La luz de Carlos Llanos por Alejandra Waltes
“Me considero un tipo que ha estudiado muchísimo la luz. Mis cuadros de la luz, han sido cuadros iluminados, con los objetos, con lo que sea”. A partir de esta semana, dos lugares muy cercanos entre si, nos permiten recorrer la obra del Maestro Carlos Llanos. La muestra “Carlos Llanos. Un cronista de nuestros tiempos.”, curada por Magalí Pastorino, puede ser visitada hasta el 27 de noviembre en el Museo Gurvich. El otro local en el que se expondrán obras de este prolífico artista es la galería Atraves.art (Bartolomé Mitre 1368).
Carlos Llanos (Salto, Uruguay, 1930- Montevideo, Uruguay, 2014). Según la información recabada por Pastorino para el texto curatorial, Llanos era el hijo menor del matrimonio formado por el agrimensor Justo Llanos Ordeig y Colombia Villamil Costa que tuvieron cinco hijos. Justo, era maestro rural y antropólogo, Lucy, Lía Margarita y Leticia se formaron en Melo como maestras. Es así que Carlos se convirtió en la única esperanza del padre de continuar con la agrimensura, tarea a la que ya se venían dedicando varias generaciones de la familia. Cuando el artista nació, su familia estaba residiendo ocasionalmente en Salto, lugar al que los llevo el trabajo paterno, pero su infancia y su adolescencia transcurrieron en Melo. Según el texto curatorial “El gusto por el dibujo se puede percibir en sus inclinaciones tempranas. Se dice que, de niño, le gustaba mucho dibujar, en especial, ciclistas y jugadores de fútbol (Eyherabide, 1980); a los 14 años, ayudó a su padre a elaborar planos de agrimensura y era muy bueno en lo que hacía (Isabel Cárpena, comunicación personal, 10 de mayo de 2022), pero fue en el liceo público de Melo donde aquella tendencia se fortaleció. Allí, entre 1948 y 1949, estudió dibujo y pintura con el pintor y profesor Américo Spósito. Según Eyherabide (1980), a mediados de los años cuarenta, se había creado una escuela municipal de arte en aquel lugar, donde los artistas del país daban cursos y hacían exposiciones. Por allí también pasó José Gurvich, quien, por aquel tiempo, visitó Melo y conoció al joven Llanos; Eyherabide (1980) sitúa dicho encuentro en 1947. Gurvich se sorprendió por la habilidad de Llanos para el dibujo y reconoció en él un gran potencial; fue él quien lo animó a ir a Montevideo a estudiar en el Taller Torres García. Finalmente, en 1949, Llanos, con diecinueve años y a instancias de ambos artistas, se decidió y viajó a la capital del país y continuó su formación en el mencionado taller.” Hacía poco tiempo que el Maestro Joaquín Torres García había fallecido y era Augusto, su hijo, quien impartía las clases. Carlos se convirtió en el primer alumno de la segunda generación del Taller. En diferentes entrevistas dadas a lo largo de su vida Llanos contó cómo era la dinámica en el mismo, cómo se trabajaba y que aspectos del quehacer artístico se acentuaban. En 1956, Llanos, Arquibaldo y Huidobro Almada, Gastón Olalde, Susana Soca, Manuel Villalba, Jorge y Rodolfo Visca, y Sonia Zamit fundaron un taller de artesanías, “Sótano Sur”. Allí se organizaron talleres de cerámica, talla de madera, piedra y metales, en especial, de esmaltado en cobre (Cristina Rossi, 2022). “En paralelo, Llanos, Olalde, Jorge Visca, el Gaucho Almada y Villalba pintaban en el Taller Torres García y participaban en el grupo y la Feria del Libro y el Grabado de Nancy Baceló.” Al principio la comercialización de las piezas producidas no fue fácil, lentamente fueron colocando sus trabajos en galerías, boutiques y ferias. Isabel Cárpena relata a Pastorino: “Llanos, de joven, vivió años difíciles en Montevideo, coincidieron la escasez económica, la relación conflictiva con su padre y su primer casamiento, con la poeta Mauricia Gutiérrez, con quien tuvo dos hijos, Ismael y Claudio, y cuya relación no prosperó.” En 1957, a los 27 años, ingresó por concurso de oposición y méritos a los liceos públicos como profesor de Dibujo, allí ganó una gran reputación como artista y docente. Uno de sus primeros alumnos en Melo fue el Artista Plástico Juan de Andrés, quien lo reconoce como su primer maestro. A finales de los años sesenta, Llanos conoció a Isabel Cárpena, quien sería su segunda esposa. Eran una pareja no muy convencional para la época. Efectivamente, se casaron en 1972, él con 42 años y ella con 26. Los primeros años de casados transcurrieron en medio de un clima socio político cada vez más enrarecido que fue intensificándose hacia 1973. “Previo a la dictadura, se llevaron presos a los artistas del Sótano Sur y las fuerzas militares ingresaron al lugar donde vivía Llanos y lo destrozaron”. El acoso al artista se mantuvo, por esa razón la pareja decidió radicarse en Buenos Aires. “En Buenos Aires, Cárpena encontró pronto trabajo en los medios editoriales. Pero a Llanos le costó un poco más incorporarse al medio artístico”. “En los primeros años, Llanos no vendió mucho, si bien producía gran cantidad de cuadros.” El artista funda su primer taller de pintura en el barrio de San Telmo. La convocatoria se realizó boca a boca. Tiempo después, cuando la pareja pudo estabilizarse desde el punto de vista económico, se mudaron a Lavalle y Callao, donde fundó el segundo taller. Entre 1977 y 1981, Llanos formó artistas en arte constructivo siguiendo una dinámica era parecida a la que aprendió en el Taller Torres García. La primera muestra en Buenos Aires fue crucial: allí Llanos comprendió que su pintura no producía respuesta en un público que no conocía la tradición constructiva, un público que necesitaba ver contenido, figuras. Es así que probó la fusión entre lo abstracto y lo figurativo. El resultado fue su figuración es abstracta. A la vuelta a la democracia en Uruguay, Llanos pudo regresar al país y a sus raíces: aceptó dar clases en la Casa de la Cultura de Melo, clases que dictó entre 1987 y 1990. En ese período su vida se desarrolló entre Melo y Buenos Aires en dónde vivía. En 1998, Llanos y Cárpena viajaron juntos a España, Francia e Italia. En los años dos mil, Llanos creó un sitio web, en cuatro idiomas (inglés, italiano, francés y alemán), en el que presentaba su obra catalogada y ordenada por él. En 2004 lo invitaran a la Bienal de Florencia. En 2005 se creó en la República Argentina el Comité de Notables de la Cultura Uruguaya que distinguió a varios artistas uruguayos de gran repercusión en la vecina orilla, como China Zorrilla, Hermenegildo Sabat, Juan Manuel Tenuta, y también a Carlos Llanos. En 2008, este se instaló de forma definitiva en Montevideo. A Llanos le gustaba exponer, era su modo de comunicar el proceso creador. Los temas que más se destacan en su obra fueron el paisaje campestre, la plaza, el ritmo y el paisaje urbano. Sus trabajos fueron adquiridos por el Museo de Arte Moderno de Madrid, Rose Fried Gallery de Estados Unidos, y museos y colecciones particulares de Uruguay, Argentina, Brasil y Estados Unidos. Llanos dejó una obra numerosa de la que la Fundación José Gurvich custodia una colección con más de 200 obras, que incluyen dibujos, pinturas, relieves en madera y artes aplicadas (mesa, cofres y joyería).
S/N (Carlos Llanos-1981)
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