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La historia en disputa

La historia en disputa
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La Orestíada, trilogía de Esquilo elaborada sobre el sustrato mítico homérico, culmina con una asamblea en donde se juzga a Orestes, el hijo de Agamenón perseguido por asesinar a su madre Clitemnestra. Durante el “juicio” se suceden argumentos a favor y en contra de Orestes, y más allá del resultado final, se ha visto la última tragedia de la trilogía como una forma de defensa de la democracia ateniense, ya que es un tribunal de atenienses el que vota, junto a los dioses, para fallar en el juicio. Pero el trasfondo de la Orestíada también ha sido interpretado como la elaboración mítica de la transición de la sociedad matriarcal primitiva a la sociedad patriarcal que ya era el dominante cuando algún Agamenón histórico partiera a hacer la guerra en Ilión. En un artículo publicado en La Sagrada Familia Marx y Engels recogen el trabajo de Johann Jakob Bachofen, quien señala que La Orestíada “es presentada como la descripción dramática de la pugna entre el agonizante derecho matriarcal y el derecho patriarcal que surgió y venció en la época heroica”. De esta forma la asamblea final también es un indicio de una transición en que las “deidades de una nueva generación” desplazan a las Erinnias, que representaban el orden matriarcal.
Algunas de las ideas anteriores se nos hacían presentes mientras veíamos Medea Visiones, espectáculo de Marcos Acuña basado en la novela Medea Voces, de Christa Wolf. Y es que Medea ha pasado del mito a la historia como arquetipo de hechicera que urde tramas para estar cerca del poder. Pero la historia que elabora Wolf, y que Acuña lleva a escena, recoge intuiciones análogas a las de Bachofen, señalando un orden político en transición que se encuentra de trasfondo a las acusaciones en torno a Medea.
La obra se instala en Corinto, ciudad a la que Medea llega junto a Jasón luego de las peripecias de los argonautas buscando al vellocino de oro. Ya desde el comienzo sabremos que estamos ante una reconstrucción de una causa que tiene a Medea como principal acusada. Será Acamante, consejero del rey y auténtico poder en las sombras, el que pondrá en contexto la historia que se desarrollará a partir de su testimonio. Desde ese primer monólogo inicial veremos una sombre de sospecha extenderse sobre Medea por el solo hecho de ser extranjera y no compartir del todo los “valores culturales” de la sociedad cretense. Ese manto de duda se extenderá luego al cuestionamiento explícito del orden político patriarcal que Medea representa, dejando entrever que otro orden no solo es posible, sino que existe, o que existió al menos. La fuerza bruta será la respuesta directa, y las elucubraciones cortesanas la indirecta, al desafío político que Medea representa. Y lentamente se irá deslizando un elemento oculto, que aparece en la memoria de Glauce (hija del rey de Corinto) bajo la bruma pesadillesca. Ese elemento oculto indica un crimen original desde donde se ha erigido el orden político que reina en Corinto.
La novela, publicada pocos años después de la caída del muro de Berlín, se estructura a partir de monólogos que aportan visiones diversas de los mismos hechos, al modo del relato En el bosque de Akutagawa. Acuña ha decidido escenificar los monólogos, pero siempre desde la perspectiva de quien lo enuncia, dejando algunos hilos sin anudar. De todos modos la platea toma partido naturalmente por Medea, quien termina siendo responsabilizada de todos los males de la ciudad. El desgarrado monólogo final de la protagonista pondrá dudas no solo sobre la lectura de los hechos que la involucren, sino sobre la forma en que los hechos históricos en su totalidad tienen el sesgo de quienes vencieron e intentaron borrar las formas culturales y políticas alternativas a la victoriosa. La obra en ese sentido es un llamado a dudar y a buscar en el pasado el sustrato real sobre el que se erige el orden social y político presente. La historia también es un terreno en disputa, parecen decirnos Wolf y Acuña.
La escenografía de Nicolás Cabanelas elaborada en base a cubos-baúles de madera que guardan secretos en sus entrañas es funcional a la construcción de un orden piramidal que se reconfigura según las necesidades de la escena. Un velo-pantalla sobre el que se proyectan imágenes también parece jugar el rol de proyectar imágenes a develar. Un retorcido orden monumental se instala en la puesta, que propone un mismo tono a todos los personajes salvo para la “extranjera” que pretende subvertir el orden vigente. Sobre el final, repetimos, el grito de Medea será una invocación a que descubramos el velo de la historia. Ese final que se convierte en el gran momento actoral del espectáculo merced al trabajo de Camila Cayota. El elenco en su conjunto realiza un gran trabajo para hacer latir esta Medea alternativa, pero el trabajo de Cayota se destaca en la construcción de un personaje que evoluciona durante el espectáculo, de una segura argumentación inicial de las propias convicciones, al grito desgarrador final con la que Medea maldice al orden que se impone ocultando su crimen original.

Medea Visiones. Adaptación de Marcos Acuña de la novela de Christa Wolf. Dirección: Christa Wolf. Elenco: Camila Cayota, Claudio Lachowicz, Juan Kuher, Antonella Puga y Camila Giannotti. Diseño de escenografía: Nicolás Cabanelas. Diseño de vestuario: Vladimir Bondiuk Petruk. Diseño de iluminación y audiovisuales: Renata Sienra. Diseño sonoro: Fernando Ulivi. Fotografías: Alejandro Persichetti.

Funciones: sábados 20:30 y domingos 19:30. Sala Cero del Teatro El Galpón.

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Leonardo Flamia Periodista, ejerce la crítica teatral en el semanario Voces y la docencia en educación media. Cursa Economía y Filosofía en la UDELAR y Matemáticas en el IPA. Ha realizado cursos y talleres de crítica cinematográfica y teatral con Manuel Martínez Carril, Miguel Lagorio, Guillermo Zapiola, Javier Porta Fouz y Jorge Dubatti. También ha participado en seminarios y conferencias sobre teatro, música y artes visuales coordinados por gente como Hans-Thies Lehmann, Coriún Aharonián, Gabriel Peluffo, Luis Ferreira y Lucía Pittaluga. Entre 1998 y 2005 forma parte del colectivo que gestiona la radio comunitaria Alternativa FM y es colaborador del suplemento Puro Rock del diario La República y de la revista Bonus Track. Entre 2006 y 2010 se desempeña como editor de la revista Guía del Ocio. Desde el 2010 hasta la actualidad es colaborador del semanario Voces. En 2016 y 2017 ha dado participado dando charlas sobre crítica teatral y dramaturgia uruguaya contemporánea en la Especialización en Historia del Arte y Patrimonio realizado en el Instituto Universitario CLAEH.