Piedra va, cascote viene y… ¡Aguante! por Cristina Morán
Nos vamos convirtiendo, más y más, en una sociedad violenta y va más allá de los crímenes en solitario, de los enfrentamientos entre bandas, de los ajustes de cuenta, de las balas perdidas que hieren y/o matan porque sí, porque está perdida y no importa si es un niño, una mujer, un viejo o un joven porque esa bala, que por algo está “perdida”, puede también pasar a ser una presencia indeseada dentro de tu propia morada e impunemente, así, porque sí, quitarte la vida. Pero esta no es la única forma violenta de actuar; está la otra, la de los más “educados”, la de los “cultos” que, aún sin necesidad de recordar a tus ancestros, tu color de piel o tu condición sexual, te agreden verbalmente lo que inmediatamente se reproduce en los distintos medios y toma color y fuerza real en las famosas (y muchas veces temidas) redes sociales. El carnaval se encargó de acentuar este ir y venir de piedras y cascotes que se da, principalmente, entre los supuestamente, más “educados”. Los blancos, capitanes de la coalición porque son gobierno, dicen que el carnaval, los ataca por todos los frentes, (no mezclar con el “amplio”, por favor) cargando las tintas, los unos y los otros contra las murgas diciendo que nunca actuaron así contra el gobierno anterior. Sin embargo “La Diaria” acaba de publicar (en su edición digital) que fueron quince las murgas que tomaron al FA como protagonista de sus parodias. Si tenemos en cuenta los quince años que esa fuerza política gobernó el país, una murga por año los “tomó de punto”. Lo cierto es que, de forma más sutil, en algunos casos, los momentos fuertes se dan en declaraciones u opiniones que llevan a lo que podemos llamar “violencia verbal”. El novel presidente del PIT CNT, Marcelo Abdala protagonizó un hecho lamentable (conducir alcoholizado) y fue sentenciado a cumplir tareas comunitarias en el “Museo de la Memoria” hecho que no fue del agrado de la senadora que carga las tintas contra la Justicia un día sí y otro también y así, piedra va, cascote viene, acusaciones erróneas y pedidos de disculpas que también van y vienen transcurre el día a día de los uruguayos a lo cual se le suma la previa del referéndum del 27 de marzo que aumenta su calor con el paso del tiempo y da pie a que el ministro de defensa, que se muestra como un especialista del marketing, se detenga a saludar en una feria, al grupo que hacía campaña por el SI y el hecho lo lleva a hacer mención, siempre sonriendo claro, de la democracia que reina en nuestro país. Son esos momentos en que a una le gustaría ser un invisible “Pepe Grillo”. Solo eso: Pepe Grillo. Por ahora, calmadas las aguas en referencia a la “resaca” que se generó a raíz de la “actuación” de un cuestionado periodista en referencia a la violación grupal que todo conocemos (hecho violento si los hay) de lo que todos nos avergonzamos, nos viene a la memoria otro acto contra una mujer (hace no tanto tiempo) y que tuvo como protagonista a un hombre integrante de Cabildo Abierto que fue suspendido, por su propio partido, por “violencia de género”. El hecho provocó una airada y “sugerente” reacción de su abogado defensor, el diputado Eduardo Lust: “La mitad de Cabildo Abierto fueron torturadores y están acá, ¿y a vos que estás procesado porque le pegaste una piña a una mina te van a echar?” Me quedan dudas de quien es peor: ¿el acusado o el defendido? ¿El chancho o quien le rasca el lomo? Los dos se ganan ser acusados por “tremenda violencia verbal y de género”. Vamos por mal camino: bajamos la pelota al piso o seguimos emparejando para abajo, cada día más abajo. Y eso es muy grave. Hasta la próxima. Que seas feliz. Y no dejes entrar al viejo.
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