¿Guapo perro o perro guapo? por Cristina Morán
De una u otra forma quiero referirme a un perro guapo porque al igual que ocurre con las personas hay perros guapos y de los otros o sea, los que no son guapos. Este guapo canino no es grande ni de raza. Es como esos que vemos en televisión deambulando por algún lugar tal vez buscando el hogar que tuvieron y lo perdieron porque sus amos en la nueva casa ya no tienen lugar para el. No debería sorprendernos, porque si lo hacen con los viejos, como no lo van a hacer con un perro o con un gato.
Nuestro “guapo” estaba durmiendo plácidamente, arrollado, en una calle de tierra en un lugar de la India cuando “de pronto de detrás de unos matorrales (no de un árbol, como el loco de Horacio Ferrer) apareció EL.” Hermoso, silencioso y sin pensarlo un segundo (¡atropellado el atacante!) el leopardo se abalanzó sobre lo que pretendía fuera su suculento almuerzo. Y ahí fue cuando apareció el verdadero guapo: ese perro callejero saltó como por resorte y se enfrentó a puro ladrido mostrando la “feroz” dentadura al semejante animal que, desconcertado, lo único que hizo fue retroceder lentamente con la mirada siempre fija en aquel débil cuzquito y perderse entre los mismos matorrales por los que había aparecido.
Algo tan viejo como el mundo y no terminamos de aprenderlo: no hay enemigos pequeños y es aconsejable no darles la espalda.
En fútbol sabemos que hay un período de pases y es cuando un buen jugador es comprado por otro equipo y el elegido cambia y se pone otra camiseta y la besará cada vez que tenga una jugada brillante tal como hizo con la otra.
En política sucede lo mismo solo que no se trata de venta, de compra, sino que es una especie de permuta donde no entra el dinero. Vengo de un tiempo en el que permanecer en un puesto de trabajo e irte con la jubilación o cuando te llegara lo inexorable era moneda corriente. Respuesta de un joven siglo XXI: “¡Pah…qué aburrimiento, ¡bó!!!”, si es que se te ocurre contárselo. Una sugerencia: nunca le hables de esas cosas, ¿entendiste, “bó”???
Y en política era lo mismo. Los hombres de los distintos partidos permanecían fieles al mismo ocupando o no cargos de gobierno. ¿Te imaginás a don Pepe con poncho blanco en lugar del sobretodo negro o a Aparicio con poncho rojo? ¿Te animarías a pensar en Sanguinetti haciendo campaña por Lacalle Pou o Larrañaga o a alguno de los mencionados alentando a la gente a favor de Mujica (el ex, el otro, no) y en esto último se ruega estar atentos porque podría prestarse a confusiones, por el apellido, digo, dado que el del ex es igual al que lleva al que permutó al Frente Amplio por el Partido Nacional sumándose así a las 404 comandada por Lacalle Pou, el de la bandera.
Y ahí aparece Stirling (que fue colega de Bonomi en calidad de Ministro del Interior solo en eso, ¿tá?) y a quien estuvimos a punto de decirle “ex” del Partido Colorado porque había pasado a integrar las huestes de don Novick pero dio marcha atrás y fiel a sus raíces volvió al coloradismo dispuesto a apoyar a Talvi, el nuevo. Y llegamos a una permuta inimaginable, (aunque a decir verdad en los tiempos que corren nada es inimaginable) Juan Raúl Ferreira permutó al Partido Nacional por el Frente Amplio, lista 609 que encabeza el amigo de Kusturika , el ex José “Pepe” Mujica que allá por tierras granadinas recibió el Laurel de Plata por una actitud frente a la vida hecha poesía, reconocida como tal en Zubia (España).
Una, que juega este partido desde afuera con mucha intensidad, piensa en dos personajes para quienes “permuta” es apenas un vocablo que para ellos no aplica y saben que en cada uno está el futuro político de sus correspondientes partidos. Es por esto y más que Julio María Sanguinetti (82 años) saldrá a resucitar al Batllismo, al Partido Colorado en general, a rescatarlo de los desaciertos con que sus hombres lo manejaron y José “Pepe” Mujica (83 años), irá de gira a “visitar viejos amigos” pero en realidad, y como el mismo lo expresó, caminará el país para “sacudir la modorra del Frente Amplio”.
Estos dos hombres ocuparon el sillón presidencial, los dos fueron miembros del Parlamento los dos no conocen, no conocieron ni conocerán la “modorra”. Ellos son los guapos , los guapos de la política uruguaya que a los años los miran de reojo, a veces, solo para ver si realmente están, porque ni cuenta se dan que siguen pasando. Estos dos veteranos, estos dos viejos han asumido la tremenda responsabilidad de resucitar y sacudir modorra de sus respectivos partidos, cada uno a su manera, cada uno con su estilo, cada uno con su personalidad pero los dos mirando solo el mañana. Y cada uno con sus luces y sus sombras. Son humanos. Solo humanos, guapos.
Hasta la próxima. Que seas feliz.
Las imágenes del perro guapo y el leopardo las encontrás en YouTube.
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