Home Literatura “Escribir este libro fue un subibaja de emociones”
0

“Escribir este libro fue un subibaja de emociones”

“Escribir este libro fue un subibaja de emociones”
0

Antonio Ladra es periodista, “en retirada”, como dice habitualmente, aunque sabemos que nunca se deja de serlo. La prueba es el nuevo libro: “Vidas en rojo y negro”, un trabajo en el que abandona las cloacas del narcotráfico y se mete en una investigación que hace a su propia vida y la de su familia. Por eso el subtítulo del libro: “De la guerra civil española al Uruguay batllista”. El libro se pone a la venta mañana viernes 1 de setiembre.
¿De qué se trata “Vidas en rojo y negro?
Es una investigación periodística, una crónica y hasta por momentos con algunos tramos de ficción en base a la realidad, de lo que fueron las vidas o mejor dicho seis vidas que le dieron forma a una de las ramas de los Ladra. Es como escribí en la presentación, un intento de acercarme a las biografías de mis abuelos José Ladra y su esposa, Mercedes Pérez, y de sus hijos, Sol, Antonio, Eugenio y Mercedes; mi padre y mis tíos, por orden de nacimiento.
¿Y por qué te metiste en esas historias, qué tan ricas o interesantes pueden ser para un lector?
Bueno, no ha sido fácil, porque en primera instancia acometí la investigación por mera curiosidad y porque los silencios que había en mi familia al final eran angustiantes. A medida que iba avanzando en la investigación fui reconociendo esas heridas y al escribirlas al llevarlas al papel sentía que me sanaban. ¿Por qué pueden ser interesantes? me preguntaste y bueno, porque creo que si bien son los testimonios de los que no están en la historia con mayúscula, ellos fueron actores del drama de la España del siglo XX, como si en Sol, Antonio y Eugenio habitara un Buenaventura Durruti y en Mercedes una Federica Montseny, los anarquistas más notorios en aquella España convulsionada por un lado y esperanzadora por otro.
¿Y cómo te sentiste haciendo este trabajo?
La verdad que ha sido una suma de contradicciones porque he sido feliz, pero tambien me ha provocado tristeza. Quien lo lea se va a dar cuenta rápidamente. Ha sido un subibaja de emociones constante, de repente me reía y de ahí pasaba a llorar, a hablar solo, a hacerme preguntas, sentía que se me revolvía todo. Una noche, ya casi de madrugada, cuando descubrí en los documentos surgidos de los archivos la fecha y la hora en que mi tío Antonio fue fusilado y, fundamentalmente el lugar, la fosa común donde fue tirado, salí a la calle en busca de no sé qué, en busca de alguien a quien decírselo. Fue muy fuerte. Es que en mi familia no se sabía dónde estaba enterrado, recién lo supimos ahora.
Bueno, ¿pero tu sabías de la historia de ellos antes?
Si claro, algo sabía, pero no con la fiabilidad que me dieron los documentos y la prensa de la época en los que me basé. Sabía que mi padre, Sol, había tenido una historia singular, que había sido anarquista de la CNT-FAI como sus hermanos, que había estado preso en España, que había tenido tuberculosis y que había sido operado, que le habían realizado una toracoplastia, una intervención salvaje en aquellos tiempos, pero que lo salvó de la muerte segura, por la que le sacaron un pulmón y diez costillas. Sabía que había nacido aquí, que se había criado en Cantabria y que había regresado repatriado como indigente desde Marsella, Francia, pero no sabía las vicisitudes que había vivido más allá de los titulares. Sabía que tuve un tío, Antonio, que lo habían fusilado, pero del que se hablaba poco, no mucho más que de su muerte y me encontré con alguna sorpresa que no develo aquí. Sabía de mi otro tío, Eugenio, sobre sus actividades pero no que había sido un esclavo del régimen franquista o de mi tía Mercedes, que vivía en Viveiro, Lugo, pero nada más. Y no sabía nada de nada de mis abuelos, los que se conocieron aquí, en Uruguay y aquí se casaron y regresaron, inexplicablemente, en 1915 a España, a una Europa que ya vivía bajo el fuego de la primera guerra mundial. Encontré muchas preguntas y muchas me quedaron sin responder. Es que han pasado casi 90 años…
¿Y por qué te embarcaste en este libro?
Este libro no existiría si no fuera por el decisivo empujón que me dio Juan Gómez Bárcena, quien me escribió el 22 de julio de 2021.
Quiero compartir aquel mensaje:
Soy Juan Gómez Bárcena, escritor e historiador español. Desde hace un par de años trabajo en una nueva novela que trabaja con material documental real: la historia de una pequeña aldea de España (Toñanes), en Cantabria. Recientemente, revisando documentación inédita del ayuntamiento, me he topado con varios documentos de la época de la Guerra Civil relacionados con varios familiares suyos (Antonio Aníbal, Eugenio y Sol (José) Ladra). Si está interesado, puedo remitirle algunas copias. Por mi parte, me encantaría charlar contigo (permite que te tutee) sobre la historia de tu padre. Un afectuoso saludo, Juan.
El libro que escribió Juan se llamó “Lo demás es aire”, una monumental novela que vio a luz en el 2022 y ese año viajé a Barcelona donde estaba estudiando mi hija Eugenia, la otra gran responsable de este libro. Juan, con su familia, nos recibió a Eugenia y a mí y nos llevó a recorrer la geografía física, humana y emocional de su pueblo, Toñanes, que fue también el de mi familia paterna.
Pero antes, Eugenia, en medio del dolor por la muerte de su abuela materna, Berta, en febrero de 2018, cuando estaba en Madrid, decidió ir a Santander a buscar información sobre Sol, su abuelo paterno a quien no conoció, pero sabía algo de su peripecia vital y así, los documentos, conseguidos en la Biblioteca Central y Archivo Histórico de Santander, ubicado en el mismo lugar donde estuvieron presos mi padre y mis dos tíos tras la finalización de la guerra civil española, fueron el puntapié inicial para este trabajo. Después se sumaron otros archivos y otros documentos, como los conseguidos en Salamanca, desde donde una funcionaria cuyo nombre nunca supe, me leyó lo que había en los archivos mientras yo grababa y más cerca en el tiempo, a raíz de una crónica sobre mi padre, publicada en la Voz Galicia por Martín Fernández Vizoso, me llevó a tener contacto con Eliseo Fernández, otro historiador que me aportó, sobre el cierre de la edición del libro, nuevos datos, por ejemplo aquel que explicitaba el lugar de entierro de mi tío Antonio, entre otras cosas.

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.