¿Es importante pensar en un nuevo diseño de país? Creemos que si. Siempre. Ser progresista significa eso. Avanzar. Cambiar para mejorar. Sin descuidar ni dejar de reconocer todo lo magnifico que sí existe en nuestro país. Con cientos de leyes formidables. Orgullo para el mundo. Pero, incluso acá tenemos que hacer una revisión. Mucho de lo magnifico ayer hoy está quedando obsoleto. Veremos ejemplos puntuales.
¿Qué elemento es más importante que la vida? Nada. Nacer, desarrollarnos como individuos, integrarnos a la vida en sociedad, respetar y reconocer todos los derechos humanos. Y entonces, ¿que sería lo básico? El cuidado desde el momento de la fecundación y la gestación. Y el cuidado del medio ambiente que ha de contener también a ese nuevo ser. En entrega anterior hablamos de una mejora en la educación, la salud, la vivienda, el trabajo y la producción. Hablemos hoy de medio ambiente, ordenamiento lógico de nuestro territorio y hasta de equidad. El gobierno da una fuerte alerta sobre la situación de nuestra agua potable. Necesaria para la vida. Esa que hace 50 años nos enorgullecía. Y nos colocaba entre las 10 mejores aguas del mundo. Hoy, ya no podemos decir lo mismo. Y encontramos entonces que 160 mil compatriotas distribuidos en 120 centros poblados pequeños cuentan con agua potable en cantidades insuficientes o en grados de contaminación preocupantes. Alarmantes. 160 mil personas que hoy están en riesgo. Y entonces, ese mismo gobierno que aporta los datos, no hace gran cosa para revertir esa situación. Situación que tendría que ser prioritaria. Absolutamente. Prioritaria para el desarrollo básico y elemental de todo individuo. ¿Que podría ser más prioritario que atender nuestra salud, el aire que respiramos y nuestra sana alimentación? Y acá entonces ya no hablo de derechas o izquierdas. ¿Qué uruguayo tiene un pensamiento contra la vida y los elementos básicos para bien desarrollarla? ¿No deberíamos hablar de políticas de Estado, que atiendan ya estas demandas sociales? ¿No deberíamos buscar y encontrar fuertes y rápidas instancias de entendimiento que den respuesta a estas situaciones de emergencia? ¿No deberíamos entre todos atender más y mejor el tema de la basura, los vertederos, suelos y cosechas contaminadas, polución, deforestación salvaje, más áreas protegidas y cuidado más riguroso de nuestros ecosistemas? Y sobre nuestro territorio, ¿estamos convencidos de que necesitamos esta histórica, pero obsoleta e ilógica división? ¿19 departamentos? ¿En serio son necesarios tantos? ¿19 intendentes, juntas decenas de ediles, intendencias con todo su personal que no hacer más que aumentar gastos y burocracia? Pocitos, o incluso Maroñas, Piedras Blancas y Manga juntan más gente, servicios y complejidades que la sumatoria de varios departamentos despoblados e improductivos de nuestro territorio. ¿Es lógico? ¿No ameritaría hacer un estudio en profundidad y reconvertir la pesada estructura en algo más lógico, activo y moderno? Pienso que el país podría organizarse con 10 departamentos. Unificando. Coordinando. Las nuevas tecnologías permitirían atender la demanda de una población que a la vez no crece numéricamente. Que sigue sin atender necesidades de parte importante de la población. Postergando instancias de producción con justicia social. Dando más esperanzas a la gente. Más ganas de vivir y bien disfrutar de la vida. Con más trabajos estables y bien remunerados. Y menos trabajo precario, informal, con bajo salario y pobre permanencia. Con más seguridades y futuro para todos. ¿Necesitamos decenas de cuarteles, con centenares de mayores, teniente coroneles, coroneles y generales? ¿Con cientos de oficiales que cobrar enormes jubilaciones y pensiones de por vida? ¿O precisamos más fábricas que den valor agregado a nuestros productos? Tenemos que animarnos a cambiar. Estamos viviendo en un Uruguay cada vez más alejado de la lógica y las necesidades de la gente. Los recursos son limitados. Deberíamos redimensionarlos al servicio de la gente y su desarrollo. Y no tanto a defender un statu quo antiguo y eterno que ya no funciona. Y terminamos yendo de la mano al tema de la equidad. Con un Uruguay con un 10 % de ricos, que concentran el 75 % de toda la riqueza nacional. Con 5000 familias que ocupan más del 60 % del territorio nacional. Vivir en lujosos barrios privados y auto cercados (vivienda vip en barrios vip) ocupan un área mucho mayor que la sumatoria de todos los asentamientos irregulares donde viven miles y miles de compatriotas, con necesidades básicas insatisfechas de todo tipo. El país es su gente. Toda. Y a toda hay que atender. En Uruguay 300 mil jubilados y pensionistas viven con menos de 25.000 pesos mensuales. Y un número enorme y significativo de obreros y empleados viven con un salario mínimo. Eso es una real injusticia social. Que habría que atender ya. en forma prioritaria. Trazando reales y lógicas políticas de Estado, que comprometan a todos los partidos políticos y colectividades sociales.
Pandemia mediante, hoy vemos cientos de comercios, empresas chicas, medianas y grandes, club deportivos y sociales, culturales y educativos, cerrados, sub utilidades o improductivos. Muchos ya no abrirán más. ¿No será tiempo de reaprovechar esos recursos existentes?
A este país le hace falta un gran cambio. Y para llegar a un gran cambio, nos hace falta, a todos de algo imprescindible. Coraje, sensibilidad y solidaridad.
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