La derecha tiene su plan trazado. Por un lado desconocer todo tipo de avance logrado por los gobiernos frenteamplistas. Nada dirán acerca de que la clase media ha tenido un desarrollo constante en los últimos 14 años. Entre 2004 y 2011 pasó del 10% al 28% y desde entonces hasta el año pasado aumentó al 38%. Hubo un 56,6% de hogares que aumentaron sensiblemente su bienestar, sus ingresos y su capacidad adquisitiva.
A su vez aumentó la tasa de ocupación y de trabajos formales con todas las protecciones sociales que tenemos hasta el momento. De eso, la derecha no hablará.
Hablará sí de que vivimos “en la peor inseguridad de la historia del país”. Las cámaras empresariales comenzarán a desalentar y a retirarse de la negociación colectiva con los trabajadores.
Ellos sienten un odio irreconciliable con la mejoría en el salario y en las condiciones de trabajo del pueblo, negándose a toda política social que signifique una redistribución de la riqueza entre la población más necesitada.
Más de un candidato blanco o colorado daría lo que fuera necesario por eliminar las conquistas de los trabajadores rurales y de las empleadas domésticas.
Se llenan la boca queriendo “salvar el sistema jubilatorio del país” aumentando la edad y los años de trabajo para jubilarse, pero huyen de toda consideración para reformar la Caja Militar que se lleva más de 500 millones de dólares anuales para poder sostener jubilaciones de privilegio.
Hablan de “lo terrible que está la educación” sin tener la más mínima idea de lo que se está haciendo en las escuelas y los liceos y la UTU en nuestro país. Ninguno de ellos ha recorrido jamás un centro educativo para ver en el campo de trabajo lo que está haciendo nuestro magisterio y nuestro profesorado.
Jamás van a reconocer los avances que ha significado el Sistema Nacional Integrado de Salud y las sustanciales transformaciones que tuvieron los hospitales públicos que en otros tiempos (el de los gobiernos blancos y colorados) eran verdaderos tugurios que hacían lo que podían porque a pesar de las miserias, tenían un personal pujante y decidido a dar la mejor atención.
La orden ha sido dada. Se trata de desinformar, de tergiversar, de ningunear, de difamar, de crear burbujas a través del bolazo, de que la AUF y las cámaras de reconocimiento facial ocupen los titulares, entre otras cosas. Llegan a publicar fotos de otros países, mostrando calamidades que no son de acá. Llegan a decir cualquier mentira sobre vacunas que según sus bolazos podrían traer consecuencias graves para la salud.
¿Qué hacer? Decir siempre la verdad. Defender el programa popular y progresista. Ser autocríticos y trabajar con todo el esmero por profundizar los cambios y la democracia. Denunciar los planes desestabilizadores de Alonso, de Lacalle Pou, de Larrañaga, de Novick y de Talvi cuyo único fin es ganar terreno para la contienda electoral.
Para nosotros ganar las elecciones en un medio para seguir transformando el país. Para ellos es un fin para asegurar sus privilegios.
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