a Laura Raffo candidata por la coalición a la IMM con un tapado (no, por favor, blanco no, no tendría gracia) colorado (en realidad yo digo “rojo”) pero en estos tiempos de pandemia (de todo tipo) decir “rojo” puede sonar a comunista palabra que le escuché al diputado Zubía (ex fiscal) pronunciarla enfáticamente cuando se refería al actual fiscal de corte Jorge Díaz. (Programa “Polémica en el bar”, domingo 26 del corriente). Diputado, usted me trajo recuerdos de un tiempo de persecución, desaparición y muerte, esos tiempos que su colega en el parlamento (Domenech) propone olvidar. Sigo con la candidata L.R. que cuenta con el apoyo de César Vega líder del P.E.R.I., que primero la honró con el regalo de un semejante atado acelga (y a mis oídos resonaron una de las frases gritadas por hombres a mujeres al volante:”¡Andá a lavar los platos!”. Y cuando ella,(Laura, claro) monísima como siempre, informaba su propuesta de “Montevideo limpio” (que en realidad, quiso decir limpiA dado que, como sabemos, la bella Montevideo es una ciudad y no un país) flanqueada por su suplente el abogado Andrés Ojeda (ah, Andrés, como has crecido pero ojo con las cámaras: tu mirada en un momento fue muy pícara) y su nuevo adherente el diputado César Vega que luego hizo declaraciones sobre su apoyo a Raffo diciendo entre otras cosas que en eso de la limpieza de la ciudad está muy de acuerdo con la candidata porque las mujeres son “entendidas”. Tremenda “errata” diputado. “Entendidas” ¿en qué? ¿En limpieza? O mejor ¿en economía dado que Laura es economista? Disculpe Vega pero lo suyo hizo volver a mi memoria y a mis oídos “andá a lavar los platos”. Acto fallido el suyo. Ocurre que suele pasar que hay dichos, frases, costumbres que las tenemos tan incorporadas que suelen jugarnos malas pasadas. Lo felicito por sus acelgas. Primera vez que veo ese tamaño de atado. Debo pensar que Laura quedó encantada, aunque no la imagino “entendida” en torta pascualina. A propósito, sin duda usted debe ser generoso con las ollas populares que lo que más piden son verduras y carne. Ya que estoy en el tema, ¿sabe algo de los carniceros o algún frigorífico si acercaron el producto a alguna de las tantas ollas populares? Tengo la sensación que me pasé de espacio. Los dejo. Hasta la próxima. Sean Felices. Ahora y siempre.
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